A mediados de 2017, Cristina Cifuentes firmaba un convenio, con la Fundación Amancio Ortega, por el que se donaba 46,5 millones de euros para la lucha contra el cáncer. Un montante que se destinaría a la adquisición de máquinas modernas para ayudar en el diagnóstico y tratamiento de esta cruda enfermedad. Sin embargo, de las 23 máquinas compradas, tan sólo nueve están en pleno funcionamiento, según recoge El Confidencial.

Estas nueve máquinas están ya operativas después de un extensísimo proceso de licitaciones de concursos, obras en los centros, permisos al Consejo de Seguridad Nuclear… Un tortuoso sendero burocrático que no ha permitido poner la totalidad de la donación del empresario gallego en los hospitales madrileños.

Sanidad ha presentado este miércoles la octava máquina que se ha puesto en marcha. Se trata de un acelerador lineal instalado en el complejo hospitalario de Fuenlabrada. Este artilugio permite tratar a 70 pacientes al día con tumores de mama, próstata, digestivo, de cabeza, de cuello y de pulmón.

Según informa El Confidencial, el director general de Infraestructuras Sanitarias del Gobierno regional, Alejo Miranda, detalla la complejidad del proceso para poner en marcha estas nueve máquinas. Asegura que se han respetado los plazos legales y ha alegado que Madrid lo ha hecho mejor que otras comunidades, pues la Fundación del empresario no sólo donó a hospitales madrileños.

Con el dinero de la donación, el ejecutivo regional de Cifuentes se hizo con 23 máquinas. Todas están compradas, pero solo hay nueve en funcionamiento. “Cuando termine este 2019, tendremos 18 instaladas y estarán operativas en enero de 2020. Nos quedarán cinco y cuatro de ellas estarán en funcionamiento en el primer trimestre del año, mientras que la restante lo hará a mediados del próximo curso”.

Miranda relata los trámites para los distintos concursos públicos para comprar las máquinas y licitaciones que “llevan muchos meses”. En paralelo, varios hospitales han tenido que adecuarse a estas máquinas para poder acogerlas y, para ello, se ha tenido que solicitar un permiso al Consejo de Seguridad Nuclear.

El total de máquinas adquiridas se distribuye en 13 aceleradores lineales, cinco equipos de diagnóstico por imagen y otras cinco braquiterapias de alta tasa. Entre los primeros, cuatro de ellos son de altas prestaciones, ocho especiales y uno que resulta único en España y Miranda lo describe como “el mejor de Europa”.

Las 23 máquinas compradas por la Comunidad de Madrid se distribuyen de la siguiente manera: 13 aceleradores lineales, cinco equipos de diagnóstico por imagen y cinco braquiterapias de alta tasa. De los 13 aceleradores, cuatro son de altas prestaciones, ocho de prestaciones especiales (de los que uno tiene un brazo robotizado para radiocirugía) y el último es único en España, "el mejor de Europa".