A mí, sinceramente, ver a Rajoy en el funeral de Mandela [no me había enterado de que se había muerto, ya lo podía haber tuiteado alguien], me ha recordado a ese monstruo del humor llamado Peter Sellers en The Party, aquí en paletolandia traducida como El Guateque [para mí, la mejor media película de la historia del cine, junto con Young Frankenstein. Las dos decaen en la segunda mitad, probablemente porque no se puede mantener ese nivel más tiempo].

Yo lo veo ahí, al hombre, ese invitado que se ha colado por un error administrativo o, en su caso, porque como nadie sabe quién es, pues que venga. Hace esfuerzos por salir en la foto, pero no sale. Se acerca a los grupitos de mandamases con su sonrisa en la cara, pero nadie le echa cuenta, como dicen en el sur.

Luego, además, esta gente lo tiene muy complicado. Ahí, en medio de todos los capos del mundo, sin hablar su idioma. Shungo, no? O sea, la única opción que te queda es pegar la hebra con Castro, pero casi es peor… Y, encima, toca tragar bilis, porque al cubano sí que lo saluda Obama [en este sarao, Mandela no importa, lo único relevante es que el moreno yanki te estreche la mano. Alguno no se la lavará hasta llegar a casa].

Pobre Rajoy. En serio. Que da penita verlo y todo, con su grecian dos mil recién echado para la ocasión. Sin poder ofrecer un miserable relaxing café con leche a los que mandan de verdad.

Si yo fuera presidente, como decía el grandísimo Fernando G. Tola, no hubiera ido. En serio. Yo hubiera echado cuentas [no de las del sur, de las otras] y hubiera dicho: con lo que cuesta el viaje de toda la comitiva que tiene que ir, equipo un hospital de la zona más deprimida de Suráfrica. Porque eso sí, aquí mucho funeral para arriba y mucho Obama para abajo, pero de la gente que se muere de hambre en el ex-país del apartheid, ni mu.

Si Rajoy me hubiese consultado, hubiera quedado como un señor. Hubieran dicho, coño [los guirirs no dicen coño porque no son unos cerdos machistas como nosotros, pero en su idioma hay palabras similares] el españolito sí que sabe. Y él, tan tranquilo, en casita viendo el fútbol o haciendo calceta [qué hará ese hombre en sus ratos libres? Bueno y en los otros también, porque no parece que le luzca mucho].

Yo veo mucho dispendio en ese guateque. Mucho traje caro, mucho hotelazo, muchas horas de vuelo [porque Suráfrica, como Teruel, está en el quinto coño, vamos a seguir aprovechando el taco, que ya sale gratis], mucha joya. Y, a muy poca distancia de ahí, en los barrios de Johannesburgo [ya le podían cambiar el nombre a la ciudad, que es feo e imperialista como aquello de El Ferrol del Caudillo] o Soweto o cualquier lugar de aquel país.

Yo, que soy de clase media baja, como todos los españoles, he aprendido desde chiquitito que hay que estar donde hay que estar. Y, sinceramente, creo que Rajoy no ha estado donde tenía que estar. Cuál era el objetivo del viaje? Que se le viese. Y no se le ha visto. Es que ha ido a honrar a un luchador por la libertad. Pues eso se hace igual por Twitter, sin tanta vaina y sin gastarte un duro.

Ahí os lo dejo. Si es que son igualicos…



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