Coral Elizondo es maestra, psicóloga, orientadora educativa y diplomada en DUA (Diseño Universal para el Aprendizaje). Es especialista en educación inclusiva y autora de varios libros de esta temática. Ponente en diversos congresos y jornadas, tanto nacionales como internacionales. Colabora de forma continuada con revistas de educación. Escribe y divulga propuestas concretas para avanzar hacia la inclusión. Ha creado un espacio educativo para asesorar a centros, docentes y familias en la transformación de la educación. Es, además, activista por esta educación inclusiva, y participará el 28 de abril en un webinar sobre la atención a la diversidad y la educación inclusiva con emoción, organizado por EduCaixa, de la Fundación “La Caixa”. Hemos charlado con ella acerca de diversos temas relacionados con esa educación inclusiva, la cual se encuentra en pleno período de desarrollo.

Las buenas intenciones de integrar a todo el alumnado no funcionan si seguimos aplicando las mismas prácticas segregadoras del pasado"

 

Pregunta- La transformación educativa trae consigo la educación inclusiva. Una de las grandes preocupaciones es la de confundir integración con inclusión. ¿Se está pretendiendo integrar como si esto fuera solo una suma, una cuestión de número?

Respuesta- El concepto de integración aparece a finales de los 80, inicios de los 90. Se trata, como decías, de integrar a un alumnado que hasta el momento no estaba escolarizado en centros ordinarios, sino en centros de educación especial. De integrarlos a sus aulas. El concepto de inclusión aparece en nuestra normativa española en el año 2006, en la LOE (Ley Orgánica de Educación). Ese concepto no termina de arraigar, y seguimos haciendo las mismas prácticas segregadoras. Me refiero a que ese niño o esa niña salga del aula a recibir apoyo o que, aun estando dentro del aula, reciba un apoyo diferenciado, o tenga una profesora sentada a su lado. Estamos entre la integración y la inclusión. No terminamos de llegar todavía a la verdadera inclusión porque no reconocemos ese concepto, no lo hacemos nuestro y no sabemos llevarlo a la práctica. Hay que pasar a la acción.

P.- Asumo que en esta inclusión también tiene que haber una educación para los compañeros, para que puedan integrar e incluir a ese niño en todas las actividades, incluyendo las recreativas.

R.- La inclusión es de todos, como tú dices. Tú mismo te has dado cuenta. Si yo, como docente, no acepto a esa persona, mis expectativas hacia la persona van a ser más bajas, mi lenguaje va a ser diferente, y eso va a condicionar, efectivamente, a que el resto de las personas también lo vean así. Si yo siempre estoy diciendo "mira que eres molesto" o "mira que eres movida", estoy marcando a ese niño o a esa niña. Hablar de inclusión es hablar de toda la comunidad educativa y que esta llegue a un cambio de mirada hacia la persona, hacia centrarte en lo que sí que sabe, sí que puede, en sus fortalezas. No solo centrarnos en sus necesidades, en su déficit, en lo que no sabe y no puede. En ese cambio de mirada son muy importantes los docentes, también el resto del aula, pero sobre todo el resto de la sociedad. Una inclusión real en los centros educativos conlleva a una mirada normalizada hacia la diversidad, una mirada en la que aceptas y valoras la diferencia. Todo unido nos lleva a sociedades realmente inclusivas. 

"Es imprescindible permitir a las personas vulnerables ser ellas mismas"

 

P.- Tiene que ser algo difícil para los profesores. El cuerpo nos pide, justamente, acercarnos más a esos alumnos y protegerlos con ese trato diferenciado. ¿Hasta qué punto tiene que llegar, si es que tiene que llegar a algún punto, ese trato diferente, o es que tiene que evitarse de forma total?

R.- Has dado en la clave. Es el gran debate actual. Si hablas de inclusión, en las personas diferentes, a las que vamos a llamarlas personas más vulnerables, ¿cómo atendemos esa vulnerabilidad? Se podrá hablar de todo el alumnado solo cuando lo específico, es decir, las personas vulnerables, ya están vistas y sentidas, cuando ya forman parte. En resumen, cuando ya están incluidas. Hay una palabra que creo que nos serviría: alteridad, que es la condición de ser otro. Tú eres tú mismo, y no tienes que parecer ser otro. Tú puedes hablar de una educación para todo el alumnado, cuando a las personas vulnerables les permitimos ser ellas mismas. Hablamos de educación inclusiva cuando no hablamos de entrar, sino de pertenecer. Les dejamos ser otros, en tanto otros. ¿Cuándo puedo hablar de una educación inclusiva, equitativa y de calidad para todo el alumnado? Cuando todo el alumnado está reconocido, incluidas esas personas vulnerables.

P.- ¿Qué sitio tiene la educación inclusiva dentro de la educación emocional? ¿Avanzan de manera paralela, son parte la una de la otra? Supongo que no se pueden desarrollar de forma independiente.

R.- Tú mismo te estás dando cuenta de que esto tiene que ir de la mano. ¿Dónde encajo yo la educación inclusiva? Para mí es el paradigma de la educación actual. Yo no concibo una educación que no sea para incluir a todo el alumnado. Tenemos que garantizar los apoyos para todas las personas, poniendo el foco en los vulnerables, pero atendiendo a todo el alumnado, para que puedan mejorar en todas y cada una de sus dimensiones de la calidad de vida. Hay ocho dimensiones en esa calidad de vida, y una de ellas es el bienestar emocional. Es decir, si yo estoy en el aula, pero mi bienestar emocional se ve afectado porque me segregan, o porque me etiquetan, o porque no me dejan ser otro en tanto otro -hablábamos antes de la alteridad-, no estoy mejorando mi vida. En educación, más allá de la cognición, que por supuesto es importante, está lo emocional. Aspectos cognitivos y emocionales deben ir de la mano. Yo no puedo aprender si emocionalmente no estoy bien. Las emociones modulan el aprendizaje, para lo bueno y para lo malo.

"Tenemos 12 años para que las escuelas ordinarias acojan a todo el alumnado, incluyendo aquellos niños que están hoy en centros de educación especial"

 

P.- Estamos presenciando una polémica respecto a la nueva Ley de Educación en el punto en el que se refiere a las escuelas especiales. ¿Hay que tender a que la totalidad de los niños y las niñas más vulnerables estén incluidos en las escuelas ordinarias?

R.- Ese es el debate actual que ahora mismo está encima de la mesa, a raíz de la LOMLOE (Ley Orgánica de Modificación de la LOE). La LOMLOE pone un plazo, 12 años. A mí eso ya me parece interesante, porque siempre tienes que marcarte un futuro. Y si realmente queremos que dentro de 12 años, las escuelas ordinarias acojan al alumnado que ahora está en centros de educación especial, lo que tenemos que hacer es no repetir los mismos errores de finales de los 80. Esto es mi punto de vista, porque yo aprobé entonces la oposición como maestra, en un momento en el que se empezaba a integrar a este alumnado en las escuelas, y te puedo decir que los docentes no estaban preparados. Ahora tenemos 12 años para prepararnos. Hacer ahora ese cambio sería de locos, pero hacerlo en un futuro es el camino que tenemos que recorrer. España está revisando cómo lo han logrado otros países que ya lo han hecho, y en esta línea, hay documentos ya elaborados por el grupo de la Universidad Autónoma de Madrid, en los que se han fijado en Portugal, que lo tenemos aquí al lado, donde han hecho un cambio hacia la educación inclusiva muy potente. Allí siguen existiendo las escuelas de educación especial, pero para un alumnado muy concreto, para ese alumnado más medicalizado, más rehabilitador médico. Se ha reestructurado todo. Los docentes que estaban en colegios de educación especial siguen siendo docentes, pero ahora tienen otros roles, como el de acompañamiento o de asesoramiento. Son roles que desarrollan en otros centros. Se trata de repensar un poco qué sociedad queremos. Además de Portugal, lo ha hecho Italia, donde sí han dejado de existir los colegios de educación especial, y también una provincia canadiense y un distrito de Londres. El documento es muy revelador y demuestra que no se están haciendo las cosas por hacer. Se está analizando, estudiando y viendo la manera de llevarlo a cabo. En mi caso personal, puedo añadir que he estado en Argentina, en la provincia de La Pampa, donde también están haciendo educación inclusiva. Ladio Scheer Becher es el director de Educación Inclusiva de la provincia, y he podido comprobar in situ su extraordinario trabajo. Una pasada.

P.- ¿Cómo se puede desarrollar un proceso que tiene tantas aristas? ¿Se puede llevar a cabo de manera ordenada y coordinada?

R.- Cuando uno se enfrenta al tema, es verdad que lo ve como un dodecaedro, algo con muchas caras, y que cambia de acuerdo a qué cara se mire. En el año 2.000, se publica una guía que se titula El index para la inlcusión (Index for inclusion), escrito por Tony Booth y Mel Ainscow. Esta guía es un referente. Nace fruto de investigaciones, en este caso en Londres, una de las zonas donde ya te había mencionado que han garantizado la inclusión. La guía nos habla de 3 dimensiones, con lo cual ya acotamos todas esas caras que recién estábamos viendo. La primera, por la que hay que empezar, es la de crear culturas inclusivas. Esto quiere decir sensibilizar y cambiar la mirada. Que reconozcamos al otro. Lo que hemos dicho a nivel pequeñito de aula, pero ahora a nivel general, hablando ya de inclusión social. Lo que hacemos a nivel de centro es crear foros de debate, tertulias, etc. Es fundamental hablar de estos temas. Se trata de compartir unas mismas normas, creencias, valores.

"Las 3 dimensiones para la inclusión son las culturas, las políticas y el profesor en su clase"

 

P.- Supongo, entonces, que incluso los medios tienen su responsabilidad.

R.- Exactamente. Por ejemplo, ahora, con esta misma entrevista, en la que se visibiliza la educación inclusiva, tu medio está contribuyendo a ese cambio de mirada. Habrá docentes que lo lean, estarán de acuerdo o no, pero seguro que a muchos les hará removerse. Esto lleva a buscar ya no quién es Coral Elizondo, sino qué más cosas quiero saber sobre educación inclusiva. Esos valores y creencias que constituyen las culturas nos llevan a pasar a la acción. A un compromiso ético. A hablar de una ética del cuidado, a hablar de reconocer a todo el alumnado que tengo en el aula, a darle nombre, a visibilizar a la persona y a permitir que sea quien es, sin necesidad de parecerse a otro. Es lo que habitualmente hacemos. Como solo "son normales unas personas", el resto tiene que parecerse a ellas para ser normal, y no les dejamos ser ellos mismos.

P.- ¿Cuál sería la segunda de las dimensiones mencionadas en el libro de referencia?

R.- Otra de las dimensiones serían las políticas. Aquí de nuevo hablaríamos de nivel macro, de políticas de Estado, pero también a nivel más pequeño, las políticas se pueden hacer en las escuelas. Cuando tú gestionas los recursos, cuando los movilizas para dar una respuesta de calidad a todo el alumnado. Por ejemplo, con docencia compartida. En lugar de que el profesor o profesora coja al niño y se lo lleve al aula de apoyo, pues que el apoyo se brinde dentro del aula. Dos docentes dentro de la clase, dando una respuesta de calidad a todo el alumnado. Eso sería una política a nivel de centro. Una política a nivel de Estado sería hablar, en nuestro caso, de recursos, de ratios, de docentes, de formación, de currículo.

P.- Llegamos, entonces, a la tercera de esas dimensiones...

R.- Esa tercera dimensión sería lo que hace el profesor en su clase. Porque resulta que si las culturas están muy bien, las poíticas maravillosas, pero yo sigo allí, sota, caballo y rey, haciendo lo mismo, tampoco hay una transformación. Ese dodecaedro que mencionábamos, ya se va encajando en un triángulo. 

P.- ¿Cómo funcionará todo esto, en términos de expectativas, hacia el futuro, a mediano y largo plazo, de manera global? ¿Se espera un efecto contagio?

R.- Yo creo en la Pedagogía de la Esperanza de FreireYo estoy esperanzada, porque la esperanza te lleva a pasar a la acción, te lleva a comprometerte. No hay mejor prueba de esa esperanza que mi propia forma de actuar. Yo aprobé las oposiciones como maestra en 1990, soy funcionaria del Estado. Después de 29 años de docencia, justamente el día antes de cumplir 30, yo pido mi excedencia voluntaria para dedicarme única y exclusivamente a la formación. Practico ese activismo, ese compromiso, con esta educación. Yo estoy dando muchísima formación. Ayer estuve en Pamplona, en un congreso internacional, hablando precisamente de eso, hablando de justicia social, porque te darás cuenta de que de lo que estamos hablando es de un derecho. Es democracia en su estado más puro. Es mucho más que un principio, porque este puede no ser más que orientativo o recomendable. 

"Cuando el docente, desde el momento mismo de la programación didáctica, tiene en cuenta a todo el alumnado, está aplicando el Diseño Universal para el Aprendizaje"

 

P.- ¿Qué es el Diseño Universal para el Aprendizaje? ¿Está relacionado con la educación inclusiva?

R.- Vamos a ir encajándolo en el triángulo. Un diseño universal, sin la "A" de aprendizaje, es hacer accesibles a todos servicios, productos, páginas web, etc. Por ejemplo, nuestros móviles, ahora, son accesibles para todo el mundo. Tú puedes enviar un WhatsApp escrito o con audio. Pero en realidad, el audio estaba pensado para las personas que no pueden ver. Diseñas, desde un principio, para todo el mundo, y luego cada uno elige si escribe o manda un audio. Esto, llevado a la educación, englobaría todo nuestro triángulo. Nuestras culturas tienen que contemplar ese diseño universal siempre, desde la arquitectura de los edificios, con sus rampas y ascensores, hasta en las prácticas, en tu día a día. ¿Qué quiere decir un Diseño Universal para el Aprendizaje? Cuando tú, como docente, estás haciendo la programación didáctica del tema que vas a explicar, tienes que tener en cuenta a todo el alumnado. Y como hemos dicho que nuestra mirada es inclusiva y reconocemos a las personas más vulnerables, pues entonces yo me doy cuenta de que ese niño necesita más apoyo visual, que esa otra niña va a necesitar una lectura más fácil, que aquella otra, de altas capacidades, necesita profundizar porque esto ya se lo sabe. En el propio diseño de tu unidad didáctica, de tu tema, de tu lección, estás teniendo en cuenta a todo el alumnado.

P.- Es decir, estos múltiples usos o lenguajes, que en la educación son diseñados desde la intencionalidad, también pueden ser diseñados de forma consciente para toda la sociedad. No son efectos colaterales, más allá de alguna casualidad.

R.- El Diseño Universal para el Aprendizaje tiene principios y pautas que hacen darte cuenta, precisamente, de eso. En cuanto al acceso, tienes que conocer a la persona, tienes que ofrecer opciones para el interés. Si pones un texto solo escrito, pues habrá personas que tengan dificultades para leerlo. Tendrías que pensar en poner un vídeo subtitulado, o un audio. En cuanto a la construcción, por ejemplo, el feedback que tú haces, o esos apoyos que le vas dando para que haga las cosas de forma ordenada. Son solo algunos ejemplos de cómo es que hay que ir trabajando con una serie de pautas, y así vas contemplando toda la variabilidad que tienes en el aula. Habrás dado una respuesta de calidad. En resumen, se trata de diseñar teniendo en cuanta a todo el mundo. Volvemos al inicio de nuestra conversación: el reconocer.