La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, no esconde su apoyo al ultraderechista Javier Milei. El presidente de la República Argentina, famoso por hablar con su perro y por pretender que los empresarios puedan pagar a sus trabajadores con leche o carne, es un referente ideológico para la líder del Partido Popular (PP), que le ha puesto de ejemplo para lo que debería ser Galicia. “El glorioso cambio en Argentina que hemos defendido desde Madrid” es la apuesta de la madrileña para la comunidad autónoma que se juega sus próximos cuatro años este domingo.

Ultraliberal en lo económico y de extrema derecha en lo social, el “cambio glorioso” de Milei en Argentina tan solo está consiguiendo matar de hambre a los trabajadores, mientras las empresas se frotan las manos. Las promesas de no subir gravámenes a la ciudadanía duraron unas horas y, nada más llegar a la residencia presidencial, aprobó un paquete de subida de impuestos a las clases bajas y medias. La justificación era el descenso de la inflación, pero lo cierto es que el país sufre un 254,2%, según el dato de enero publicado este miércoles por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC).

El dato es 43 puntos mayor que el registrado el mes anterior y a la inflación se le suman otros datos económicos negativos. El Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé que la economía argentina se contraiga en 2024 un 2,8%, lo que significa que su Producto Interior Bruto (PIB) caerá casi tres veces más que el pasado 2023 (-1,1%), antes del cambio de Gobierno. Sin embargo, nada de esto parece importar a Ayuso, que llama a “concentrar el voto”, como “en el caso de Argentina”. “Es en realidad lo que nos jugamos nosotros en Galicia”, asegura la presidenta.

La relación surrealista entre Argentina y Galicia realizada por la presidenta de la Comunidad de Madrid tendría poco sentido de no ser porque el Gobierno de Milei ya ha perjudicado a los gallegos. El líder de la motosierra aprobaba antes de finalizar el pasado año un impuestazo contra los pescadores de Galicia, golpeando duramente a un sector vital en la comunidad. El Ejecutivo argentino ha establecido una tasa del 15% sobre el valor de los bienes exportados que, según cálculos de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), recaudará entre 50 y 250 millones de empresas con capital gallego.

Más allá de la macroeconomía

El pueblo argentino está sufriendo las políticas de Milei y el dato macroeconómico es la excusa escogida por el mandatario neoliberal para dar la puntilla a los trabajadores. Ante una demanda depositada en manos de monopolios y oligopolios, la estrategia para reducir la inflación suele orientarse al descenso del consumo, tanto en Argentina como en el resto de países. Esta línea es la que está siguiendo el Banco Central Europeo (BCE), que con sus subidas de tipos aspira a una reducción de la demanda de crédito que, a su vez incentive el ahorro y frene los precios.

Sin embargo, reducir el índice de precios no tiene ningún mérito si la moderación del consumo se consigue empobreciendo a los trabajadores hasta el nivel de que no puedan llenar la cesta de la compra o comprar bienes de primera necesidad. Esta es la estrategia del Gobierno de Milei, cuya lógica es que cuanto más precaria sea la población, menos gastará. El resultado es una bajada de la inflación que tiene como daños colaterales la vida de millones de personas.

Además, los trabajadores argentinos ya saben que todo esto vendrá de la mano de multitud de derechos y la imposición y subida de nuevos impuestos para ellos, en pro de poder bajárselos a las grandes compañías. El Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) aprobado por Milei nada más jurar el cargo evidencia el rumbo: derogación de las leyes de Alquileres, Abastecimiento (congelación de los precios de insumos básicos), Góndolas (regulación de la competencia en los supermercados para evitar que una empresa se apropie de toda la oferta) o prohibición de privatizar las empresas públicas son algunos ejemplos.

La última de Milei fue la ley Ómnibus, con la que pretendía dotarse de poderes por encima del parlamento y de las administraciones, además de recoger la privatización de casi una treintena de empresas públicas. Sin embargo, por suerte para la mayoría del país, el presidente se llevó un batacazo en la Cámara de Diputados, donde no consiguió reunir los apoyos. Mientras, a las puertas, el pueblo de argentina soportaba la represión policial y protestaba contra el desmantelamiento de su país. Golpes, sangre y una dura derrota para Milei. Veremos que pasa en Galicia este domingo.