El consumo de alcohol en la Comunidad de Madrid ha crecido de forma alarmante en los últimos años. Según la última Encuesta Domiciliaria sobre Alcohol y otras Drogas (EDADES), el 15,6 % de los madrileños afirma beber a diario, frente al 6,7 % registrado en 2022. Una cifra que se dispara entre los jóvenes, que se inician en esta sustancia a una edad media de 16,8 años, y que contrasta con el discurso público de las autoridades autonómicas.
Frente a este escenario, la presidenta Isabel Díaz Ayuso ha preferido centrar sus campañas institucionales en la lucha contra el cannabis, con mensajes duros dirigidos especialmente a adolescentes. “Los porros golpean tu vida hasta destrozarla” es uno de los lemas de su última campaña, pese a que el consumo anual de esta sustancia ha aumentado apenas un punto porcentual, del 8,3 % al 9,7 %, y su edad de inicio se sitúa por encima del rango al que va dirigida la campaña.
Sin embargo, ni el alcohol ni el tabaco —ambas sustancias reconocidas por la propia Comunidad como generadoras de adicción— reciben menciones en el nuevo Plan contra las adicciones presentado por el Gobierno autonómico, dotado con 200 millones de euros. El contraste entre la tolerancia institucional hacia el alcohol, que incluso se ensalza como parte de la “vida apasionante” en Madrid, y la demonización del cannabis, ha sido calificado por expertos como una postura hipócrita que contribuye a normalizar el consumo de alcohol, especialmente entre los más jóvenes.
En este contexto, queremos conocer tu opinión. ¿Se equivoca Ayuso al frivolizar con el alcohol al priorizar la lucha contra los porros? ¿Tiene sentido centrar todos los esfuerzos institucionales en una sola sustancia mientras otras, más normalizadas, ganan terreno entre los más jóvenes? ¿Es coherente una campaña que alerta de los peligros del cannabis sin mencionar el tabaco ni el alcohol, cuando son precisamente estas últimas las que más consumen los menores? Participa en nuestra encuesta y cuéntanos qué piensas.
