Lamentable gestión de una de las polémicas más impactantes que afectan a la industria del deporte. La Real Federación Española de Fútbol (RFEF) ha organizado una convocatoria que contaba con Luis Rubiales como protagonista para dar explicaciones sobre el mayor escollo de su trayectoria profesional. Una vez más, la prensa ha sido víctima de una decisión del todo cuestionable al impedir el acceso a los medios al plenario. Todos los presentes en distintas salas aledañas han vivido una situación del todo insólita: no ha sido posible ser testigo de la no dimisión por la publicidad de YouTube.

Los distintos profesionales acreditados para conocer in situ la decisión de Rubiales, entre los que se encontraban representantes de ElPlural.com, se han visto obligados a seguir su comparecencia a través de varias televisiones de plasma distribuidas por las instalaciones. La señal institucional de la RFEF llegaba a los mencionados dispositivos a través de YouTube en lugar de utilizar un canal que garantizase a los periodistas la posibilidad de desempeñar su trabajo en condiciones óptimas.

En este sentido, ElPlural.com ha sido testigo de la indignación de los medios de comunicación cuando el discurso de Rubiales se veía drásticamente interrumpido por los anuncios del mencionado servicio de vídeos. De hecho, en las grabaciones pueden escucharse las quejas de los presentes en una de las salas puesto que había un total de 140 periodistas acreditados tanto de televisiones como radios o diarios generalistas y especializados. En el momento del corte, uno de los trabajadores de la RFEF se apresuraba hacia el ordenador para intentar hacer click en la opción "saltar anuncios", aunque sin éxito.

Polémica Asamblea General

El presidente de la Federación Española de Fútbol, quien responde al nombre Luis Rubiales, ha anunciado este viernes que no dimitirá de su cargo, tal y como ha informado ElPlural.com en directo, a pesar de las presiones recibidas tras la polémica por el beso a la jugadora Jenni Hermoso. De hecho, a lo largo de la mañana no ha dudado en defender su inocencia y denunciar una "campaña de acoso y derribo" contra su persona. "No voy a dimitir, no voy a dimitir, no voy a dimitir", ha afirmado con contundencia de manera reiterada.

"He recibido muchas presiones, casi tantas como algunos de vosotros. Me han dicho que dimitiera porque el lunes me sacarían de aquí, pero estamos en un país donde la ley impera y tiene que haber un motivo. ¿Un pico consentido es para sacarme de aquí? Agradezco estar en España para poder defenderme, voy a defenderme y quien me conoce sabe que voy a llegar hasta el final. Esta campaña no responde a la verdad ni a la Justicia", ha sentenciado ante los asistentes a la Asamblea Genera, pero no ante los periodistas.

El presidente de la RFEF ha acusado a la mayoría de medios de comunicación de participar en la "cacería" contra su persona. "Se está ejecutando un asesinato social. Se me trata de matar. Van a por mí con todo desde hace cinco años por tierra, mar y aireSiempre es el mismo, él y sus títeres [en clara referencia a Javier Tebas]. Cuando llegué al cargo dije que iba a molestar a muchos poderosos porque iba a defender el fútbol modesto", ha expuesto Rubiales a continuación. Incluso no ha dudado en remarcar que no está dispuesto a ser vilipendiado por sus ideas.

"El amarillismo del falso feminismo, más Tebas y los de siempre, han apretado mucho. Igual que la mayor parte de la prensa de este país, me van a matar y lo seguirán haciendo. Pero la verdad es la verdad. En el fondo de mi corazón, no me importa. Estoy dispuesto a ser vilipendiado por defender mis ideales. Lo mejor del fútbol español está aquí", continuaba narrando.

Nadie entona el mea culpa

Las excusas de Luis Rubiales no solo son insuficientes, sino que su comparecencia muestra un claro problema de fondo. Mientras que el presidente de la RFEF aseguraba no dimitir, una marea de aplausos respaldaba su polémica decisión. Como era de esperar, esta situación ha sido muy criticada a través de las redes sociales, cuyos usuarios han puesto de manifiesto los escasos avances de algunas personas en materia de igualdad y respeto.