Hace años que las cosas ya no son así. El PSC cambió. Y algo cambió también en la sociedad catalana respecto a la interpretación de su propia identidad y de su relación con España. El nacionalismo catalán logró que muchos catalanes identificaran el proyecto político soberanista con el proyecto nacional de Cataluña. Y el PSC, que hasta entonces había contrapuesto la equidad social a las banderas, asumió en buena medida el relato nacionalista del victimismo, el discurso nacionalista del agravio y el proyecto nacionalista de la separación y la soberanía, con pocos matices. Algunos arguyen ahora que el PSC viró con la propia sociedad. No. La sociedad viró entre otras razones porque nadie, o muy pocos, ofrecieron resistencia con un proyecto realmente alternativo.
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