Cuando parece que el verano se despide, las llamas azotan de nuevo la zona oeste de la comunidad autónoma de Castilla y León; en este caso se trata de la comarca leonesa de El Bierzo, en la que los habitantes de dos municipios se encuentran confinados desde la tarde de ayer, cuando el incendio declarado en la zona fue catalogado Nivel 2 por la Consejería de Medio Ambiente por riesgo para personas y bienes distintos de los de naturaleza forestal.
Contra un perímetro aproximado de diez kilómetros de fuego del bautizado como Incendio Forestal de Brañuelas luchan desde el mediodía del lunes más de medio centenar de medios de extinción, en torno a 140 personas, incluida la Unidad Militar de Emergencias.
Técnicos, agentes medioambientales y celadores, junto a 5 cuadrillas terrestres, 2 autobombas, 4 buldócer, 7 Brigadas helitransportadas de la Junta de Castilla y León y el Ministerio de Transición Ecológica y 7 aeronaves se ocuparon hasta llegada la noche de las labores de extinción, hasta las 19:35 horas, cuando se activó a la UME.
Confinados Tremor de Abajo y Almagarinos
Los residentes en los dos núcleos de población más cercanos al fuego, situados al oeste de las llamas, Tremor de Abajo (37 habitantes según datos del INE de 2017 y perteneciente al municipio de Torre del Bierzo) y Almagarinos (77 habitantes, municipio de Igüeña) continúan este martes confinados en sus domicilios para evitar situaciones de riesgo al reducirse las posibilidades de movimiento por las vías de circulación.
Las condiciones meteorológicas, con rachas de viento de 20 km/hora, y el tipo de combustible propiciaron el lunes una rápida expansión del incendio, a lo que se unió una inversión térmica que originó que la columna de humo no ascendiera a capas más altas de la atmósfera.
Según la información facilitada por Medio Ambiente, estos fenómenos permitieron que las pavesas, aún encendidas, abrieran nuevos focos fuera del frente de llamas.
Orografía complicada
La orografía es otro de los factores que dificulta las labores de extinción. Los continuos y profundos valles, con elevada pendiente, no permiten un fácil acceso.
En la mañana de este martes Ángel Sánchez, jefe de Servicio de Incendios de la Junta de Castilla y León, destacaba las dificultades que están encontrando los equipos de tierra, especialmente las máquinas buldócer, para acometer las labores de extinción en “zonas muy abruptas, con mucha pedregosidad” y augura que, aunque se ha podido detener la cabeza del fuego, hay zonas de gran actividad y “va a llevar mucho trabajo” controlar el perímetro.
Aunque el viento del noreste, con rachas intensas, que continúa esta mañana, dio una ligera tregua a partir de las ocho de la tarde, las previsiones meteorológicas son de un aumento de la velocidad del viento con cambios de dirección, pero también un aumento de la humedad relativa y temperaturas bajas, lo que, previsiblemente, reducirá la velocidad de avance del frente, que ayer, según la Unidad de Planificación y Análisis de Castilla y León era de dos kilómetros por hora a favor de pendiente.