La contribución fiscal para el mantenimiento de lo servicios públicos y la redistribución de la riqueza es vital para el sostenimiento del Estado del Bienestar de las democracias liberales occidentales. Sin embargo, aunque parece evidente que aquellos que disfrutan de mayores rentas deberían ser los que más aportasen proporcionalmente, no es así. Un nuevo informe de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (FEDEA) ha puesto en evidencia al sistema fiscal español y su capacidad redistributiva. El 1% más rico del país es el que menor peso impositivo sufre sobre las rentas de los hogares.

Los últimos datos disponibles (2021) para el Observatorio sobre el reparto de los impuestos y las prestaciones entre los hogares españoles evidencian que tan solo dos grupos de hogares redujeron el peso del total de impuestos sobre su renta. Por un lado, los más pobres pasaron de destinar un 29,03% de su renta a un 28,17%, una reducción de menos de un punto porcentual. En el otro extremo, los hogares que más rentas acumulan pasaron de soportar un porcentaje un 35,14% a un 23,86%, lo que representa una caída de más de diez puntos en comparación con 2020.

Gráfico de Fedea.

Este desajuste, que acaba con la progresividad del sistema, se explica con un impuesto concreto. “Cae significativamente el tipo efectivo que soporta este grupo de hogares más ricos en 2021 en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas”, desgrana el estudio realizado. El IRPF es la principal herramienta tributaria, y casi la única, que realiza una redistribución real de la riqueza y en 2021 marcó su segundo peor dato en los últimos cinco años, después de reducir su peso tan solo, esta vez sí, entre el 1% más rico de España.

El tipo medio efectivo del IRPF aumentó en casi todos los tramos de rentas, incluso en aquellos que tienen una renta anual inferior a 9.215 euros al año (primer quintil). Este grupo, compuesto por el 20% más pobre de la población, pasó de soportar un 1,2% de IRPF sobre su renta en 2020 a un 2,1% en 2021. Todos los tramos consecutivos vieron incrementado su tipo medio, a excepción del 1% más rico (centil 100), que pasaron de contribuir con un 17,2% a un 10% “como consecuencia de la incorporación de la imputación a los mismos de las rentas societarias”.

La desigualdad de la renta después de impuestos ha aumentado un 4,6%

Los investigadores no dudan del “papel protagonista” que representa el IRPF en la corrección de las desigualdades de renta de los hogares, aunque lamentan que su efecto redistributivo “experimenta una destacada caída entre los dos últimos años”. Esto, a su vez, incrementa los índices de desigualdad de los hogares. La recaudación imputada del IRPF se incrementó entre 2020 y 2021 en un 10,6%, un poco más que la renta bruta (10,2%), y situó su tipo medio efectivo en el 10,3%. Sin embargo, su contribución a la reducción de desigualdades entre las rentas pasó del 5,2% al 4,3%.

Atendiendo al total de los impuestos, el índice de Reynolds-Smolensky, que cuantifica estas diferencias a través del índice Gini, muestra que “el sistema fiscal ha reducido la desigualdad de la renta bruta en un 4,4% en 2020 y un 1,8% en 2021”; es decir, en tan solo un año, la carga impositiva ha perdido casi tres puntos de capacidad redistributiva. En los valores entre 0 y 1 que utilizan los estadísticos, se ha pasado del 0,0188 al 0,008 para el total de impuestos. En consecuencia, “la desigualdad de la renta después de impuestos, o renta disponible, también ha aumentado entre 2020 y 2021 un 4,6%”.

La menor reducción en la desigualdad se explica por la menor corrección de los impuestos

Además, el efecto de los impuestos indirectos (IVA, Transmisiones Patrimoniales y Especiales) es totalmente regresivo. De hecho, el 20% más pobre es el único que sufre más el efecto de este tipo de gravámenes que los directos. Así, mientras que para el primer quintil el tipo medio efectivo de los indirectos es del 14,9%, para el 1% más rico del centil 100 es del 1,6%. Estos datos evidencian que la correcta adaptación de los gravámenes directos es vital para la redistribución.

“En 2021 hay la segunda menor reducción en la desigualdad desde 2017, explicada por la menor corrección de los impuestos”, explica Jorge Onrubia, doctor en Economía y uno de los autores del estudio de Fedea. Los resultados son palpables y desmienten el discurso de “infierno fiscal” que la derecha neoliberal ha establecido en plazas como Madrid, donde el 1% más rico encuentra un paraíso fiscal, mientras los más pobres sufren las consecuencias de una redistribución inexistente.

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