Carabaña es un pequeño municipio del sureste de la comunidad de Madrid de apenas 2.000 habitantes. Situado en la comarca de Las Vegas, la localidad (fundada por los romanos) destaca por sus cultivos de olivos y por albergar el único balneario de aguas medicinales que queda en toda la región. Un complejo abandonado y en desuso que ha provocado toda una batalla judicial entre una empresaria china (que quería comprar las instalaciones) y Avalmadrid, una entidad semipública participada por la Comunidad de Madrid que es propietaria de las 86 hectáreas en litigio.

Porque Avalmadrid ha denunciado a Tales de Carabaña (la firma de la empresaria china) y Tales de Carabaña ha denunciado a su vez a Avalmadrid. Tales es una sociedad creada por YanYa Wang, una visionaria que quiere convertir el ‘Complejo Aguas de Carabaña’ en un nuevo balneario totalmente remodelado de 40.000 metros cuadrados, con un hotel e incluso con un templo ‘shaolin’. La inversión prevista iba a ser de 80 millones de euros y el objetivo era generar 200 empleos. Esta firma quería incluso importar el agua, que tiene efectos medicinales, a China.

El balneario se fundó en 1883, cuando el farmacéutico del pueblo (Ruperto Jacinto Chávarri) descubrió varios manantiales y pozos y comenzó la explotación comercial del agua con el nombre de ‘La Favorita’, que incluso fue exportada al extranjero. Luego llegaron un hotel, un restaurante y una línea de productos comerciales, como los jabones que se fabricaban con las sales del agua. Así durante más de un siglo, hasta que en el año 2010 la empresa Chaplan (del Grupo Trome) rehabilitó el hotel (con 30 habitaciones) y empezó a gestionar las instalaciones. Pero la quiebra de su último dueño provocó que Avalmadrid (que le concedió líneas de financiación) se quedara con todo el complejo en 2014 y lo pusiera a la venta por 1,6 millones.

Cuatro años después, en enero 2018, la empresaria china formalizó un contrato de arras con Avalmadrid para oficializar su interés en la compra del complejo. Entregó 150.000 euros de adelanto y pidió cuatro meses para realizar una ‘due diligence’ para ver que todo estaba en regla. Ya que lo que ofrecía Avalmadrid no era solo un balneario. Había muchos más activos. Por ejemplo: un hotel, un restaurante, piscina, dos casas rurales, varios viñedos y olivares, varias minas y el famoso cerro de la Cabeza Gorda, donde “existe el agua mineral salina purgante conocida por la Favorita de Carabaña” y el manantial Fuentes de la Salina, un agua “conocida mundialmente por sus excelentes efectos purgantes y depurativos de la sangre”.

Avalmadrid anunciaba en su web que todo contaba con la declaración de impacto ambiental favorable para ampliar el balneario e incluso poder construir un campamento infantil. En mayo de 2018, la empresa Tales solicitó una ampliación del contrato de arras debido a que el mal tiempo y las fuertes lluvias que habían caído ese invierno impidieron desarrollar ciertos trabajos de campo, una prórroga que conllevó el desembolso de otros 200.000 euros.

proyecto balneario

Pero entonces empezaron los problemas. Los ingenieros contratados por Tales para hacer la ‘due diligence’ encontraron diversas irregularidades “que hacían imposible elevar a público la compraventa sin antes solventar estos asuntos”, señala un portavoz de Tales. Y es que para entrar al balneario solo hay un modo: pasar por una finca llamada ‘camino de la mina’ dividida en tres tramos. Ninguno de estos tramos era propiedad de Avalmadrid, por tanto, “no nos podían vender algo que no era suyo”. Tales también se da cuenta, y así lo refleja en un detallado informe al que ha tenido acceso ElPlural.com, que Avalmadrid les está vendiendo olivares y viñas más pequeñas, que hay edificaciones que no existen, que hay pozos que tampoco existen, que hay manantiales sin caudales de agua y que las minas también son de menor extensión y tienen caducado el derecho de explotación. “Demasiadas anomalías”.

“Así no podíamos firmar y pedimos un nuevo aplazamiento”, señala el responsable jurídico de Tales. “Avalmadrid debía solucionar los vicios ocultos de la finca que nos quería vender, el principal de ellos que no podíamos acceder a la misma porque los terrenos eran de otro propietario. A pesar de ello, para mostrar nuestra voluntad de que queríamos comprar en diciembre de 2018 aportamos otros 200.000 euros”. En total, en esos momentos la empresaria china ya había puesto 500.000 euros. 

Pero la operación nunca se materializó. ¿Por qué? “Porque en ningún momento, por parte de Avalmadrid, se ha dado respuesta a las dudas generadas, hay documentación incompleta, hay propiedades a nombre de terceros. Nos sentimos estafados”, aseguran desde Tales. ¿Qué hizo Avalmadrid? En octubre de 2019 denunció a la empresa china para poder romper el contrato y reclamar daños y perjuicios. Avalmadrid pide al juzgado quedarse con los 500.000 euros que ya le pagó Tales y solicita además una indemnización de 47.800 euros. Avalmadrid no ha querido dar su versión de los hechos “porque mantenemos siempre la confidencialidad de nuestras operaciones”.

El desencuentro entre ambas partes ha recaído en el juzgado de primera instancia número 71 de Madrid. Tales ha contestado a la demanda de Avalmadrid presentando a su vez otra demanda contra la empresa semipública y solicita que Avalmadrid le devuelva los 500.000 euros aportados en el contrato de arras y un lucro cesante por valor de 1,2 millones de euros. Tales de Carabaña ha pedido incluso una reunión con la presidencia de la Comunidad de Madrid tras enterarse que Avalmadrid ya ha vendido el balneario a un tercero.

“Hasta hace unas semanas estábamos negociando con ellos para llegar a una solución amistosa y a nuestras espaldas estaban negociando la venta con otro comprador, un activo que encima está en litigio. ¿Cómo han podido vender un complejo que tiene activos que no pertenecen a Avalmadrid?, ¿Y cómo se ha enterado el nuevo comprador que el balneario estaba en venta si no se ha publicitado en la web de Avalmadrid?, Tenemos firmado un contrato de arras, lo que impide vender ese activo”, explican desde Tales. El juzgado ha fijado la vista para dirimir este litigio el próximo 8 de marzo

¿Quién ha comprado el balneario? Una empresa creada en septiembre de 2022, cuando Avalmadrid seguía negociando con Tales de Carabaña, llamada Grupo Salasia SL, con sede en Madrid. Su administrador único es Roy Chason. Apenas hay información sobre esta empresa. En el registro mercantil aparece que su objeto social es la “actividad de mantenimiento físico”. La compra se materializó el 11 de noviembre de 2022.

Avalmadrid, una empresa polémica

Avalmadrid es una entidad sin ánimo de lucro que ayuda a pymes y autónomos madrileños a obtener financiación. En su consejo de administración se sientan la Comunidad de Madrid, la Cámara de Comercio de Madrid, la patronal madrileña CEIM y CaixaBank. La sociedad está presidida por Manuel Llamas Fraga, que antes de ser viceconsejero de Economía de la Comunidad de Madrid fue redactor jefe del diario conservador ‘Libertad Digital’. Avalmadrid está sujeta a la supervisión del Banco de España y ha sido noticia en muchas ocasiones por operaciones sospechosas.

Fue Avalmadrid la que otorgó un crédito a la empresa de la que era accionista el padre de Isabel Díaz Ayuso. Una operación que salió mal, ya que Avalmadrid no pudo recuperar el dinero. Esta operación provocó la apertura de una comisión de investigación en la Asamblea de Madrid. La empresa semipública también concedió préstamos a varios de sus exconsejeros.

Aclaración del Grupo Salasia

El Grupo Salasia quiere especificar que aunque su empresa se constituyó en septiembre de 2022, como señala la información adelantada por ElPlural.com, ya existían por los socios de la mercantil negociaciones formales previas con Avalmadrid “que comenzaron el 21 de septiembre de 2021. La finca fue adquirida ante notario, libre de cargas, gravámenes y ocupantes, e inscrita posteriormente en el Registro de la Propiedad”.

El Grupo Salasia asegura además que el balneario de Carabaña se publicitó en la web de Avalmadrid al menos hasta el 27 de julio de 2022 y que su objeto social es mucho más amplio que el descrito en la información publicada: “la promoción, diseño, construcción y explotación de centros de spa, balnearios y conjuntos residenciales incluidos hoteles, con sus divisiones asociadas como centros de recreo infantiles por agua, centros de estética y belleza, peluquerías, gimnasio, masaje y sauna. También las actividades relacionadas con la medicina holística, hidrología, endocrinología y nutrición, medicina preventiva, homeopática, regenerativa, bariátrica y estética y rehabilitación y fisioterapia, osteopatía, acupuntura, quiropráctica, centro para el bienestar y la salud”.

También “la explotación, gestión, comercialización y desarrollo de las actividades propias de la hostelería y la restauración en general, mediante la elaboración de comidas, platos preparados, comida rápida, servicio de bebidas alcohólicas, de refresco, helados y similares y cafetería, la gestión, administración y explotación de salas de fiesta. La organización de convenciones y ferias de muestras. La organización integral de eventos empresariales, musicales, culturales y deportivos. La gestión de casas rurales, alojamientos turísticos y otros alojamientos de corta estancia”.

Por último, “la realización de todo tipo de actividades de carácter inmobiliario, en especial, las relativas a la adquisición, tenencia, arrendamiento, enajenación, promoción, rehabilitación y explotación por cualquier título de toda clase de bienes inmuebles. Producción y comercialización de aceites de oliva, de productos de vino y sus derivados, así como cualquier producto agropecuario. La impartición de clases de yoga y meditación, así como de otras disciplinas y técnicas relacionadas. El pupilaje de caballos y otros equinos con alquiler de cuadras y saca del animal, así como la impartición de clases, individuales o de grupos, de iniciación a la equitación, doma y salto, rutas de recreo, excursiones y servicios turísticos a caballo. Exhibiciones ecuestres. Pupilaje y cuidado de otros animales. Alquiler y rutas en bicicleta o quad”.