La Tribuna de Cartagena publicó las fotos y el nombre completo de la vícitma de La Manada en un artículo firmado por un redactor jefe que no existe. Este artículo, llamado Yo no te creo, ha sido retirado en su forma original, aunque una versión del mismo -ya sin datos personales y con una foto apenas censurada de la víctima- sigue presente en la web. Su director, Josele Sánchez, sigue apoyando la decisión de haber publicado esos datos personales, cree que es perfectamente legal y la justifica en la defensa de la presunción de inocencia de los condenados por agresión sexual. 

"Si creyera lo contrario, no lo hubiera publicado"

El Plural ha contactado con Josele Sánchez, que sigue creyendo que publicar esos datos fue lo correcto, "si creyera lo contrario no lo hubiera publicado". Y ante la pregunta de si volvería a tomar esa decisión responde que "evidentemente sí". Afirma que en la Tribuna de Cartagena no han sido los primeros en difundir la identidad de la víctima -fue el diario neonazi Daily Stormer-, "nos hemos limitado a reproducir (y sólo parcialmente) los datos que ya habían sido publicados por otros medios". También afirma poseer el vídeo "que circula por toda España" de la agresión sexual, aunque Sánchez cree que dicho vídeo podría probar que hubo consentimiento por parte de la víctima y que por ello publicaron una sóla imagen que sustentaría esa teoría. 

Para Josele Sánchez el artículo oríginal -firmado con el nombre de un personaje de una novela suya- no falta a ninguna ley. Para el director de La Tribuna de Cartagena "evidentemente que sí" cumplía la ley. Según la itnerpretación de Sánchez, la ley sólo protegería la identidad de personas discapacitadas y de menores de edad, por lo que no habrían faltado a ella al difundir el nombre completo y la imagen de la víctima de La Manada.

Para el director de La Tribuna de Cartagena no existe ninguna paradoja en que el artículo que revela datos personales este firmado por un personaje de ficción. "Hay periodistas  que firman son seudónimo y este es un hecho absolutamente respetado y normalizado en el periodismo, lo mismo que en el ámbito literario".  También cree que esa circunstancia "no tiene efectos de cara al lector porque ante cualquier denuncia el periodista está perfectamente acreditado con nombre y apellidos, DNI y domicilio".