Diferentes expertos alertaron de la necesidad de trabajar la educación emocional de los adolescentes en nuestro país en el marco de un un nuevo encuentro del ciclo EduCaixa talks Emociona para hablar de 'La inteligencia emocional en la etapa Secundaria' en el que participaron como ponentes, Pablo Fernández-Berrocal, fundador del laboratorio de Emociones de la Universidad de Málaga, Rafael Bisquerra, presidente de la Red Internacional de la Educación Emocional y Bienestar (RIEEB) y uno de los organizadores del evento, y Arantxa Ribot, pedagoga y doctora en educación.

Tanto EduCaixa como RIEEB tienen la intención de promover y difundir la educación emocional fundamentada en la investigación científica. “La adolescencia es una plena paradoja, se trata de una etapa explosiva, y al mismo tiempo tremendamente adaptativa”, con este punto de partida se presentó el webinar.

La adolescencia es una plena paradoja, se trata de una etapa explosiva, y al mismo tiempo tremendamente adaptativa"

Rafael Bisquerra se lamentó de que mientras hay interés en la educación emocional infantil y en la eduación emocional Primaria, éste decae de forma manifiesta, al iniciarse la ESO, porque “el profesor de Secundaria, en general, está implicado en su materia académica, y considera que todo lo que no sea contenido académico no le incumbe personalmente”.

Arantxa Ribot

Arantxa Ribot, pedagoga y doctora en educación 

 

Uno de los referentes de la investigación en la educación emocional, tanto en España como en el mundo, es el doctor Pablo Fernández-Berrocal, que ve prioritario que los profesionales de la educación conozcan y desarrollen sus habilidades emocionales, para poder aplicarlas en su relación con los alumnos y con su equipo de trabajo. Él y Bisquerra protagonizaron una interesante charla al inciio del webinar.

"La adolescencia es una montaña rusa emocional y un reto para los adultos"

El doctor Fernández-Berrocal define a la adolescencia como una montaña rusa emocional, lo cual la convierte en un reto para los adultos. En su laboratorio de emociones, en los años 90 empezó a trabajar con adultos, pero se dio cuenta de que había que empezar antes, por lo que incluyó a adolescentes en su programa INTEMO (de Inteligencia Emocional).

"Los chicos que gestionan mejor las emociones tienen a su vez mejor rendimiento académico en todos los niveles del ciclo educativo”

Este programa, que sigue vigente, según cuenta Fernández-Berrocal, intenta que “las competencias emocionales y sociales no se desarrollen solo de una manera espontánea”. Se trata de algo muy complejo y que debe trabajarse de forma planificada para que funcione de la mejor manera posible. En este sentido, subrayó que no se trata de un lujo, sino algo indispensable, que favorecerá que los chicos y chicas tengan mejor salud mental y física. Añade Berrocal que “los chicos que gestionan mejor las emociones, es decir con más inteligencia emocional, tienen a su vez mejor rendimiento académico en todos los niveles del ciclo educativo”.

Ambos profesionales han tenido que abrir camino. El propio doctor Rafael Bisquerra cuenta que terminó sus estudios de psicología en 1979 sin que jamás le explicaran lo que era una emoción. Paralelamente, en los años 90, el uno y el otro fueron desarrollando sus ideas sin ninguna guía, sobre lo que ellos mismos iban construyendo.

Rafael Bisquerra

Rafael Bisquerra, presidente de la Red Internacional de la Educación Emocional y Bienestar (RIEEB) 

 

Violencia en las calles

Justamente el doctor Bisquerra se lamentaba de los últimos acontecimientos de violencia en las calles, y hacía referencia al “analfabetismo emocional”. El doctor Berrocal incidió en que una de las líneas de investigación de su laboratorio vincula la falta de inteligencia emocional con los comportamientos agresivos. Si no se saben gestionar las emociones desagradables, es probable que se expresen en agresividad.

"Muchos adolescentes que participan no lo hacen desde un punto de vista ideológico, sino como forma de expresar su emoción negativa”

“Es verdad que algunos de los que realizan estos actos violentos lo hacen con un objetivo, de una forma estratégica, pero muchos adolescentes que participan no lo hacen desde un punto de vista ideológico, sino como forma de expresar su emoción negativa”. Aclara el experto que eso no quiere decir que no haya que expresar esas emociones negativas, pero si utilizaran la inteligencia emocional, sabrían el cuándo y el cómo. Al mismo tiempo se lamenta de que el abandono escolar a partir de los 15 años, cuando cesa la obligatoriedad, está creciendo, y como consecuencia, podemos estar frente a una generación perdida, algo que no nos podemos permitir.

El principio de todo es que chicos y chicas se conozcan a sí mismos. Esa es la base de cualquier programa de inteligencia emocional. Por mucho que avance la humanidad, nos seguimos haciendo las mismas preguntas que se hacían los griegos”, dice Berrocal, que aclara que a veces es más fácil conocer al otro, que por cierto es el segundo paso de la inteligencia emocional, porque recibimos mucha más información de la que podemos percibir sobre nosotros mismos: gestos, olores, sonidos, etc. En ese punto es en el que empieza a jugar la empatía, porque si uno logra ponerse en el lugar del otro, una buena parte del recorrido está hecho, pero hay que  tener en cuenta que se trata de un proceso largo. Cuanto más joven es el individuo, más corto es ese proceso. Por ejemplo, en niños de 3 años, los efectos se notan a los 3 meses. Lo más rentable para nuestra sociedad es invertir lo antes posible en educación emocional.

Un programa de educación emocional aplicado a la sexualidad serviría como prevención contra la violencia de género

La charla discurrió luego por el tema de sexo y violencia en la adolescencia. Internet ha cambiado todo. El acceso a la pornografía es totalmente diferente al de hace un par de décadas, y al no recibir otra educación sexual que la que ven en internet, que dista mucho de la sexualidad real de las personas, acaban teniendo una visión distorsionada del sexo. La educación sexual tiene que estar unida a la educación emocional. No se trata solo de enseñar a usar la biología, el uso del preservativo o de anticonceptivos, sino de enseñar toda la complejidad de emociones y sentimientos que tiene una relación humana. Se necesita un programa de educación emocional aplicado a la sexualidad. Entre otras cosas, serviría como prevención contra la violencia de género.

Pablo Berrocal

Pablo Fernández-Berrocal, fundador del laboratorio de Emociones de la Universidad de Málaga 

 

Berrocal también advirtió de la contribución de las redes sociales a esa distorsión. Niños y niñas de 12 años ven una imagen a la que se quieren parecer en Instagram o Tik Tok. Esa imagen ideal hace que casi todos los niños y niñas se consideren gordos y feos a sí mismos.

Esa falta de guía se ve favorecida por la escasez de psicólogos en la educación española. Estamos muy por debajo de la media de psicólogos de la Unión Europea en los centros educativos. Serían de gran apoyo para el desarrollo y evaluación de la inteligencia emocional. No es algo que pueda recaer sin ningún tipo de apoyo extra en el profesorado actual.

Una vez terminada la charla entre ambos doctores, llegó la hora de la intervención de Arantxa Ribot, que nos habló de las evidencias en educación emocional. Su primera referencia fue a una frase de Andreas Schleicher, director de Educación de la OCDE: “La verdad y los hechos cada vez están perdiendo más peso”. La pedagoga recalcó que el objetivo que se persigue hoy en casi cualquier publicación es ser viral y no riguroso. Trajo a colación un ejemplo de cómo contrarrestar esta tendencia: las Research Schools, de Inglaterra, que es una red de colegios que trabajan promoviendo e incorporando en sus prácticas diarias las evidencias. Son más de 30 escuelas las que tienen incorporada este sistema.

El objetivo que se persigue hoy en casi cualquier publicación es ser viral y no riguroso"

 

Webinar La inteligencia emocional en la etapa Secundaria

¿Tenemos evidencias de resultados positivos en los programas de educación emocional?, se pregunta Ribot. En EduCaixa se dispone de un repositorio de buenas prácticas educativas, en la que hay una línea que es la de educación emocional, la cual nos dice que esta, efectivamente, tiene efecto sobre el aprendizaje. El compromiso del docente en la materia que imparte mejora el resultado en el alumnado.

Presentó también la profesora un completo listado de programas de educación emocional, en el que podemos ver las edades en las que se aplican, cuál es el tipo de estudio, instrumentos, cómo se ha evaluado, el efecto que tienen, etc.

Antes de acabar el encuentro con el turno de preguntas de la audiencia, Arantxa Ribot aconsejó visitar algunas de las webs en las que podemos encontrar las evidencias que comprueban que la educación emocional funciona: Evidence-Based Social-Emotional Learning Programs, Teaching and Learning Toolkit, Repositorio de Evidencias EduCaixa, Google Académico o Best Evidence in Brief.