Manos Limpias, el pseudosindicato que también inició la ofensiva contra Begoña Gómez, la mujer de Pedro Sánchez, mantiene ahora sus ataques contra la jueza instructora de la DANA, a la que pretenden sumar un presunto delito de prevaricación incluyendo para ello recortes de prensa; precisamente el mismo modus operandi que empleó contra la esposa del presidente del Gobierno.
El secretario general de la entidad, Miguel Bernad, firmó una denuncia presentada el pasado 24 de junio contra la magistrada instructora de la tragedia ante la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJ-CV) que el órgano competente inadmitió por un defecto de forma. En este sentido, cabe destacar que la Ley Orgánica del Poder Judicial exige una querella para causas contra jueces y magistrado en el ejercicio de su cargo.
Después de ese varapalo, Manos Limpias no ha cesado en su intento de que la Justicia dictamine que existe algo punible en la actuación de la profesional jurídica y ha elevado otra querella, esta vez firmada por la abogada Esther Rodríguez Prieto, quien mantiene el argumentario inicial del pseodusindicato, pero esta vez no ha utilizado el bulo que sí usó Bernad cuando habló de un supuesto ocultamiento por parte del Ejecutivo de Sánchez de una “veintena” de víctimas mortales, un exabrupto que pronunció sin poseer ninguna prueba.
El objetivo del pseudosindicato con este nuevo escrito no es otro que el de intentar subsanar su error anterior, manteniendo en todo momento la versión de que la jueza habría protagonizado una “absoluta y arbitraria discriminación y coacción de derechos de Manos Limpias, así como una completa vulneración al derecho de igualdad de armas entre las partes del procedimiento”.
Manos Limpias pretende así volver a la causa que instruye la jueza -en la que mantiene con investigados a la exconsellera Salomé Pradas y al exsecretario autonómico Emilio Argüeso- y de la que la propia magistrada les echó al detectar una incompatibilidad entre la personación del pseudosindicato como acusación particular y la defensa de uno de los investigados que ejerce el letrado José María Bueno Manzanares. El primero se había presentado como “jefe” de los servicios jurídicos de la firma y el segundo la representa en la acusación que ejerce en la causa contra el hermano de Pedro Sánchez.
En su resolución, la querella considera que la magistrada incurrió en una “interpretación errónea y subjetiva de la entrevista ofrecida tiempo atrás” por el letrado y cuestiona si a instructora se planteó “en algún momento confirmar la veracidad o exactitud de las manifestaciones”. En su defensa, Bernad aporta un certificado para desmentir las afirmaciones del letrado de Argüeso defendiendo que se trata de “uno de los muchos abogados que colaboran”, por lo que él -Bernad- es el “único” titular de la “asesoría jurídica”. El propio pseudosindicato ha reconocido que él mismo ha desistido de su recurso contra el auto de la instructora que acordó el pasado 19 de mayo su expulsión del procedimiento.
La instrucción se limita a los hechos de los días de los autos
Según el pseudosindicato, la magistrada “impidió injustificadamente” la práctica de diligencias adicionales para investigar una “posible” responsabilidad que tuvieran “sujetos distintos” a Pradas y a Argüeso, en relación con los presidentes de la Conferencia Hidrográfica del Júcar (CHJ) y de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET).
La mencionada querella cuestiona el “criterio” adoptado por la instructora de que únicamente figuren como imputados la exconsellera del Gobierno de Carlos Mazón y el exsecretario autonómico de Emergencias, aunque éste fuera avalado por unanimidad por la Audiencia Provincial de Valencia.
Manos Limpias pretende así, sin éxito, incluir a otros actores -por ejemplo, del Gobierno central- como responsables de la catástrofe del pasado 29 de octubre, al considerar que no pueden ser “únicamente imputables a dos personas”. En concreto, se refiere a “quienes deben velar por el mantenimiento de los causes del río y los embalses” -todo ello sin mencionar los barrancos cuyo desbordamiento provocaron la mayoría de los fallecidos- y a “quienes tardaron más de cuatro días en enviar la ayuda”.