La concesión para el servicio del agua de O Carballiño (Ourense) tiene presumiblemente un nuevo adjudicatario. Se trata de la unión temporal de empresas formada por Copasa SA-Geseco SA-Espina Obras Hidráulicas SAU, que se ha hecho con el contrato de sesenta millones para los próximos veinte años, según ha dado a conocer el Ayuntamiento carballiñés. Sin embargo, la falta de rigor de Copasa en Lalín, la corrupción y los conflictos de intereses han generado dudas en el proceso licitador.
En el municipio pontevedrés de Lalín, los ciudadanos han experimentado en sus propias carnes la inexperiencia de la gestión del agua por parte de Copasa. Un hecho que se ha visto agravado recientemente con la subida de la tarifa del agua para los vecinos, así como de las basuras, y que la oposición ha tachado de “asfixia fiscal”. Cabe añadir que, hasta el momento, Copasa- empresa del sector de la construcción de obra civil- no tenía experiencia en gestión del ciclo de agua, y Lalín ha sido su primera práctica en este ámbito.
La UTE formada por Geseco Aguas -filial de Copasa- y construcciones Taboada y Ramos SL, ganó el concurso del ciclo de agua de Lalín en 2022 para una licitación de 20 años. Si bien, la empresa encargada de la gestión diaria del servicio de agua, alcantarillado y depuración de aguas residuales es Aquadeza SL, que opera en nombre de la UTE concesionaria.
En ese sentido, el PSOE de Lalín denunció que dicha empresa contrató a la firma del concejal de Obras del municipio, José Cuñarro (PP), para realizar trabajos en el marco del servicio público de agua. Esta contratación fue calificada como "carente de ética" por la oposición, que acusó a la empresa de incurrir en "mala praxis en las contrataciones con dinero público". A pesar de que la contratación podría ser legal, la situación generó controversia por los posibles conflictos de interés y la falta de transparencia de Aquadeza.
La sombra judicial de Copasa
El caso más polémico en el que la ourensana Copasa ha estado presente tuvo lugar también en 2022, cuando se reveló que Manuel Cabezas, expresidente de la Diputación de Ourense por el Partido Popular, presidió una filial de la compañía durante seis años. Durante su mandato, Cabezas aprobó un plan de urbanismo que recalificó terrenos propiedad de la constructora, lo que multiplicó su valor. Este plan fue finalmente anulado por el Tribunal Superior de Justicia de Galicia por considerarse ilegal.
Otro asunto sonoro en el que Copasa se vio involucrada tiene que ver con un asunto de prácticas anticompetitivas. Así, en 2021 la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) multó a Copasa con 5 millones de euros por manipular licitaciones públicas del Ministerio de Fomento mediante la adjudicación de contratos relacionados con la conservación de la red de carreteras del Estado.
La licitación de O Carballiño, bajo sospecha
La consultora externa Tirse Ingenieros calificó subjetivamente a Copasa con la máxima puntuación en la propuesta técnica que se juzga mediante la aplicación de juicios de valor. Sin embargo, en el bloque que atiende a criterios cuantificables, Copasa fue la peor valorada de las ocho opciones posibles, lo que llama la atención. Y es que, la empresa solo gestiona el ciclo del agua del municipio de Lalín y la construcción de pequeñas depuradoras.
No obstante, la suma de ambas puntuaciones hace a Copasa ganadora de la licitación del ciclo de agua, con 94,45 puntos, frente a Espina y Delfín con 90,06; Gestagua con 89,68; Aqualia con 85,27; Viaqua con 86,33; Sacyr con 81,74; Facsa Oreco 81,36; y Acciona con 74,94.
Además, Copasa es la que menos retorno económico en cuestión de canon aporta al Ayuntamiento para beneficio de los ciudadanos, algo que ha reavivado los fantasmas de la licitación de Lalín al tener el mismo modus operandi en el proceso de adjudicación. Por ejemplo, Copasa ofrece un canon de 3,32 millones de euros, lo que se traduce en 166.017 euros al año, muy por debajo de la siguiente clasificada, Espina y Delfín, que aportaría 9,46 millones, es decir, 473.149 euros al año.
Diversos sectores temen que la adjudicación a la UTE formada por Copasa, Geseco y Espina repercuta en el bolsillo de los ciudadanos, como sucede en Lalín, dejando de lado el estado de la red. Atendiendo a los pliegos, Copasa, empresa dedicada a la construcción de obra civil, está obligada por contrato a ejecutar mejoras en las redes y demás infraestructuras del abastecimiento y saneamiento por valor de 8 millones de euros.