Muchos pensaron que Eduardo García Serrano había aprendido la lección, cuando apareció ante las cámaras de Intereconomía llorando para pedir perdón a la consejera catalana a la que había llamado antes “zorra” y “puerca”. Cierto es que había una denuncia de por medio, que quizás le provocó el llanto antes que el arrepentimiento sincero. Pero este martes, García Serrano demostró no haber escarmentado, lanzando un duro discurso contra Irene Montero, portavoz de Unidos Podemos, a la que se refirió como “la chati de Pablo Iglesias, el alfeñique bolchevique”.

No fueron los únicos insultos, porque García Serrano la presentó diciendo que de la diputada “sabemos pocas cosas, lo imprescindible porque tampoco hay mucho más en su currículum”. “Sabemos que actualmente es la zarina roja de Pablo Iglesias, su chati, vamos”, añadía el presentador del informativo de Intereconomía, asegurando que “gracias a su relación personal con el alfeñique bolchevique es la portavoz parlamentaria de Podemos”.

“Habla igual que él y hasta gesticula igual que Pablo Iglesias” hasta el punto de que “gasta idéntico y torpe aliño indumentario y si los ves de espaldas con coletita y vaqueros no sabes quién es quién”.

Semejante derroche de bilis venía dado porque “a Irene Montero no le gusta madrugar” y “las 9 de la mañana le parece una hora intempestiva para iniciar la disparatada moción de censura que su chati le ha preparado a Mariano Rajoy”. “O es más vaga que Homer Simpson, o no le ha dado un palo al agua en su vida, y en el caso de Irene Montero, las dos posibilidades son ciertas”.

Desde luego, García Serrano no aprendió nada y esto no es nuevo, porque en febrero de 2016 ya volvió a las andadas cuando aseguró que "los adjetivos de puta y malfollada le van como anillo al dedo a Anna Gabriel". Acababa de ser multado por injurias, y ni corto ni perezoso atacó a la diputada de la CUP asegurando que "ella no se viste se limita a taparse con harapos propagandísticos el cuerpo con el que la naturaleza le ha castigado”.