El Gobierno de José Luis Martínez-Almeida ha aprobado este viernes el proyecto de la nueva ordenanza de movilidad, que incluye la redefinición de la amplia zona de bajas emisiones que se puso en marcha durante el mandato de Manuela Carmena. La nueva normativa necesitará de apoyos externos en el Pleno municipal para que pueda ser aprobada de manera definitiva en septiembre, tras la negativa de Vox.

Sin embargo, al Ejecutivo de PP y Ciudadanos le han surgido unos apoyos con los que no contaba. Se trata de los cuatro consejales del grupo de carmenistas escindido de Más Madrid, Recupera Madrid. Si bien desde la formación de Rita Maestre rechazan esta posición y acusan de tránsfugas a los cuatro concejales díscolos, estos reconocen que están abiertas a votar a favor del nuevo proyecto.

Por su parte, la exalcaldesa de la ciudad aseguraba este miércoles en una entrevista concedida a la Cadena Ser que "el proyecto del nuevo Madrid Central es una pena" porque "se le han afeitado y recortado elementos de limitación de tráfico rodado muy importante". Carmena deslizaba que "hay que hacer lo posible para que Madrid Central vuelva a ser todo lo que era" y reclamaba a las formaciones de izquierdas ponerse de acuerdo y convencer a Almeida para que no lleve a cabo "esos recortes". 

Asimismo, el alcalde de la capital mantiene que su Gobierno tenderá la mano a todos los grupos municipales para intentar sacar adelante la ordenanza adecuada para Madrid en el próximo mes de septiembre.

La principal diferencia de este nuevo Madrid Central es que se presenta como más flexible que su predecesor, que tumbaron los tribunales el pasado mes de mayo. En la nueva normativa -si el texto sale finalmente adelante-  los 15.000 comerciantes que disponen de negocios dentro del perímetro comprendido dentro del área de bajas emisiones, podrán acceder a él al igual que lo hacen los residentes.