Inés Cañizares, exdiputada de Vox en el Congreso de los Diputados y ahora actual vicealcaldesa de Toledo, engrosó este jueves el currículo xenófobo de la formación ultraderechista. Lo hizo durante un pleno municipal, donde afeó a Podemos y al Partido Socialista su “visión simplista y reduccionista”. El debate se focalizaba en la violencia machista, aunque para la segunda edil no supone algo intrínseco culturalmente a España, sino que la “importación de culturas machistas”. Es decir, de la inmigración. “Nunca ha estado presente en nuestra cultura”, señaló. Un argumento recurrente para la formación que dirige Santiago Abascal, pues su vicesecretario de Comunicación, Manuel Mariscal, que fue de número 1 en las listas por Toledo a la Cámara Baja, ya sugirió en un debate que “los violadores grupales no son españoles”.

¿Qué vida les importa más, la de una mujer asesinada a manos de su pareja o expareja, o la de una mujer asesinada por su hermano o por su propia madre o por su pareja del mismo sexo?”, arrancó la número dos de la Corporación en el marco del debate de una moción del Grupo Municipal Socialista “para restaurar las políticas de Igualdad y combatir la violencia machista”. Cañizares no se salió de la pauta establecida por Vox, apuntando a la izquierda y atribuyéndole un “interés” en las víctimas “según su ideología”. “Sabemos que hay víctimas de primera y de segunda. Hay vidas arrebatadas de mujeres que han sido asesinadas que parecen más importantes que las de otras”, insistió.

La segunda edil interrogó a los grupos de izquierda sobre lo que implica para ellos el concepto de machismo: “¿Es para ustedes violencia machista la mutilación genital, los matrimonios forzosos o considerar ciudadanos de segunda a las mujeres?”. Pregunta retórica que sirvió de prólogo a Cañizares para revestir de xenofobia sus críticas. “De eso nunca habla, porque precisamente esa violencia nunca ha estado presente en nuestra cultura. Es ejercida contra mujeres en España”, abundó la exdiputada ultra, quien atribuyó estas prácticas a la “importación de culturas machistas”. En este sentido, en Castilla-La Mancha se aprobó en 2018 -y continúa vigente- la Ley 4/2018 para una Sociedad Libre de Violencia de Género; texto que alude de manera explícita a la mutilación genital y al “emparejamiento a edad temprana concertado o forzoso” como violencia machista.

A pesar de todo, Cañizares abordó y criticó la aplicación de la Ley del sólo sí es sí, asegurando que se trata de un articulado “que ha demostrado ser un fracaso” y que “pone en peligro” a las mujeres. “Han pasado del ‘Hermana, yo sí te creo’ al ‘Violador, yo te libero’”, percutió la número dos de la Corporación, que instaba a continuación a las fuerzas de izquierdas a “abrir los ojos y dejar de negar” que la violencia contra la mujer trasciende al “machismo”. “Hay otras causas que ustedes obvian y no aceptan investigar”, subrayó al tiempo que les exigía disculparse por unas leyes y la “falsa igualdad” que promulgan. “Criminalizan y señalan a los hombres en general como potenciales delincuentes, pero a los auténticos asesinos, violadores y agresores le reducen la condena o los ponen en la calle”, remachó.

“Qué pereza, otra vez lo mismo”

La vicealcaldesa concluyó su turno y la izquierda toledana recogió el guante, no sin antes emitir sus quejas de asistir de nuevo al mismo discurso de siempre. La concejala socialista, Ana Abellán puntualizó que “negar la violencia de género es empoderar a los agresores y desamparar a las víctimas”, amén de desmontar sus acusaciones de que no se preocupan por “otras violencias” como la vicaria o la mutilación: “Igual no está en las concentraciones con Médicos del Mundo. Se lo puedo decir más alto, con megáfono o sin él, pero yo creo que no nos escuchan”.

La moción, presentada por PSOE e IU-Podemos que rechazó el plenario con PP y Vox haciendo valer su peso parlamentario, se citó el “refuerzo de medidas contra la violencia machista en Toledo”. También contemplaba “combatir de forma expresa los discursos negacionistas de la violencia contra las mujeres”, al estilo de los que pronuncia la extrema derecha. Los dos grupos de izquierdas urgían de esta manera al Ayuntamiento y a la Junta a “dejar de subvencionar a asociaciones antiabortistas que a su vez practican tácticas de violencia psicológica contra las mujeres al coartar su libertad de decidir sobre sus cuerpos”. Una clara alusión al servicio de cuidado de menores de 0 a 3 años a domicilio, subvencionado por el Plan Corresponsables del Ministerio de Igualdad y adjudicado a la Red Madrid en Toledo.