Este martes ha tenido lugar el FC Barcelona – Slavia de Praga correspondiente a la cuarta jornada de la fase de grupos de la Champions League. El conjunto dirigido por Ernesto Valverde se ha encontrado incómodo sobre el verde, siendo superado por el equipo checo de forma continua y sin encontrar las sensaciones que se pretendían tras la humillante derrota del pasado sábado en el Ciutat de Valencia contra el Levante (3-1).

Más allá de lo futbolístico, los acontecimientos políticos de las últimas semanas en Catalunya, con continuas movilizaciones contra la sentencia condenatoria a los líderes del ‘procés’ del Tribunal Supremo, han provocado que cada jornada que los blaugranas disputen en el Camp Nou ocupe portadas por servir como altavoz de los secesionistas.

Las pancartas en apoyo a los políticos presos y en contra del Estado español, al que consideran fascista por su actuación para frenar la escalada de violencia en las capitales de la región, provocan que los 90 minutos sobre el terreno no sean lo único trascendental de cada uno de los partidos disputados por el conjunto.

Sin embargo, y pese a que Tsunami Democràtic haya convertido el fútbol en una de sus principales armas en las últimas fechas -su amenaza provocó al aplazamiento del Clásico hace dos jornadas-, este partido ha trascurrido de forma tranquila y sin altercados reseñables, más allá de algunos gritos a favor de la independencia en el minuto 17.

En el segundo anfiteatro del Camp Nou se ha podido apreciar una pancarta en la que se leía “Freedom” (Libertad), de un tono mucho más suave que la mostrada en el partido disputado el pasado octubre contra el Inter de Milán ("Solo las dictaduras encarcelan a líderes políticos pacíficos"). Además, en uno de los fondos, los asistentes han mostrado esteladas y pequeños carteles pidiendo diálogo (“sit and talk”).