El programa Madrileños por el mundo (Telemadrid) viajó ayer a una de las regiones más desconocidas de Bélgica, Valonia. Además de analizar el carácter de los belgas, su relación con los españoles que emigraron a la zona, su amor por la monarquía, la música (previo paso por el pueblo natal de Adolphe Sax, inventor del saxofón) o la gastronomía (las patatas fritas y los gofres son motivos suficientes para visitar el lugar), hubo un espacio dedicado a conocer una anécdota política que no ha pasado desapercibida.

En Waterloo -ciudad donde tuvo lugar la batalla sangrienta entre las tropas francesas de Napoleón Bonaparte y británicos, holandeses y alemanes- vive Carles Puigdemont, expresident de la Generalitat fugado de la Justicia española tras declarar la independencia de forma unilateral en el Parlament.

Curiosamente, sus vecinos -el carácter monárquico y unionista de la zona ayuda a ello- no le hacen la estancia muy placentera. Frente a su casa, por la que paga 4.400 euros de alquiler según los testimonios expuestos en el programa televisivo, se pueden ver banderas de España colgadas “para hacerle la puñeta”, según expone la invitada del programa.

Además, explican que la parte independentista de Bélgica es la zona norte, la región flamenca, mientras que en la parte valona se "odia al independentismo" y se defiende el unionismo monárquico.

Casa de Carles Puigdemont