Las diferentes celebraciones de Semana Santa en España llevan implícitas una “denominación de origen” otorgada por el Ministerio de Industria, Energía y Turismo. Están reguladas en un real decreto de mayo de 2006. Hoy en día 23 de ellas han sido declaradas de “interés turístico internacional”, por lo que concurren  "relevantes circunstancias en cuanto a la promoción turística de España en el exterior", además de haber sido Fiesta de Interés Turístico Nacional durante los cinco años anteriores. Así mismo muchos de estos actos religiosos han sido declarados como Bien de Interés Cultural (BIC).

Retransmisión anual en RTVE
Como viene siendo habitual RTVE, retransmite como cada año estos festejos. Este año la ciudad elegida es Málaga. Mediante un convenio de colaboración firmado con el ayuntamiento, la diputación provincial y la empresa ‘Turismo y Planificación de la Costa del Sol’, la Corporación llevará a cabo la realización y producción completa de la grabación audiovisual de las procesiones de los días 29 y 30 de marzo.

Durante la firma del convenio, el presidente de RTVE, José Antonio Sánchez, volvía a sorprender en su agradecimiento a las instituciones y organismos implicados en “una  Semana Santa que es un punto de referencia en la cristiandad”.

Si la Constitución española dejaba atrás en el año 1979 el ultracatolicismo de la dictadura franquista, para dar paso a la “libertad religiosa y de culto” en donde “ninguna confesión” tendría carácter estatal, parece que no solo el apartado 3 del artículo 16 de Carta Magna matiza esta cuestión, sino que también lo hace el presidente de RTVE.

Cuando todos creíamos que estas emisiones entran en la promoción cultural y turística del país, nos hemos enterado por José Antonio Sánchez, que su valor para la Corporación también radica en ser un referente de la cristiandad. Pero este seguimiento de la televisión pública de los actos de la Iglesia católica, no es nuevo. Tan solo basta recordar la programación especial que hizo RTVE con motivo de la Jornada Mundial de Juventud (JMJ) durante el verano del año 2011, a los que la corporación dedicó 785.088 euros. Por el contrario no retransmitió la gran manifestación del Orgullo LGTBI, acto central del World Pride 2017, pese a tratarse de un evento mundial. El propio presidente del medio, afirmó que este evento “no encaja” en la programación de la televisión pública. Además de afirmar que “no sería rentable económicamente y que carece de interés de servicio público para el resto del Estado”. Esto choca con una televisión pública que tiene que fomentar valores como la transversalidad. 

Llegados a este punto, asombra el tratamiento que se da en RTVE a los actos públicos. Mientras las últimas manifestaciones de pensionistas protestando contra una ínfima subida salarial quedan relegadas en RTVE, sí se emiten Cabalgatas de Reyes o corridas de toros. La cuestión es qué criterios emplea el presidente del ente público para decidir lo que tiene interés informativo y lo que no. No estaría de más que José Antonio Sánchez, reflexiones si sus decisiones obedecen a principios personales o profesionales.