Los indultos de los presos del procés son una realidad. Pese al fallo del tribunal sentenciador, pese a la derecha e incluso pese al aviso de reincidencia de pesos pesados de la Generalitat de Catalunya. Oriol Junqueras y el resto de condenados saldrán de prisión libres de penitencia, aunque con matices: el “ho tornarem a fer” deberá esperar seis años, al menos, ya que uno de los condicionantes de la libertad es el respeto a los preceptos constitucionales. Tampoco se deben confundir los indultos con la amnistía, ya que los cargos siguen vigentes y esta medida de gracia no choca con la pena impuesta por el Tribunal Supremo ni con la inhabilitación de sus cargos. Un ejercicio de concordia y magnanimidad en declaraciones de Pedro Sánchez; un paso positivo pero insuficiente a ojos del Govern de Catalunya.

El president de Catalunya, Pere Aragonès, se ha rodeado de todo el Govern para contestar en una declaración institucional al previo comunicado de Pedro Sánchez. El líder catalán ha explicado que los presos del procés “salen con la cabeza bien alta y con la clara voluntad de que los ciudadanos catalanes decidan cuál es su futuro”. “Entraron con el convencimiento de no haber cometido ningún delito, ya que decidir sobre la audeterminación nunca puede ser un delito”, ha proseguido.

Además, el sentir del independentismo catalán, tal y como ha recordado Aragonès en su intervención, sigue vigente y aupado por un resultado electoral en las últimas elecciones regionales que por primera vez dio más del 50% de los votos a formaciones abiertamente soberanistas. “El independentismo ganó en las elecciones con más del 50%, por lo que nuestro camino hacia la independencia es firme, construyendo una república que genere más equidad e igualdad de oportunidades, más prosperidad. Somos muchos los que estamos convencidos de que la vía del diálogo y el acuerdo es la mejor opción. Es la hora de la amnistía, de un referéndum acordado, de la solución que genera más entendimiento”.

El Govern sigue apostando así por la amnistía y la retirada per se de las condenas, algo que facultaría, además, la vuelta de los líderes prófugos y huidos de la Justicia. Sin embargo, el mensaje de Aragonès incide en la idea de que es un primer paso positivo, ya que “ayuda a generar credibilidad en el camino de la negociación y el acuerdo”. “Por eso, desde el Govern dedicaremos todos nuestros esfuerzos a hacer posible que la política sea el espacio para resolver un conflicto enquistado durante mucho tiempo”.

A sus ojos, los indultos hacen evidente el reconocimiento del Estado español de la injusticia intrínseca que acarrearon las penas impuestas por el Supremo: “Se reconoce que las condenas fueron injustas. Reconforta que recuperen su libertad. Los indultos alivian su situación personal y la de sus familias. Alivian el sufrimiento de una amplia parte de la ciudadanía catalana, pero en ningún caso acaban con la represión de los que queremos que Cataluña sea independiente, ni con la represión, ni con la situación de los exiliados, ni resuelve la causa general del independentismo. Por eso defendemos la amnistía, que significa poner fin a toda la represión”.

Asimismo, el president de la Generalitat ha explicado que la solución dialogada vendrá acompañada de una serie de demandas por parte de la sociedad catalana que el Gobierno nacional debe valorar teniendo en cuenta “los principios de la democracia y los Derechos Humanos”: “El Gobierno debe retirar las demandas de extradición, parar la persecución de servidores públicos por el ejercicio de su mandato. Exigimos que cese la represión y se comprometa a trabajar para una salida acordada. Es la hora de poner fin a la represión, de un referéndum acordado, con aval internacional, como desea una mayoría. Amnistía y autodeterminación, negociación y acuerdo. Es el momento de la política”, ha sentenciado Aragonès.