Pasan los meses y la sociedad valenciana sigue llenando las calles. Lo hace porque la petición que viene reclamando desde que la DANA devastó por completo la provincia de Valencia no se ha hecho efectiva: Carlos Mazón sigue al frente de la Generalitat.
Por ello, y hasta que esto cambie de tinte, este jueves miles de ciudadanos vuelven a manifestarse por las calles de la ciudad de Valencia para que la tragedia, la gestión que el Ejecutivo de Mazón ha hecho sobre ella y las 228 víctimas mortales no caigan en el olvido. Coincide, además, en una jornada donde también hay huelga general convocada por Intersindical, CNT, CGT y COS, con su correspondiente manifestación a las 12:00 horas desde la Estación del Norte, en la calle Xàtiva, y que recorrerá el centro de la ciudad hasta alcanzar la calle de la Paz y la plaza de la Virgen, siendo la primera manifestación del día.
Precisamente estos sindicatos se concentraban este miércoles frente a las puertas de Les Corts, coincidiendo con el debate de la aprobación de los presupuestos autonómicos, para, por una parte, exigir la dimisión de Mazón y, por otra, instar a los grupos de la oposición a que se unan a la huelga. “Basta de gestos meramente estéticos”, denunciaban. Con gritos de “La Camarero nos lleva al matadero”, “Partido Popular, partido criminal”, “No hay otra manera, o con la patronal o con la clase obrera”, los sindicatos convocantes del paro de este jueves expresaban así su rechazo a la manera que ha tenido el Gobierno valenciano de gestionar la crisis que se ha derivado de la DANA.
Referente a la segunda y principal manifestación de la jornada, después de que la de abril tuviera que aplazarse al coincidir con el apagón, para este jueves está convocada a las 19:00 horas en la Plaza del Ayuntamiento de Valencia. Posteriormente, recorrerá la calle de las Barcas, Poeta Querol, la plaza de la Reina, la calle Bordadores y la calle Micalet hasta la plaza de la Virgen, donde concluirá.
Anuncian una “huelga histórica”
Así, desde CNT, su representante en Valencia Ana Mar Bueno ha adelantado que la de este jueves será una huelga “histórica” para hacer evidente, una vez más, “que lo que nos pasó el 29 de octubre no es un hecho aislado, sino que se enmarca en décadas de políticas neoliberales y negacionistas del cambio climático, y ahí tanto las instituciones como el capital son cómplices”.
Asimismo, este miércoles ponía de relieve el sufrimiento al que se enfrentaron los trabajadores en la tarde-noche del 29 de octubre sin poder regresar del trabajo a casa a tiempo, o, incluso, viéndose obligados a permanecer en sus puestos de trabajo. “Mañana iremos a las calles, pararemos el País Valencià para defender los derechos de la clase trabajadora porque el día 29 se vulneraron sus derechos y se puso en peligro a muchas personas que fueron obligadas a ir a trabajar o que tenían que volver a casa en los peores momentos para defender el capital”, lamentaba.
Por parte de CGT, su secretario general en la ciudad Juan Miguel Font ha instado a los diferentes grupos parlamentarios que secunden la huelga y muestren el rechazo al jefe del Consell. “La sociedad valenciana que ha dicho basta y que quiere ver a Mazón no solo dimitir sino también que tenga las responsabilidades penales que le corresponden por la gestión previa y posterior a la DANA”, ha señalado. Asimismo, ha insistido en que los partidos “dejen la equidistancia y se manifiesten contundentemente a favor de la huelga general”.
Al hilo de todo ello, desde COS, Isabel Sanchis ha reiterado que la oposición “debe dejarse de gestos meramente estéticos y estériles” porque se necesita “mucha más contundencia”, que “se pare la represión contra las clases populares valencianas” y que “se hagan caso a las demandas de los pueblos afectados”.
“Imposición unilateral” de servicios mínimos del Consell
No obstante, el descontento hacia Mazón se ha hecho extensible incluso a las condiciones de la huelga. Desde los sindicatos convocantes, han reprochado que el Consell haya impuesto unos servicios mínimos con “las manos manchadas de sangre” con la finalidad de “reventar el paro”. “Después de dejar morir a decenas de trabajadoras y trabajadores, el día de la DANA, en su puesto de trabajo, o yendo de casa al trabajo o del trabajo a casa, la Generalitat decreta unos servicios mínimos para reventar y hacer fracasar la huelga general de mañana”.
Denuncian así “la imposición unilateral” de estos servicios mínimos “abusivos y sin negociación” supone “un ataque claro a los derechos sindicales y laborales”. “Esta práctica, además de limitar la capacidad de incidencia y visibilidad de la protesta, vulnera el principio de negociación colectiva y el respeto al derecho fundamental de huelga reconocido tanto en la Constitución como en normativa laboral y sindical”, sostienen.
Así quedan los servicios mínimos
Con todo ello, al margen de las críticas vertidas, el Consell ha fijado en un 80% los servicios mínimos para transporte público y transporte escolar. Para metro y tranvía lo fija en un 80%; para autobuses, tanto metropolitanos como la EMT, circularán al 70% en horas valle, y del 80% en horas punta; el transporte interurbano tendrá el 65% en los servicios que cubren las rutas a los centros de trabajo; el 80% en el caso de las conexiones con aeropuertos, puertos y estaciones ferroviarias y del 20% en servicios discrecionales.
Asimismo, por lo que hace a la sanidad, los centros de especialidades contarán con el 25% de la plantilla y el 50% en atención domiciliaria. En los hospitales habrá servicios de domingo en hospitalización, servicios centrales urgentes, quirófano de urgencias, servicios de urgencias, cocinas, mantenimiento y centralitas. Por su parte, farmacia hospitalaria, quirófanos programados y hospitalización a domicilio tendrán el 50% de los servicios, mientras que serán del 25% en consultas externas preferentes.
En el ámbito de la educación, dependerá de la etapa educativa. En los centros de Infantil y Primaria, habrá un profesor por etapa educativa, con un mínimo de uno cada cuatro unidades; en Secundaria, Bachillerato, Formación Profesional, enseñanza de idiomas y artísticas, un profesor por etapa educativa, con un mínimo de uno por cada diez unidades. En los centros de Educación Especial, dos educadores por cada cinco unidades.