No es Madrid para árboles. Tras perderse 94.115 árboles en la ciudad durante la borrasca Filomena, el Ayuntamiento de Madrid ha seguido su política condenando alcorques que se encuentran vacíos por la ciudad. Estos cuadrados que en algún momento albergaron verde han acabado condenados y sepultados. Por lo pronto, este 2022 el consistorio que dirige José Luis Martínez-Almeida ha clausurado 2.118 alcorques que no estaban destinados a nuevas plantaciones, según una petición de acceso a la información pública que ha hecho la concejala del Grupo Mixto, Marta Higueras. Además, este 2023, prevén 2.044 condenas.

Analizando distrito a distrito lo peor se encuentra en Puente de Vallecas. De lejos, y con 364 alcorques condenados, es la zona de Madrid que más ha sufrido esta política del Ayuntamiento. Por detrás le sigue Villa de Vallecas, que sigue esperando a la apertura del abandonado kilómetro cero del denominado Bosque Metropolitano con 210 alcorques y de cerca Vicálvaro con 210. En el lado contrario de la lista se encuentran Centro con solo 37 alcorques, Chamberí con 30 y Salamanca con 14.

La oposición madrileña reclama soluciones al Ayuntamiento de Almeida. "El Gobierno de Almeida mantiene una guerra abierta vontra los árboles de nuestra ciudad", indica el portavoz de la campaña municipal de Más Madrid, Eduardo Rubiño. "La política medioambiental de Almeida se define en una palabra: arrasar. A esto se ha dedicado el alcalde estos cuatro años, su gestión se basa en anteponer cualquier excusa a un árbol, cuando no es una reforma de una plaza, es una obra de metro, un parking....  Cualquier excusa es buena para taparlos o enterrarlos en cemento o para asfixiados y dejar que se sequen", explicaba. 

"En vez de avanzar y preparar nuestra ciudad para afrontar el cambio climático y las olas de calor y hacer de Madrid un lugar verde y amable, nada, Almeida se empeña en destrozar miles de árboles sanos. Esto cambiará a partir de mayo. Nuestro modelo de ciudad es saludable, más natural, accesible, donde el espacio público es para que las personas nos encontremos. Y sí va a cambiar, porque lo va a hacer Rita", añade Rubiño.

"Está clara la política de Almeida", complementa Marta Higueras. "Todos los árboles que se puedan quitar para usar el espacio público de otra manera se está haciendo. Estamos viendo montones de alcorques que están quitando para hacer terrazas. Viendo los datos se ve lo que le importa a Almeida el sur y ciertos distritos", dice tras obtener el listado de alcorques.

Próxima víctima: Madrid Río

Mientras la política de cerrar alcorques vacíos se instala en la ciudad, Madrid Río se llena de obras. A inicios de semana, varios operarios comenzaron a instalar las vallas y maquinaria para crear la futura estación de Comillas de la Línea 11 del Metro de Madrid. Finalmente, en el proyecto final de la Comunidad de Madrid se ha decidido que la estación estará dentro del parque madrileño provocando la tala de numerosos árboles que se encuentran en la ribera del río. De tal forma, pinos y cipreses de gran porte, que formaban parte del antiguo parque de Arganzuela y sobrevivieron incluso al faraónico soterramiento de la M-30, están en peligro en el proyecto.

"La política verde de Almeida es humo. El Bosque Metropolitano es humo. Todos los árboles que plantaron los han dejado secar por falta de mantenimiento. En el Parque de la Cornisa han quitado 28 árboles de 99 del parque más grande del centro para poner, por supuesto, cemento. Todo va a la política de quitar todos los árboles que puedan. No es verdad que les preocupe la calidad del aire", concluye Marta Higueras.