A las 17:40 horas del jueves, la Asamblea de Madrid ratificó el cambio de ciclo, uno más, en Telemadrid. A esa hora, la Cámara regional despejaba la incógnita tras meses de incertidumbre y con el plan del Partido Popular en el aire, pendiente de las veleidades de Vox. Sin embargo, pese al voto mayoritario que sumaron las fuerzas conservadoras y el regocijo de sus representantes, el pacto escrito que firmaron el consejero de Presidencia, Enrique López, y la líder regional Vox, Rocío Monasterio no se rubricó hasta 15 minutos antes de la votación. En el tintero quedaron exigencias y hubo cesiones, como el recorte de presupuesto del 10% al que accedió el PP, que asegura en privado que no supondrá ni despidos ni recorte de sueldos. Pero también se quedó sin plasmar la exigencia de neutralidad política y objetividad que exigía Vox.

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PP y Vox volvieron a jugar al gato y al ratón durante dos meses, pero al final, como viene ocurriendo siempre en Madrid, todo se encarriló. Los “hasta aquí hemos llegado” que tanto Santiago Abascal como Pablo Casado se suelen lanzar en platós y parlamentos nacionales quedaron en agua de borrajas. Y eso que, en la explicación de su voto positivo, el diputado regional de Vox José Luis Ruiz Bartolomé pretendió cierto enfrentamiento: “Este acuerdo para ustedes es una oportunidad para que nos puedan demostrar que no son el PP de Murcia, el PP de Andalucía, el PP de Ceuta o el PP del Ayuntamiento de Madrid. Todos ellos nos han traicionado”.

“Esperamos mucho más de ustedes, esperamos que lo cumplan y que este acuerdo sea el principio de otros acuerdos que vendrán a lo largo de esta legislatura. Así lo esperamos”, concluyó el diputado de Vox. Menos reproches hubo en el turno final del PP, que la diputada Almudena Negro inicio con un “muchas gracias al grupo parlamentario de Vox” por apoyar el plan para tener “una Telemadrid transparente, austera y estable”. “No es ningún secreto, para nosotros José Antonio Sánchez es una persona idónea para administrar provisionalmente Telemadrid”, señaló la diputada del PP, que ofreció “la mano tendida” de su partido para conseguir una mayoría de tres quintos para nombrar un director general nuevo y estable.

Algo que ya existía antes de toda esta pugna política en la figura de José Pablo López, pero que no respondía a la actual conformación de la cámara, con mayoría absoluta de PP y Vox. Pero llegar a esta culminación no ha sido fácil. La importancia del control de Telemadrid para el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso quedó en evidencia con la elección de su hombre fuerte, el juez y consejero López, para negociar con Monasterio. Sin embargo, el pacto no se rubricó hasta 15 minutos antes de que llegara la votación a última hora de la tarde, y tras ocho horas de trabajo continuo en la Asamblea de Madrid, que arrancó su sesión plenaria a las 10 de la mañana. De hecho, las delegaciones estaban preparadas para anunciar tanto el fracaso del pacto como su éxito e incluso el PP tenía un plan B con un administrador provisional en el banquillo por si José Antonio Sánchez y sus directivos tenían que coger los bártulos y salir de Ciudad de la Imagen.

Cesiones por ambas partes

Pese a que PP y Vox han vuelto a darse la mano, la negociación ha exigido cesiones por ambas partes. El acuerdo plasma un recorte del 10% en la Radio Televisión Madrid (RTVM), que supondrá reducir el presupuesto de 77 a 69,3 millones de euros, que era una de las principales exigencias de Vox (en caso de que el PP no aceptase cerrar Telemadrid). “No va ir contra personal, eso seguro, no se va a tocar la parte correspondiente a sueldos ni despidos”, aseguran fuentes del Partido Popular a ElPlural.com. El otro punto es la creación de un sistema de transparencia que publique cada mes todas las contrataciones y subcontrataciones, una idea que desde el PP ven con buenos ojos y que ha sido la más fácil de conseguir.

Lo que no se ha cerrado es la exigencia de Vox de que se articulen mecanismos para garantizar la independencia política de Telemadrid. “Si el Gobierno no nos garantiza la objetividad, la independencia de Telemadrid, nuestra posición será contraria”, señalaba hace solo 10 días Íñigo Henríquez de Luna, portavoz adjunto de Vox en la Asamblea. Pero ayer esa exigencia ya no estaba clara. Rocío Monasterio se anotó el tanto de salir en rueda de prensa a anunciar el acuerdo y presumir tanto del recorte como de la vigilancia de la contratación con productoras, aunque acto seguido, y como si fuera una consecuencia de ese control, aseguró que “habrá neutralidad ideológica en una televisión que tiene que ser para todos los madrileños”.