Marcos de Quinto ha tenido que enfrentarse a la crítica de gran parte de la sociedad en las últimas fechas por sus recientes declaraciones. Llegando a incumplir el Código Ético del Congreso de los Diputados y de su propio partido, el talante democrático quedó aparcado y se procedió al insulto y las descalificaciones con motivo de la situación límite del Open Arms. Sin embargo, entre detractores, también hay quien apoya al responsable económico de los de Albert Rivera.

Ha sido Salvador Sostres quien ha aprovechado su columna de ABC, titulada “Marcos” para profesar su admiración de una forma desmedida a las virtudes como persona y profesional del fichaje estrella de Ciudadanos.

“Yo soy uno que ha tenido la suerte de conocer a Marcos de Quinto. Hay pocas mentes en el mundo tan lúcidas, tan brillantes. Y hay pocas personas tan generosas como él”, arranca el columnista, marcando el estilo que se irá sucediendo a lo largo de la totalidad de la pieza.

“Yo soy uno que ha tenido la fortuna de conocer a Marcos de Quinto y la honda implicación de su ternura”, prosigue, antes de añadir que “ninguno de sus recientes odiadores ha ni siquiera imaginado una pequeña parte de lo que él ha hecho por ayudar a los necesitados”.

Sobre el tuit en cuestión, en el que llamaba “bien comidos” a los náufragos a bordo del buque humanitario, Sostres no ve una falta de ayuda a los necesitados, como él mismo mencionaba, sino un error de forma: “Podría, probablemente, haber elegido mejor una o dos palabras”, dice, antes de defender la visión particular de la derecha sobre el Open Arms y su supuesta colaboración con las mafias.

Sobre los “odiadores” del dirigente, hace especial mención a Leticia Dolera: “Es un ejemplo perfecto de la ligereza con que la primera chuti que pasa, sin haber acreditado ninguna generosidad, ni por supuesto ninguna inteligencia ni capacidad de análisis, se atreve a aleccionar a alguien que ha hecho de su vida privada una demostración de amor”. Además, la califica como actriz “mediocre”, “indigente intelectual” y “cínica”.

Dicho todo esto, la reflexión final hace hincapié en que en España “tenemos que aprender a respetar a los genios, empresarios y a las personas que son realmente generosas”.