En el Día Mundial de la Salud Mental (10 de octubre), hemos tenido la ocasión de charlar con Mercedes, beneficiaria del programa de inserción laboral Incorpora, de la Fundación “la Caixa”, y con su pedagoga Ruth Fernández, técnica del programa. Mercedes, que gracias a este programa ha reenfocado su vida con una formación y empleo en Madrid. El programa se puso en marcha en 2006, y tiene como objetivo acompañar y capacitar a las personas vulnerables reconociendo sus potencialidades y preparándolas para entrar en el mercado laboral. En definitiva, mejorar la vida de las personas. Se desarrolla mediante distintas líneas de trabajo con el fin de acompañar y dar oportunidades a las personas más vulnerables. Una de ellas es la de salud mental, que este año cumple 10 años desde su arranque, período en el que ha logrado más de 17.000 inserciones laborales.
Pregunta- ¿En qué consiste el programa Incorpora en general y tu trabajo en particular?
Ruth- Lo que hacemos es colaborar con las empresas, somos un proyecto social. Incorpora es un programa financiado por la Fundación "la Caixa" y somos redes territoriales por toda España y el extranjero. En Madrid, concretamente, somos 38 entidades, en España, más de 400, y nos organizamos por territorios. Tenemos un doble objetivo: trabajar con las personas en el acompañamiento laboral y trabajar con las empresas para que se pueda conseguir la inclusión laboral de esas personas. Así damos también a las empresas cobertura a sus necesidades de personal.
P- Tú eres pedagoga laboral y social, ¿es así? ¿Con cuánta gente trabajas en el programa?
R- Cada año trabajo con unas 150 personas. En concreto, en mi entidad, pero es algo que depende de cada caso y de cada entidad. Los números son diferentes si estás trabajando con inmigración o si estás trabajando con salud mental o víctimas de violencia de género. Cada uno tenemos nuestros objetivos porque son realidades muy diferentes.
P- ¿Tú te especializas en salud mental o puedes tener diferentes casos?
R- La Fundación Manantial está especializada en proveer a la red de candidatos especialmente vulnerables por su salud mental.
P- Entiendo que cada caso tendrá sus tiempos y diferentes procesos. ¿Cómo podrías resumir estos últimos?
R-Entre las tareas que realizamos los técnicos de inserción laboral se incluyen el seguimiento del proceso de formación, el acompañamiento laboral, el asesoramiento a las empresas contratantes para facilitar la adaptación de las personas a las características de los puestos, y el fomento de la colaboración de nuevas empresas con el programa.
P- Pasamos a la verdadera protagonista. Mercedes, ¿cómo conociste el programa Incorpora?
Mercedes- Lo conocí a través de la Fundación Manantial. De ahí salieron varias ofertas y hubo una que coincidía exactamente con mi perfil de técnica en informática. Con el apoyo de la fundación y de Incorpora, optamos al trabajo. Sabía que valía, pero la verdad es que no sé si decir que también tuve mucha suerte. Me contrataron después de unas entrevistas previas, y después de tres meses de prueba y seis meses de contrato, me han hecho indefinida. Teletrabajamos dos días a la semana, y el resto de los días es presencial. Somos unos sesenta o setenta trabajadores. En mi experiencia todo es muy positivo, tanto en la relación con mi jefe, como en la relación con los compañeros. Todo lo que te pueda decir es bueno. En ese sentido sí puedo afirmar que he tenido mucha suerte. He recuperado la fuerza y la autoestima.
P- Estamos hablando del final feliz de esta historia, pero venías de un período de dificultades. ¿Te apetece contarnos algo de ese período previo?
M- Sí, claro. Mi padre tenía una administración de loterías. A mí nunca me llamó la atención, siempre me interesó la informática, desde muy pequeña. Mi padre falleció, y nos tuvimos que hacer cargo de la administración mi madre y yo. Yo estaba preparada para ello porque lo había mamado durante toda mi vida, aunque me había especializado en otras áreas, había estudiado para auxiliar administrativo. De hecho, cuando le detectan el cáncer a mi padre, yo estaba trabajando como administrativa para un supermercado, y lo tuve que dejar.
P- Más allá del dolor por la pérdida de tu padre, este cambio hace que la situación se te vaya de las manos.
M- Para mí supuso eso, junto con mi enfermedad mental, que todo se me hiciera cuesta arriba. Se trataba de un trabajo que no me gustaba. No obstante, seguimos unos dos o tres años... o cuatro, no recuerdo bien, con ello, siempre con ayuda de mi madre. Las dos, mano a mano, lo vamos sacando. Pero llega un momento en el que se hace insostenible. Lo hablamos y decidimos traspasar el negocio, afortunadamente, a un familiar.
P- ¿Qué haces, entonces?
M- Yo empiezo de cero, estudiando lo que me gusta. Hago dos módulos: uno de nivel 1de microinformática, y otro ya más elevado, de nivel 3. Con esos módulos y siempre con el apoyo de Manantial e Incorpora, que incluye prácticas, llego al punto que te había contado.
P- ¿Tienes algún proyecto para el futuro o vas viviendo el día a día?
M- Voy viviendo el día a día. No me planteo el mañana, porque hay que tener en cuenta que todo esto es muy reciente. Pronto me plantearé el futuro, pero de momento, estoy solucionando el presente.
P- Una vez que has logrado reconducir tu vida, ¿sigue la relación con las dos fundaciones, seguís en contacto?
M- Sigo con ellos. Estoy en el proceso de alta. Si todo sigue así, en seis meses me darían el alta. Querría decir que ya habré alcanzado los objetivos planteados. Hay un psicólogo que me llama regularmente, pero cada vez de forma más espaciada, ya que todo está yendo bien.
P- ¿La gente que tiene dificultades de salud mental conoce, en general, estas oportunidades? ¿Tienen suficiente difusión?
M- Yo creo que no se conoce suficientemente. Yo conocí la fundación gracias al centro de salud mental al que acudía en Leganés. Cuando yo ya estaba más estable, mi psicóloga me habló de esta posibilidad. Al menos, en es momento, no era algo muy conocido. No sé como será la situación en este momento.
P- Seguramente, tu testimonio servirá para ayudar a la difusión.
M- Espero que sí, porque a mí me ha cambiado la vida y espero que lo mismo pase con muchas personas más.