El infame comportamiento del presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, durante la celebración del Mundial Femenino y su posterior falta de autocrítica durante la Asamblea General Extraordinaria de la RFEF, no se ha quedado en las fronteras españolas, sino que numerosos medios internacionales se han hecho eco de lo ocurrido y han afeado el deleznable papel que ha desempeñado el dirigente durante estos días, acompañando los hechos de un sorprendente nombre.

Medios del calado de The New York Times, Le Equipe, Le Monde, la BBC o la CNN han censurado el machismo del natural de Motril y su consiguiente arrastre de la imagen del fútbol español ante la mirada internacional. En la misma línea, el periódico británico The Guardian titula, en uno de sus acostumbrados análisis: "Rubiales y el escándalo que no da muestras de acabar pronto". Un texto que retrata a Rubiales como un individuo que, con el paso de los días, parece haber adoptado una actitud desafiante y audaz, citando la imagen del presidente sosteniendo un objeto en la tribuna de invitados durante el Mundial. Según el columnista, esto podría ser indicativo de que "las cosas cambian en España".

Desde tierras alemanas, el diario Frankfurter Allgemeine Zeitung publica una columna donde defiende firmemente la igualdad y dignidad de las futbolistas, argumentando que estas no deberían ser consideradas como simples objetos o herramientas de hombres influyentes como Rubiales. Por su parte, en la revista Del Spiegel se refieren a Rubiales, nada más y nada menos, como "el hombre del que toda España se avergüenza".

A su vez, otros tabloides como el Daily Mail o The Sun se han inventado un ingenioso nombre para sustantivar esta situación: el 'kiss-gate', que traducido al castellano sería algo como "el escándalo del beso".

El 'kiss-gate' de Rubiales

Son varios los medios de comunicación que han acuñado este término para sintetizar en una sola palabra el escándalo del presidente de la RFEF. Destacan especialmente los casos del Daily Mail y The Sun:

"Los ganadores de la Copa del Mundo de España se vuelven contra el implacable presidente: la jugadora estrella califica la negativa de Luis Rubiales a renunciar como 'inaceptable' y el equipo se prepara para pedir públicamente su cabeza después de que culpara al 'falso feminismo' por el 'kiss-gate'", escriben en el Daily Mail.

"Se produce la farsa cuando el deshonrado jefe de la Federación Española, Luis Rubiales, se niega a renunciar en un sermón increíble después del 'kiss-gate'", señalan desde The Sun, afeando el comportamiento del dirigente de la RFEF y su infame discurso en la Asamblea Extraordinaria.

Otros medios como el Mail Sport también han hecho uso de esta palabra: "Rubiales está en medio del escándalo del 'kiss-gate' después de besar a Jennifer Hermoso en la boca sin consentimiento. Se ha negado a dimitir a pesar de ser denunciado por abuso sexual", escriben desde el deportivo.

El discurso de Rubiales, a análisis

El discurso de Rubiales ha suscitado infinitud de preguntas por la contundencia que lo ha caracterizado. Por ello, José Luis Martín Ovejero, experto en comunicación no verbal, ha elaborado un extenso análisis de los gestos y la oratoria del todavía presidente de la RFEF. El experto ha señalado nueve puntos determinantes: impaciencia, no tan encantado, un perdón con orgullo aunque también con posterior vergüenza, dos momentos de gran asco facial, la conversación y la secuencia el beso, la contundencia en su no dimisión, firmeza, fuerte impacto emocional y discurso de potente implicación personal.

Punto por punto, Martín Ovejero destripa cada aspecto señalado. En primer lugar, remarca que Rubiales ha estado bastante tranquilo durante todo su discurso y lo identifica con la impaciencia, con que estaba deseando hablar. No obstante, aunque ha remarcado que está “encantado de poder dar explicaciones”, su rostro no ha reflejado satisfacción alguna.

Para pedir perdón ha levantado la cabeza, como sintiéndose orgulloso de tener que hacerlo, tal como señala el experto en comunicación no verbal, añadiendo que posteriormente baja la mirada, con lo que parece ser que son sinceras sus palabras. En el mismo sentido, remarca que cuando parece más estresado al disculparse es cuando se refiere a la reina.

Los momentos de gran asco facial que señala Ovejero son cuando dice que “no hay deseo” en el beso y al señalar que a las falsas feministas “no les importan las personas”. Respecto a la conversación y la secuencia del beso, Ovejero asegura que con los mensajes que ha lanzado "incide en la credibilidad o, por lo menos, que él está convencido de lo que narra".