Desde mañana está declarada en Galicia la emergencia cinegética temporal. Así lo ha anunciado la Xunta. Se debe a la “presencia y los daños ocasionados por el jabalí en un total de 40 comarcas gallegas”.
Tal y como recordó ayer la directora general de Patrimonio Natural del Gobierno autonómico, Marisol Díaz, es la cuarta vez que se adopta una medida de estas características, tras las de 2019, 2021 y 2023. Recordó que se trata de un recurso “provisional y extraordinario” y su objetivo es agilizar la aplicación de medidas dirigidas al control de poblaciones de esta especie, o lo que es lo mismo, abrir la veda a la caza libre de jabalíes en diferentes zona de Galicia, aunque también supone el uso de otras “modalidades y procedimientos de captura”.
Díaz calificó de necesaria la medida debido a lo que está ocurriendo con estos animales. La situación creada ha llevado a “articular una declaración excepcional de este tipo” con el fin de “eliminar el riesgo y reducir el tamaño de las poboaciones”, según indicaron desde la Xunta.
Durante la vigencia de la declaración, en las comarcas afectadas se podrá actuar abatiendo o capturando, “sin límite de ejemplares”, jabalíes de ambos sexos, aunque “prioritariamente hembras adultas y subadultas de calquier edad”.
En el caso de las crías o hembras seguidas de crías, siempre en las áreas en situación de emergencia cinegética, será posible abatirlas si bien es preciso que halla una autorización especial previa por parte de la Dirección General de Patrimonio Natural.
En total, esta decisión estará vigente dede mañana sábado hasta el 23 de febrero de 2025 y se refiere a 40 comarcas (13 en A Coruña, 10 en Lugo, 11 en Ourense y 6 en Pontevedra) que comprenden 260 concellos (77 coruñeses, 57 lucenses, 87 ourensáns e 39 pontevedreses) y un 84,7% de la superficie total de la región.
Hasta 260 concellos
Esta decisión de la Xunta, sin embargo, es criticada por diferentes organizaciones ecologistas. Una de ellas la Fundación Franz Weber que, como en las otras tres ocasiones anteriores, critica la declaración ya que sus representantes consideran que “matar al mayor número de jabalíes traerá consigo un efecto rebote poblacional, como vienen alertando diferentes estudios internacionales”.
A la vista de los datos hechos públicos ayer por el Ejecutivo que preside Alfonso Rueda, comparando las tres veces en las que se adoptó esta medida, parece que se cumple lo que dicen la entidad animalista.
Así, según cifras de la Xunta, en 2019 la emergencia cinegética temporal se aplicó en 33 concellos de 4 áreas geográficas; en 2021 se alcanzaron las 29 comarcas; mientras que el año pasado ese número se elevó hasta las 37 zonas. Si este 2024 se llega a 40 comarcas y 260 concellos, se aprecia un aumento considerable, lo que pondría de relieve que la población de jabaíes sigue al alza o, como señalan desde la Fundación, que la medida de vía libre a su caza no solo no funciona sino que tiene un claro efecto rebote.
Criticaron hoy desde esta organización que “el Ejecutivo gallego recurre a esta medida legislativa para 'liberalizar' la caza de este animal, prácticamente como único recurso que pone a disposición de los concellos, sumando un programa de colocación de jaulas que muy pocos municipios aceptan en la comunidad y cuya efectividad es limitada”.
Ante esto, la única alternativa que se ofrece a los ayuntamientos es “sembrar los montes de plomo, lo que generará más camadas antes de tiempo y un mayor número de jabalíes durante los próximos años”.
La Fundación Franz Weber también señaló este viernes que la presencia cada vez más habitual del jabalí y sus crías en zonas urbanas se debe a factores como la búsqueda de alimento. Proponen para revertir esta situación la puesta en marcha de campañas informativas y el impulso de acciones no letales, como mejora de vallados en parques públicos, vías de tránsito rodado, reflectores lumínicos y sustitución del césped ornamental.
Para los naturalistas existe cierta "vagancia" por parte de San Caetano para abordar los problemas derivados de los cambios comportamentales de los animales silvestres, optando por la opción más sencilla, es decir, “las escopetas que, seis años después, han dado pésimos resultados”.