Cristina Pardo no suele morderse la lengua. Ni en sus apariciones televisivas ni en las entrevistas que concede. La periodista se confiesa este lunes en la contraportada de El Mundo para celebrar sus primeras vacaciones en muchos años, en el primer verano en que no sustituirá a Antonio García Ferreras al frente de Al Rojo Vivo. Y en su entrevista tiene palabras para su actual jefe, pero también para su anterior, Federico Jiménez Losantos, pero también para contar cómo es su día a día como periodista y cuál ha sido el momento de más tensión que ha vivido cubriendo el Partido Popular.

Pardo ha tenido la suerte de trabajar con periodistas icónicos. Entró en este mundo por José María García, a quien considera su “ídolo”. “Fue la persona por la que yo estudié periodismo”, señala. También estuvo junto a Antonio Herrero, “verle trabajar fue impresionante”, a Luis Herrero de quien “aprendí de su talante” y con Jiménez Losantos, de quien “no me importaría haberme llevado una cuarta parte de su ingenio”.

Aunque si tiene que elegir… “Siempre he dicho que Ferreras ha sido mi mejor jefe. Intento absorber lo máximo de las personas con las que trabajo. Te dicen una frase y piensas: ‘Me acaban de dar un máster, pero no como el de Cifuentes’”.

Pardo reconoce que los políticos llaman a Ferreras para quejarse por su trabajo, pero también directamente a ella. “Lo veo como algo de lo que presumir. Me parece bien que se quejen. Lo que no me gustaría nunca es que llamen para decir que he mentido”.

La periodista cuenta cómo, cuando nació La Sexta “en el PP no me cogían el teléfono”, pero la cosa cambió a base de “contacto personal”. “Nunca me he sentido peor tratada que los demás por parte del PP”.

No obstante, Pardo señala que sus momentos de mayor tensión los vivió en Génova: “En la época de Bárcenas hubo ruedas de prensa de Cospedal en las que, mientras le preguntaba, pensaba: ‘Me va a tirar el atril’”.

En honor al programa que presenta ahora, Liarla Pardo, la periodista señala que cuando más parda las liaba era en su pubertad. “Me pegué media adolescencia castigada sin salir porque no obedecía y era muy indisciplinada”.

Y, pese a su faceta todoterreno, hay algo a lo que Pardo se niega de raíz: a presentar Supervivientes. “Creo que no, porque si yo saliera en biquini no haríamos un 30% de audiencia”.