El precio de la electricidad continúa su escalada debido a la carencia de gas natural que ya afecta a toda la Unión Europea. A pesar de que durante estos meses el Gobierno de Pedro Sánchez ha tomado algunas decisiones como bajar el precio del IVA del 21 al 10% y ha suspendido durante tres meses el impuesto (7%) sobre la generación eléctrica, las medidas siguen sin surtir el efecto esperado. De hecho, la propia Teresa Ribera, ministra para la Transición Ecológica, ha aclarado en varias ocasiones que la situación se alargará en el tiempo. Pero, ¿quién se ve realmente afectado por esta subida continua de los precios de la electricidad?

Cómo funciona el pool eléctrico

En nuestro país, al igual que en la mayoría de los países de nuestro entorno, la alta demanda de energía no puede cubrirse con energías renovables, mucho más baratas. Además, la factura de la luz tiene su origen en el mercado mayorista del que forma parte España. En este mercado se calcula diariamente cuánta energía necesitará el país que producen las centrales renovables; nucleares; hidroeléctricas o de ciclo combinado de gas, por ejemplo. Es decir, se trata de un complejo mix energético que es necesario desgranar. En otras palabras, el precio de la luz se determina mediante subastas organizadas por el Operador del Mercado Ibérico de Energía (OMIE). Las compañías eléctricas compran electricidad para posteriormente venderla a los consumidores. Cada día tiene un precio medio porque son las empresas las que deciden con sus pujas cuánto están dispuestas a pagar por el suministro. 

No obstante, las centrales renovables, por ejemplo, producen la energía más barata que las centrales que utilizan combustibles como el gas natural. Este es el gran solicitado por la Unión Europea. ¿Cuál es el problema? Que España no tiene capacidad suficiente para cubrir toda la demanda únicamente a través de este tipo de energías. Además, las subastas siempre comienzan por las energías más baratas -como las renovables- para acabar con las más caras -vinculadas al gas natural-. De esta forma se establece el precio del megavatio hora. Se trata de un sistema ciertamente opaco

Por otro lado, las empresas generadoras de electricidad venden al mismo precio. El valor viene marcado generalmente por el gas natural. Pero además, el precio también se encuentra influenciado por los derechos de emisión de CO2 que marca la Unión Europea y que en cuestión de un año han triplicado su precio por tonelada. Es el precio que se paga, al fin y al cabo, por contaminar Europa. 

¿Afecta a los usuarios directamente esta situación?

El precio de la factura varía dependiendo de si los usuarios están acogidos al libre mercado o al mercado regulado (PVPC). Además, en España existen dos tipos de facturas: la de los hogares acogidos al mercado libre en cuyo caso el precio se fija entre particular y comercializadora y la de los hogares que se encuentran en el mercado regulado que se rigen por una tarifa oficial que fija el Gobierno. Para estos últimos, su factura se encuentra indexada en el mercado mayorista y el precio variará en función de los movimientos que realice el mercado. 

No obstante, desde el pasado 1 de junio, las tarifas de acceso sufrieron considerables cambios, aprobados tanto por la CNMC como por el Ejecutivo. Además, se unificaron los contratos de electricidad con menos de 15 kW contratados, por lo tanto desaparecieron as tarifas 2.0A, 2.0DHA, 2.0AHS para los distintos tipos de discriminación horaria y también las tarifas 2.1 de los usuarios que tenían entre 10 y 15 kW de potencia contratada. A todos los usuarios se les aplica la nueva tarifa 2.0TD que varía en función de los nuevos tramos horarios que impuso el Gobierno. 

Cabe recalcar que, el precio del mercado mayorista no es el precio total que paga cada consumidor por la luz de su domicilio. Tan sólo implica una parte del recibo (24%) mientras que el resto de la factura corresponde a cargos e impuestos. 

Por otro lado, el mercado libre también se ve afectado. ¿Por qué? Los contratos más habituales de la luz suelen fijarse de forma anual, por lo que aún son muchos los usuarios que continúan con las tarifas planas que fijó su compañía eléctrica en 2020 o a principios de 2021.Sin embargo, el precio del pool es más del doble que el que tenía en el mismo periodo de 2020, por ende, las eléctricas tienen que cobrar por contrato a sus clientes menos de la mitad de lo que cuesta ahora la energía, lo que está tensionando su operativa de tal forma que cuando expiren los contratos, necesariamente las energéticas aplicarán nuevos precios, que por supuesto experimentarán un encarecimiento.

Un dato que es importante destacar es que, cuando comenzó a elevarse el disparatado precio de la electricidad, según la CNMC, el 63% de los hogares españoles no sabía en qué mercado tenían contratado su suministro de luz a cierre de 2020. De hecho ya se está produciendo el caso de pequeñas comercializadoras, tanto en España como en otros países europeos, que se han visto obligadas a romper los contratos que tenían con sus usuarios y quebrar

Sectores más desfavorecidos

Por otro lado, según la Encuesta de Presupuestos Familiares del Instituto Nacional de Estadística (INE) es posible cuantificar el impacto según distintas variables y con una consecuencia clara: es peor para los grupos más desfavorecidos económicamente. Según los datos de esta encuesta, el gasto medio por hogar en electricidad es de 788 euros al año por lo que en los hogares con ingresos inferiores a 1.000 euros al mes, el peso del recibo de la luz se sitúa en el entorno del 4%, es decir, unos 50 euros al mes.

De hecho, el pasado viernes, el coste de la electricidad superó los 152 euros por MWh mientras que en septiembre de 2020 se situaba en torno a los 40 euros. Es por ello que el Gobierno ha planteado ampliar la cobertura para los más vulnerables