Argelia se planta. El viaje del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, a Argelia, no ha servido para rebajar las tensiones con Marruecos, que se extienden desde hace décadas. De hecho, Argelia ya tiene fecha para el cierre del gaseoducto: será el 31 de octubre, lo que supone un problema para España, que es el gran aliado en materia energética de Argelia, especialmente en un momento en el que el Gas Natural Licuado (GNL) se encuentra disparado. Hasta ahora esta materia prima llegaba a las costas españolas por la alta competencia mundial que existe en la compra de este hidrocarburo, especialmente por parte de China.

Sin embargo, este año, España ya ha comenzado a sentirse resentida al recibir un 10% menos en comparación con el anterior, 2020. Además, lo que no llega por barco tiene que hacerlo por el tubo, disparando la dependencia con Argelia del 29% al 47% en sólo un año. He ahí donde se encuentra el principal problema. Para que el gas llegue a España primero ha de transitar bajo tierra por Marruecos. Sin embargo, ni Argelia ni Marruecos tienen una relación cordial. Es más, esta misma semana ambos países han roto relaciones lo que afecta directamente a nuestro país. ¿Por qué?

Uno de los dos gasoductos que importa gas argelino a España es el denominado  gasoducto Magreb-Europa (GME), - conecta con Andalucía a través de Tarifa (Cádiz)-  y al haberse roto las relaciones entre ambos países, también se ha roto la posibilidad de tránsito de gas por Marruecos hacia España. De hecho, el ministro de Energía argelino, Mohamed Arkab, se mantiene su decisión de no renovar los contratos de suministro del gas que pasan por dicha infraestructura y que fueron firmados con Naturgy y con la portuguesa Galp. Por su parte, Naturgy tiene un acuerdo con Marruecos para la operación y el mantenimiento del gasoducto en suelo marroquí que vence ese mismo día, el 31 de octubre. Casualidad.

Relaciones diplomáticas

Argelia procura mantener las buenas relaciones diplomáticas con España y por ello le ha ofrecido compensar a nuestro país por el volumen que puede perder por esta decisión política a través de barcos de (GNL), lo que encarece el precio del gas, que debe ser licuado y regasificado para su transporte en un momento de escalada desenfrenada del coste de la energía.  

Por otro lado, se espera que para finales de año esté preparado el gasoducto Medgaz de 8 a 10 bcm, que viene directamente desde Argelia a Almería (73 millones de euros de inversión) y que comparten Sonatrach (51%) y Naturgy y un fondo de inversión (49%). Sin embargo, el invierno se echa encima y aunque Naturgy y Galp se han volcado en la construcción del gaseoducto de Megaz, que para Portugal tan solo supone 1 bcm, el mercado del gas español también se puede resentir.

Sin lugar a dudas, la estrategia argelina ha sido impecable si su objetivo era hundir a su eterno rival político. De hecho, con la suspensión del GME, Argelia castiga a su vecino, que se queda con un peaje del 7% del gas transportado por su territorio lo que equivale al 45% de su consumo de gas anual. Por su parte, Argelia es el primer proveedor de gas a España, con un 47% del total en lo que va de año. Es decir, que las buenas relaciones entre Argelia y España podrían pasar por un contexto social.

Por ejemplo, si Argelia garantizará el suministro de gas argelino a España manteniendo el mismo precio que el transportado a través del gasoducto, España podría hacer la vista gorda con la cantidad de inmigrantes irregulares llegados España desde Argelia (35,2%), más que marroquíes, por ejemplo. De hecho, en la ruta del Mediterráneo Occidental han perdido la vida más de 1.000 personas, según la Organización Internacional de las Migraciones (OIM). Por ello ambos países han acordado celebrar “lo antes posible” la Reunión de Alto Nivel (RAN), prevista en España, y elevar el diálogo político al nivel de los ministros de Exteriores para “diversificar, ampliar y enriquecer los intercambios comerciales”, según Albares.

Hacia dónde mira España

Nigeria, Catar o Estados Unidos son una opción que contempla nuestro país pero con una clara desventaja: el precio es más caro y existe una mayor volatilidad en los contratos. Además, en este tablero de ajedrez se encuentra China, con una gran presencia en África y a la hora de fijar precios, no nos engañemos, el gigante asiático no tiene rival.

Por otro lado, octubre será un mes clave para solventar el conflicto geopolítico que, no obstante, desde Naturgy-que solicitaba cambios en el contrato con Marruecos- consideran que el Gobierno marroquí ha perdido dos años que va a tener que enfrentar en plena crisis energética. En cuanto a las empresas más afectadas, por encima de todas se encuentra la italiana Endesa, que ha explotado la única central de ciclo combinado de Marruecos, -Tahaddart- ubicada en la costa Atlántica. Esta zona supone el 15 de la demanda eléctrica de un país que carece de regasificadoras. Incomprensible la inversión.