La Ley Orgánica General Penitenciaria, vigente desde 1979, dice que “las instituciones penitenciarias reguladas en la presente Ley tienen como fin primordial la reeducación y la reinserción social de los sentenciados a penas y medidas penales privativas de libertad, así como la retención y custodia de detenidos, presos y penados”. Es decir, las cárceles no son sitios de castigo, aunque algunos así las consideren. Pero ni siquiera estos últimos estarán en desacuerdo en que aquellos que queden en libertad, después de cumplir su condena, se reinserten en la sociedad, sin peligro de reincidencia en el delito.

No son pocos los países en los que las cárceles son invivibles. España, afortunadamente, está entre los países con cárceles más dignas para los reclusos, aunque la situación dista mucho de ser la ideal. Por eso, programas como Reincorpora, subprograma de Incorpora, de la Fundación “la Caixa”, son fundamentales para ofrecer un futuro mejor para los condenados, que se traduce en un futuro mejor para la sociedad en general. Es el caso de Javier Ramos, un ex trabajador de la hostelería, que ha comprendido que hay un camino mejor que el que había elegido.

Javier valora mucho que el programa haya apostado por él, pero no hay que perder de vista que él mismo es el protagonista de esa elección, que tan importante es la oferta como el tomar la decisión de aceptarla. A través del Reincorpora, ha conocido a Mónica Palomino, técnica del programa, quien forma parte de un equipo de profesionales de Instituciones Penitenciarias y entidades sociales que apoyan y acompañan a las personas durante todo el proceso. Javier lo supo desde el primer día: “con esta persona me voy a entender muchísimo”, dijo en cuanto la conoció.

Javier ya tiene trabajo gracias al programa Reincorpora

El primer paso fue que el propio Javier consultara a Mónica sobre la posibilidad de apuntarse a algún curso. Fue así que apenas un mes y medio después de salir de prisión, ya pudo incorporarse a un curso de polivalencia de supermercados. Al curso, que duró tres meses, se sumaron quince días de práctica en una empresa. “Ahí fue donde me puse el traje de torero y dije: aquí me tienen que contratar a mí sí o sí”, afirma orgulloso Javier. Y así fue.

“Tú tienes en Incorpora una herramienta perfecta para reincorporarte a la sociedad. Te hacen un perfil, te hacen un currículum adaptado a lo que tú has trabajado. Me han dado muchos privilegios: estamos aquí y apostamos por ti, y tira hacia adelante”, recuerda Javier con una amplia sonrisa. “Mi vida, después de Reincorpora ha cambiado. Me valoro más, porque antes no me valoraba. Ahora veo la vida de otra manera. Parece que era el tornillo que me faltaba que me apretaran”, concluye ya riendo francamente.

En 2021, el programa Reincorpora facilitó la inserción laboral de más de 1.500 personas provenientes de más de 100 centros penitenciarios, con la colaboración de más de 1.000 empresas contratantes