El primer Consejo de Ministros tras la vuelta de vacaciones ha aprobado la primera pata de la reforma de pensiones, en aras de arrancar la negociación parlamentaria en el Congreso de los Diputados en el nuevo curso político. Esta primera parte se centra en la derogación de los aspectos más polémicos de la reforma de pensiones aprobada por el Gobierno de Mariano Rajoy en 2013. Sin embargo, todavía quedan cosas pendientes.

Uno de los objetivos de la negociación ahora es definir el nuevo mecanismo de equidad intergeneracional, el instrumento encargado de sustituir el factor de sostenibilidad de Rajoy, que ajustaba las pensiones en función de la esperanza de vida, y que entrará en vigor en 2027. El Gobierno retomará las negociaciones con sindicatos y patronales para avanzar en dicha herramienta, pero ambas partes llevan alertando desde hace meses de las diferentes posturas en cuanto al nuevo mecanismo.

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La responsable de negociación de UGT en materia de pensiones, Cristina Estévez -ha estado presente en las reuniones de los últimos meses tras el cambio en la directiva sindical- reconocía a ElPlural.com hace apenas dos meses que este sería uno de los principales puntos calientes de negociación con la patronal y con el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá.

El diálogo social tiene hasta el próximo 15 de noviembre de plazo para diseñar este nuevo mecanismo de equidad intergeneracional. En caso de no acordarse, será el propio Ejecutivo quien diseñe la herramienta con las bases del consenso alcanzado en 2011 en materia de pensiones, en pleno Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.

La responsable de negociación de UGT celebra que, al menos, en caso de no alcanzar dicho acuerdo, se legisle según las bases del consenso de pensiones de 2011 y no con la reforma del Partido Popular. La derogación de la reforma de pensiones de Rajoy es y ha sido una de las “líneas rojas para la UGT”, asegura Estévez.

¿Qué pasará con los baby boomers?

Uno de los problemas que presenta la nueva herramienta es qué pasará con la pensión de los baby boomers -aquellos trabajadores nacidos entre 1958 y 1977- que empezarán a jubilarse en los próximos años. De hecho, este ha sido uno de los puntos más polémicos de la reforma, con declaraciones contrarias del ministro Escrivá de un día para otro. En este punto, Seguridad Social quiere aplicar un ajuste individualizado, al contrario de la postura de los sindicatos.

Escrivá anunció públicamente el 1 de julio que la generación de baby boomers debería elegir entre “un ajuste pequeño en su pensión o trabajar un tiempo más”, en aras de no ver afectada su cuantía final. Unas declaraciones que sindicatos y patronal no tardaron en rechazar y que el ministro tuvo que matizar pocos días después, reconociendo que no se había explicado bien. “La edad de jubilación no hace falta tocarla”, reconocía el pasado 5 de julio tras sus polémicas declaraciones.

“No hace falta retrasar la edad de jubilación si no quieren” -matizaba el ministro con respecto al sistema de incentivos y penalizaciones para acercar la edad de jubilación efectiva a la edad legal- “Si ampliamos el periodo de cómputo, daremos la posibilidad de eliminar los peores años. Hay que repensar algunos elementos del sistema para hacerlo más equitativo”.

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Además de la derogación del factor de sostenibilidad de Rajoy, este primer acuerdo también ha terminado con el sistema anterior de revalorización de las pensiones. Ahora, será el Índice de Precios de Consumo (IPC) del año anterior el que marque esta revalorización, permitiendo que la pensión de jubilación se acerque más al coste de la vida.

Estévez (UGT): "Hay muchos flecos"

“Han sido nueve meses de negociaciones. La gente piensa que por haber alcanzado un acuerdo ha sido fácil y no lo ha sido. Hay muchos flecos” -explica la responsable sindical- “El Gobierno no quería entrar a fondo en algunas materias […] Sindicatos y empresarios tenemos perspectivas muy distintas”.

Desde los sindicatos celebran el acuerdo alcanzado entre las partes y, por consiguiente, la ratificación de este en Consejo de Ministros para dar el siguiente paso en el Congreso de los Diputados. “El acuerdo es muy bueno. No es el de la UGT, el que queremos nosotros, que sería el ideal, pero beneficia a todas las partes y solo así podrá pervivir en el tiempo. Estamos realmente satisfechos”, aseguraba Estévez en una conversación telefónica a ElPlural.com.

No hay duda de que el diseño del nuevo mecanismo de equidad generacional centrará las negociaciones del Gobierno con los agentes sociales desde la primera reunión. Una reunión que, según reconocen fuentes de la Seguridad Social a El País, todavía no se ha producido, aunque sí se han tomado los primeros contactos. “Agosto es un mes complicado y ahora se empezará a definir un nuevo calendario de reuniones”, explican desde el Ministerio.

“Tendremos que trabajar muy intensamente. El tercer paso será más complicado” -avanzaba Antonio Garamendi, líder de CEOE, durante la escenificación de la ratificación del acuerdo con los sindicatos y toda la plana del Gobierno- “Nos parece fundamental que se mantenga el factor de sostenibilidad. Tenemos un plazo para sustituirlo, llamémoslo cómo queramos”.

No obstante, hay algunos aspectos secundarios sobre la mesa. Es el caso de nuevas medidas para aumentar la financiación del sistema de la Seguridad Social -con un primer avance tras eliminar los gastos impropios- pero también la equiparación de las pensiones de viudedad a las parejas de hecho, que hasta ahora no cuentan con las mismas condiciones que un matrimonio como tal, o la regulación de la pensión para aquellos trabajadores que pasan su carrera en actividades peligrosas, entre los que se encuentran los empleados de Metro afectados por el amianto.