A escasos días de las elecciones en Castilla y León, Luis Tudanca, secretario general del PSOE de Castilla y León y candidato a la Junta, recibe a ElPlural.com en Valladolid. Convencido de que el 13 de febrero se dará un vuelco a los resultados que pronostican las encuestas y de que los castellanos y leoneses votarán el cambio que ya eligieron en 2019 -y el pacto entre PP y Ciudadanos lo impidió-, el líder socialista se presenta como el candidato de este cambio y esta regeneración, de las políticas que necesita Castilla y León después de casi 35 años de gobiernos ininterrumpidos del Partido Popular.

Con kilómetros a la espalda tras recorrer de arriba abajo y de izquierda a derecha esta extensa comunidad, en una campaña en la que Tudanca ha sido arropado por líderes socialistas nacionales y autonómicos; entre una entrevista y otra, y con actos y encuentros con diferentes entidades a pocas horas. Así es el panorama en el que se ha forjado esta conversación, en la que el candidato del PSOE a la Junta ha hablado sobre las necesidades de la comunidad, las medidas que tomaría de llegar al Gobierno autonómico, las heridas enquistadas en estas tierras por la corrupción del PP y, también, sobre las últimas polémicas, como las macrogranajas.

Luis Tudanca es secretario general de la formación autonómica desde 2014 y procurador y líder de la oposición en las Cortes desde 2015. En las elecciones de 2019 consiguió que el PSOE fuese el partido más votado en las urnas, un hecho histórico en la comunidad, tierra donde la derecha no dejaba de encadenar mayorías absolutas desde 1987. En las siguientes líneas, la entrevista completa a Luis Tudanca con las miras puestas en el próximo 13 de febrero.

PREGUNTA: En 2019 ganó las elecciones pero no consiguió gobernar. Ahora las encuestas no dicen lo mismo, pero ¿se ve no ganando y quizás sí gobernando?

RESPUESTA: Bueno, las encuestas dicen lo mismo que en 2019. No había ninguna, salvo el CIS, que nos diera como primera fuerza política. Y no solo ganamos, sino que es que conseguimos 35 escaños, a solo seis de la mayoría absoluta. Es el mismo escenario, dos años y medio después no solo vamos a ganar, sino que ahora necesitamos una victoria más amplia para que el cambio sea imparable. Ahora no vale con ganar, esta tierra necesita un gobierno diferente.

P: ¿Qué supuso moralmente en aquel año ganar las elecciones después de tanto tiempo sin que lo consiguiera el PSOE pero que se escapara la Junta? ¿Y qué supuso para las que para los castellanos y leoneses?

R: Para la gente de esta tierra creo que frustración, porque defraudaron una voluntad de cambio mayoritaria. No solo a los que votaron al Partido Socialista, también a los que votaron otras opciones políticas que comprometieron también el cambio. Pero sobre todo dos años y medio más de despoblación, dos años y medio más de corrupción y de tramas muy numerosas por parte del Partido Popular, de recortes en la sanidad pública…

Eso es lo grave. Yo en esto no soy importante, ni mis expectativas, ni mi ambición, ni muchísimo menos. En todo caso, a pesar de aquello de ganar y no gobernar, nos quedamos aquí a seguir peleando por esta tierra. Y por eso hoy, a tres días de las elecciones, de nuevo, se puede ganar en Castilla y León, se va a ganar en Castilla y León.

Necesitamos desarrollo industrial, necesitamos poner en marcha un plan de retorno del talento joven, necesitamos blindar los servicios públicos

P: Desde el PSOE llaman al cambio en Castilla y León. ¿Qué cambio necesita esta comunidad?

R: Bueno, primero, regeneración y decencia. Una manera diferente de hacer política o cumplir la palabra dada. Recuperar la estabilidad, porque es que han dinamitado un Gobierno, unos Presupuestos, en el momento más decisivo de nuestra historia, con los fondos europeos, con la recuperación económica.

Mientras el resto de comunidades autónomas están corriendo para aprovechar ese momento, aquí, el señor Mañueco nos ha metido en campaña electoral por sus intereses partidistas y por su corrupción. Y necesitamos desarrollo industrial, necesitamos poner en marcha un plan de retorno del talento joven, necesitamos blindar los servicios públicos, reabrir los consultorios médicos en el medio rural, mejorar la sanidad pública, empleo digno y servicios públicos para frenar esa sangría demográfica. Ese es el gran cambio que tenemos por delante.

P: Estas elecciones son las primeras que se presentan desligadas de las municipales. ¿Cómo puede afectar esto a los resultados y a la participación?

R: Bueno, afecta a todo. Lo primero, porque nos hace visibles por primera vez. Cuánto tiempo llevamos deseando que Castilla y León tenga una voz propia en España. En fin, cada vez que vemos en los medios de comunicación semanas y semanas hablando del tráfico en la M-30 o de una nevada que pasa cada diez años y que aquí tenemos dos o tres veces al año, queremos que se hable de aquí. Por eso yo me empeño en hablar de Castilla y León. Por eso me parece una falta de respeto que el Partido Popular, que el señor Mañueco no haya sido capaz de hablar de qué programa político tiene para esta tierra.

Si yo hubiera sido presidente durante estos años, estaría presumiendo de mi gestión. Ellos no son capaces de hablar de lo que han hecho y, por supuesto, menos de lo que ofrecen. Por eso me parecen una oportunidad estas elecciones sin municipales, estas elecciones sin otras elecciones autonómicas. Una gran oportunidad para enseñarle también a España lo que somos, el potencial que tenemos.

Ya veremos cómo afecta a la participación en las últimas elecciones. En el año 2019 no solo ganamos claramente, sino que fue la primera vez en la historia en la que el Partido Socialista tuvo más votos en autonómicas que la suma de los votos en municipales, por esa voluntad clara, rotunda, de cambio.

Tudanca. Fernando Coto : ElPlural


P: ¿Por qué no le pasa factura al PP la corrupción en esta comunidad? Trama Eólica, Perla Negra, las primarias del PP de Salamanca…

R: Bueno, sí le pasa, le pasó en el año 2019, pero sobre todo le ha pasado una tremenda factura a la gente de esta tierra. Yo siempre digo que la lucha contra la corrupción es una cuestión de ética. Pero también de pura supervivencia, de desarrollo económico.

Es que aquí, en la Trama Eólica, en la que se piden, recuerdo, 138 años de cárcel para ex altos cargos del Partido Popular, 850 millones de euros en multas, es de una dimensión estremecedora. Los empresarios en sede judicial decían que a esta tierra la llamaban Sicilia y León, que no invertían aquí porque les pedían mordidas y eso, insisto, además de una cuestión ética, es que impedía inversiones, impedía creación de empleo y eso hacía y hace que los jóvenes se tengan que marchar de aquí, porque aquí no hay oportunidades.

Por tanto, es una cuestión también de supervivencia. Le ha pasado una factura terrible, impagable, a Castilla y León esas tramas de corrupción. Trama Eólica, Perla Negra, las primarias del señor Mañueco. Pero es que aquí todos los vicepresidentes del Partido Popular desde 1987 han estado condenados o implicados en tramas de corrupción, todos.

P: Sí, la factura le pasa a Castilla y León. Pero es que el dato también es que desde 1987 siguen gobernando 35 años después. ¿Es Castilla y León una tierra conservadora?

R: No, no lo es. Bueno, insisto, en 2019 no solo los que votaron al PSOE votaban cambio. Había muchos más. Por eso es tan importante decir hoy que a pesar de que de nuevo hay algunos que se presenten con esa bandera del cambio, ya sabemos que el único voto que lo garantiza es el voto al Partido Socialista.

Una victoria amplia, aún más amplia del Partido Socialista. Ya hemos visto experimentos, ya hemos visto lo que hacen con esa voluntad otros. Pero insisto, sí les ha pasado factura, sí ha tenido un desgaste para ellos. Pero en todo caso, luchar contra la corrupción no es un interés electoral, es una convicción ética.

El señor Mañueco, si necesita a Vox, pactará, porque ha demostrado que está dispuesto a todo para seguir en el poder

P: Y hablando de experimentos, al menos las encuestas, lo que dicen ahora es que quizás Mañueco no pueda gobernar con mayoría absoluta, pero si gobierna puede que tenga que ser con Vox. ¿Puede que Castilla León se convierta en el primer laboratorio donde se ponga a prueba una coalición de ultraderecha?

R: No va a pasar porque no van a sumar. Fíjese en cómo ha evolucionado todo. Nadie aquí le daba la más mínima credibilidad a esas expectativas en las que el señor Mañueco, como el señor Casado, el Partido Popular, pretendían sacar aquí o estar cerca de una mayoría absoluta. Al final se le está haciendo tan larga la campaña electoral que como siga avanzando les va a salir a deber procuradores. Pero la pura y cruda realidad es que si suman lo harán. El señor Mañueco, si necesita a Vox, pactará, porque ha demostrado que está dispuesto a todo para seguir en el poder. Es que ya lo hizo: en Palencia ganó el Partido Socialista y pactaron con Vox para conseguir el gobierno municipal, es que lo intentaron en Burgos, es que en El Espinar lo hicieron y le dieron la Concejalía de Igualdad a la concejala de Vox.

Eso ya ha pasado. Por tanto, no tenemos que imaginar si el señor Mañueco, si llega, sumará y le permitirá llevar al Boletín Oficial las barbaridades que el candidato de Vox dice en Twitter y piensa de los derechos de las mujeres, de los derechos del colectivo LGTBI, de las minorías. Lo hará.

Por eso, insisto, hace falta una victoria más amplia. Yo me niego a normalizar que en este país pueda entrar un partido de extrema derecha en un gobierno. Me niego a normalizar que el Partido Popular, que una derecha antaño moderada, sobre todo en esta tierra, donde hemos llegado a muchísimos acuerdos en interés de todos los ciudadanos, permita, a diferencia de lo que hace toda la derecha europea, entrar a la extrema derecha en un gobierno.

P: Los pactos parece que no le gustan al PP, a Ciudadanos le dio una patada y convocó elecciones con el objetivo de un gobierno en solitario. ¿Ve capaz a Ciudadanos de volver a apoyar a Mañueco?

R: Sí, claro. Si hace dos años y medio dijeron que nunca jamás su voto serviría para perpetuar el régimen del Partido Popular, lo hicieron. Ahora ya ni siquiera dicen que no votarían al PP, dicen que no votarían al señor Mañueco. Han dado un paso atrás.

En esto tampoco tenemos que imaginar qué haría, lamentablemente. Ojalá, yo estoy dispuesto a hablar con todos aquellos que quieran un cambio en las políticas, que quiera un cambio en los comportamientos, que quieran recuperar la decencia, que quieran mejorar la sanidad pública, la educación pública, que quieran reindustrializar… Pero Ciudadanos ya tuvo dos oportunidades, ya las tuvo.

Y luego, fíjese, en este escenario fragmentado. Creo que también tenemos una ventaja, la capacidad de llegar a acuerdos, sobre todo de respetarlos después. El señor Mañueco no solo no ha respetado el acuerdo que tenía con Ciudadanos, sino que no ha respetado la palabra que les dio a los empleados públicos. Firmó de su puño y letra un acuerdo para devolverle las 35 horas. Ha acabado la legislatura y nada. Dinamitó el diálogo social, le pidieron la dimisión los representantes de todos los sanitarios en mitad de la pandemia, porque también les mintió, incumplió el pacto por la reconstrucción que en mitad de la pandemia les propuso y construimos dando un ejemplo en toda España y dándole una herramienta poderosísima en el momento más difícil para la estabilidad, para la protección social de la gente, para la reconstrucción económica… Los ha incumplido. Ha incumplido la palabra con todos, sobre todo con la gente.

P: La precampaña y la campaña han estado protagonizadas por las macrogranjas y las palabras de Alberto Garzón al respecto. ¿Por qué en un primer momento desde el PSOE entraron en ese bulo y luego decidieron mantenerse en un cierto margen?

R: Yo he dicho lo mismo desde el primer día. Primero, me parecieron inoportunas esas declaraciones en un medio de comunicación extranjero, sembrando dudas que luego tuvieron que ser matizadas y, sobre todo, cuando uno provoca una reacción así de los principales afectados, es que algo has hecho mal. Un poco de sensibilidad, un poco de comunicación.

Ahora bien, aquí, en Castilla y León, nosotros habíamos llevado iniciativas para incrementar los controles medioambientales en la instalación de las macrogranjas. Hemos defendido siempre el modelo social agrario, dimensionar las explotaciones para hacerlas compatibles en el desarrollo turístico, la protección de nuestro medio ambiente, la protección de nuestra cultura y nuestro patrimonio. Que eso es generación de riqueza, de empleo y fijación de población. Claro que, por supuesto, defender a nuestros agricultores y ganaderos.

Pero bueno, tengo la sensación de que también en eso han tenido un efecto boomerang. Han tenido que dejar de hablar de eso, entre otras cosas, porque han acabado convirtiéndose en una parodia. Estas visitas a Castilla y León haciéndose fotos en una España, en una Castilla y León rural que ya no existe, como si esto fuera un escenario en blanco y negro de una película de los años 40.

La gente aquí se ha sentido hasta agredida, insultada, por ese discurso sobre una Castilla y León moderna, ambiciosa, que no se parece con la que ellos han tratado de contar.

Luis Tudanca en la entrevista con ElPlural. Fernando Coto


P: En Ávila (La Moraña) se está viviendo otra crisis importante en los últimos tiempos. La gripe aviar. ¿Cómo ve las medidas que se están tomando al respecto?

R: Bueno, es que el control sanitario animal tiene que ver mucho también con los momentos en los que vivimos. Pero mire, ahí no vamos a hacer polémica. Yo creo que hay que dedicarse a mejorar, a controlar, no solo en este tipo de crisis. Hemos hablado en muchas ocasiones con las organizaciones profesionales agrarias de la necesidad de garantizar la sanidad animal, que es lo que le da una calidad, una enorme calidad a los productores de Castilla y León y a su capacidad de exportar.

Por eso es tan importante, en fin, el equilibrio y salir de esas parodias sobre el campo que el señor Casado y el señor Mañueco han contado.

P: En el primer debate electoral fue muy llamativo que el señor Mañueco hablara mucho del presidente Sánchez. De hecho, parecía que era la persona a la que se enfrentaba. ¿A qué cree que responde esa estrategia?

R: Me parece que es un error, sobre todo un error. Lo han hecho arrastrados por la competición con una extrema derecha, tanto en el tema de las macrogranjas como la radicalización de su discurso, como los ataques al gobierno de Pedro Sánchez de forma muy irrespetuosa.

Yo lo dije en Miranda de Ebro, porque lo último que le escuché al señor Casado fue insultar directamente a Pedro Sánchez y a José Luis Rodríguez Zapatero llamándoles incluso dictadores. No sé, es que en el PP parece que todos los gobernantes demócratas de este país le parecen dictadores. El único que no les parece un dictador fue el dictador. No sé, me parece que cuando alguien compite en el terreno de otro, la gente acaba votando al original.

Se parecen tanto a Vox también en ese discurso, pues la gente acabará votando a Vox. Es el problema que tiene el Partido Popular y que tiene este país. Y esto no es Madrid. Y el señor Mañueco no es Ayuso. Y la gente de esta tierra tampoco. Es que estas elecciones deciden el gobierno de Castilla y León y la gente se merece el respeto de que hablemos de ellos.

Hoy hay 370.000 empadronados en Madrid que son de aquí. Hay un millón de castellanos y leoneses viviendo fuera en los últimos años

P: ¿Qué propuestas ofrece el PSOE para los castellanos y leoneses?

R: Lo primero que tenemos que hacer: yo llamaré a los agentes políticos y sociales para acordar unos presupuestos ambiciosos y un plan de reconstrucción que aproveche la llegada de los fondos europeos para cambiar nuestro modelo económico y productivo.

Es que estamos ante una enorme, una magnífica oportunidad, la mejor y puede que la última de nuestra historia para diseñar la Castilla y León del futuro. Y quiero hacerlo entre todos y para frenar la despoblación, para hacer frente al reto demográfico. Por eso aprobaremos una ley de reto demográfico con una estrategia y un presupuesto propios, con incentivos fiscales en el medio rural para fijar empresas, para atraer pobladores, para garantizar los servicios públicos en todo el territorio, para reabrir los consultorios médicos, para garantizar citas en atención primaria en 48 horas con una ley para establecer plazos máximos, para ser atendido en la sanidad pública y reducir las listas de espera, para con las universidades, los centros tecnológicos, con la investigación, el desarrollo, la innovación, con planes de retorno del talento…

Aprovechar el enorme potencial de nuestros jóvenes que se están marchando por miles. Hoy hay 370.000 empadronados en Madrid que son de aquí. Hay un millón de castellanos y leoneses viviendo fuera en los últimos años. Eso lo tenemos que parar. Ese es el diseño de un gobierno que tiene que ser ambicioso. No podemos resignarnos a que esto, la despoblación, la emigración de nuestros jóvenes, sea inevitable porque no lo es. Podemos y debemos pararla.

P: Mañueco también ha prometido una ley para brindar los centros de salud. ¿Puede este mensaje calar en el electorado?

R: El señor Mañueco y el Partido Popular vuelven a prometer en esta campaña electoral que harán todo lo contrario de lo que han hecho durante 35 años. Yo siempre digo que el PP, el señor Mañueco, se podría presentar a estas elecciones con el mismo programa electoral de 1987, cambiando pesetas por euros, porque es que campaña tras campaña vuelve a decir que hará lo que luego no hace.

Y es el primer caso de la historia en el que un gobernante dice: haré una ley para impedirme hacer lo que ya he hecho. Voy a hacer una ley para impedirme cerrar los consultorios que yo he cerrado. Es que los ha cerrado el señor Mañueco. Es que hay cientos de pueblos que llevan un año y medio o más sin ver un solo profesional sanitario.

En 2013 intentaron cerrar las urgencias médicas en el medio rural y una rebelión cívica y un acuerdo, una vez más del PSOE, para impedirlo. Es que han privatizado el Hospital de Burgos. Claro que necesitamos blindar los servicios públicos, la sanidad. Pero es cuestión de cumplir con que la sanidad es un derecho de inversión y de presupuesto y de compromiso político. Pero nadie se cree que va a blindar la sanidad o reabrir los consultorios quien les ha cerrado.

P: Después de casi dos años de pandemia, también se han privatizado los test de antígenos. ¿A cuento de qué se hace ahora?

R: A cuento de lo de siempre. De repente dinamita un Gobierno, echan a la consejera de Sanidad, convocan unas elecciones en mitad de la sexta ola de forma tremendamente irresponsable. Y, apenas unos días después, hay dos decisiones. Una, privatizar los test de antígenos por 6 millones de euros, a más de 30 euros el test de antígeno, a tres empresas, dos de ellas propiedad de ex altos cargos del Partido Popular, de ex militantes del Partido Popular. Es que es el mismo modus operandi de siempre.

Y luego tres reuniones secretas del consejero de Sanidad con los licitadores del mayor contrato de la sanidad de Castilla y León, la externalización del transporte sanitario. Una propuesta del PSOE pidió una auditoría porque las ambulancias no están en condiciones, porque se incumplen los pliegos, porque los trabajadores no tienen suficientes condiciones…

Ese es el modelo sanitario del Partido Popular. El nuestro es incrementar el presupuesto en Sanidad, es revertir para lo público el Hospital de Burgos, que nos está costando más de dos mil millones de euros para que algunos hagan negocio con nuestra salud. Es incrementar el presupuesto la Atención Primaria para que alcance al menos un 25% de la inversión global en Sanidad, es hacer un plan para la ocupación de plazas de difícil cobertura, para poner en marcha incentivos laborales y salariales, para captar profesionales en una tierra dispersa, periférica, donde es difícil captar a esos profesionales, recuperar el consenso con los profesionales sanitarios dinamitado… Bueno, son los dos modelos, pero no lo esconden. Lo hemos visto.

Yo estoy dispuesto a hablar con todos los que quieran cambio. Todos los que contribuyan al cambio van a ser bienvenidos

P: Esta extensión que tiene Castilla y León ha fomentado, desde hace ya años, la aparición de regionalismos, lo que también se llama los partidos de la España Vaciada. ¿Qué ve el PSOE en estos partidos, una amenaza o una oportunidad?

R: Es un movimiento muy heterogéneo, mucho. Por ejemplo, la lista de la España Vaciada de Valladolid la forman 14 exmiembros de Ciudadanos. Hay otros que sí vienen de un movimiento social que es de mucho valor, porque ha contribuido junto a la lucha que aquí llevamos haciendo desde el Partido Socialista desde hace muchos años, que es el visibilizar esos desequilibrios que tiene nuestro país, de los que hablaba antes.

Es que aquí no podemos vivir todos en Madrid y trabajar todos en Madrid. Este país tiene un enorme problema de reequilibrio territorial, industrial y demográfico que hay que resolver. Mientras estábamos hablando siempre de otras comunidades autónomas y de otros problemas, se ha olvidado esto.

Ahora han decidido participar en política. Yo lo veo con todo el respeto, pero dos cosas: una, el único voto que garantiza el cambio es el voto al Partido Socialista, y segundo, yo defiendo a Castilla y León, me quedé aquí para luchar por Castilla y León. Le pido el voto a la gente para defender Castilla y León, pero en política también hay principios. Quien diga que es capaz de apoyar cualquier cosa a cambio de una inversión territorial, yo, por ejemplo, no negociaré nunca con los derechos de las mujeres, con la igualdad a cambio de un kilómetro autovía. No lo haré, no lo haré.

P: ¿Y su coalición? Si dan los números, ¿hará una coalición con Unidas Podemos o con alguno de estos partidos?

R: Vamos a ver qué decide la gente. Pero lo hablábamos antes, yo estoy dispuesto a hablar con todos los que quieran cambio. Todos los que contribuyan al cambio van a ser bienvenidos. Tenemos que dialogar. Es que la política también es eso, porque la gente lo quiere cuando vota y quiere que haya pluralidad.

A mí eso no me asusta. Aquí, por ejemplo, el Pacto por la Reconstrucción lo firmamos entre todos: el Gobierno, Partido Popular, Partido Socialista, Ciudadanos y Unidos Podemos. Si en esta tierra lo que nos ha gustado siempre es llegar a acuerdos.

P: Uno de los problemas que hay en Castilla y León, aparte de la despoblación, es la centralización hacia Valladolid. Por ejemplo, en León hay ciertos movimientos que piden una autonomía propia con León, Zamora y Salamanca. ¿Cómo puede solucionarse esto?

R: El sentimiento de agravio en esta comunidad ha logrado el Partido Popular que sea prácticamente unánime. Nadie se siente a gusto. Nadie se siente satisfecho. Pero el problema no es Valladolid, el problema ha sido el Gobierno del Partido Popular en la Junta durante 35 años.

Es el que ha generado enormes desequilibrios. Es el que no ha logrado que esta tierra tenga desarrollo en ningún sitio. Aquí no se trata de que algunos tengan menos, se trata de que todos tengan más, de que se reequilibre. Pero no ha pasado, no han querido. Por eso a mí me parece tan importante la reducción de los desequilibrios, que es una cuestión de equidad. Que es darle más a quien más necesita, es generar más desarrollo, un desarrollo más equilibrado. Porque es que si León crece le va a venir bien a Valladolid y a Zamora; si Soria se desarrolla le vendrá bien a Burgos, y viceversa.

Tenemos que reequilibrar el desarrollo en Castilla y León, desde el punto de vista institucional y desde el punto de vista demográfico-industrial de las infraestructuras.

P: Y, por último, ¿tres medidas para sus 100 primeros días?

R: La primera, la reapertura de los consultorios médicos en el medio rural y la garantía de que haya citas en la atención primaria en 48 horas. La llamada a todos los agentes políticos y sociales para poner en marcha, para diseñar, para acordar, los presupuestos ambiciosos que necesita Castilla y León, y un plan de reindustrialización y un proyecto estratégico propio para aprovechar los fondos europeos. Son las tres cosas más simbólicas y necesarias, muy urgentes, que necesita hacer Castilla y León, que haremos en Castilla y León a partir del 13 de febrero.