El Partido Popular vuelve a estar bajo el foco por el abandono de las residencias de mayores y las denuncias de expedientes a inspectores que alertaron de irregularidades, tras casos de desnutrición, falta de higiene y trato inhumano detectados en el centro de Amoeiro, Ourense. La portavoz nacional del BNG, Ana Pontón, ha exigido al presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, el cese inmediato de la conselleira de Política Social y ha denunciado la situación “inhumana” en la que se encuentran los residentes del centro.
Según explicó Pontón, las inspecciones realizadas revelaron “condiciones deplorables”, con personas mayores cuyo único alimento “podía haber sido únicamente leche con patatas”, además de la falta de servicios higiénicos, dejando a los ancianos una semana sin bañarse, un año sin cortarse el pelo y presentando, según ha asegurado, “las uñas sucias, torcidas y rotas”. Un retrato estremecedor que, en palabras de la líder nacionalista, “refleja el fracaso absoluto de un sistema que debería proteger, no castigar, a quienes más cuidados necesitan”.
Para la líder del BNG, el caso de Amoeiro no es un hecho aislado, sino la consecuencia de un modelo privatizado de atención a la dependencia en el que “las personas mayores son tratadas como números en el negocio de la vejez”.
La situación, además, parece extenderse a otros puntos de Galicia, lo que hace temer que puedan existir más casos similares en otras residencias. Pontón recordó el cierre reciente de otra residencia en Xinzo de Limia, donde también se detectaron graves deficiencias en la atención a los usuarios.
“Su gobierno está convirtiendo las residencias en un peligro para las personas mayores, tanto por acción como por omisión”, denunció Pontón, reprochando al presidente que durante años haya mirado hacia otro lado, ignorando las inspecciones correspondientes de las residencias en la comunidad, a pesar de las denuncias acumuladas.
Además, la portavoz alertó de la derivación de pacientes psiquiátricos o drogodependientes a centros de mayores sin personal especializado, una práctica que calificó de “temeraria” y que, según dijo, pone en riesgo tanto a los usuarios como a los trabajadores.
En su intervención, Pontón recordó que la Inspección de Trabajo ya había advertido en un informe demoledor de la existencia de “riesgo mortal” en una de las mayores residencias de Galicia. “La Inspección de Trabajo alerta de riesgo mortal, de riesgo mortal, señor Rueda, en las residencias de ancianos donde la Xunta aparca pacientes psiquiátricos”, recalcó citando las informaciones periodísticas que recogen dicho informe.
Represalias del PP contra inspectores que denuncian irregularidades
Ante este panorama, la líder del BNG presentó tres demandas claras al presidente gallego. En primer lugar, exigió el cese inmediato de la conselleira de Política Social debido a la incompetencia política a la hora de garantizar los derechos de las personas mayores.
En segundo lugar, pidió incrementar el número de inspectores y asegurar que puedan trabajar con independencia. “Que no haya chivatazos a las residencias cuando vayan a inspeccionarlas”, insistió, recordando las denuncias de los propios inspectores que, en lugar de ser escuchados, fueron expedientados por el Gobierno del PP.
Por último, Pontón reclamó transparencia y que la Xunta haga públicas las actas de inspecciones y sanciones a las residencias. “¿Por qué no envían las actas al Parlamento? ¿Qué es lo que tienen que ocultar?”, cuestionó. A su juicio, las familias tienen derecho a saber en qué condiciones viven sus familiares y seres queridos, y si los centros en los que están cumplen las normas básicas de cuidado y dignidad.
Sin embargo, Rueda defendió la actuación del Ejecutivo y trató de atribuir la clausura del centro a la intervención de su gobierno, algo que Pontón desmintió tajantemente. “Quince días antes hubo una inspección de la Xunta y ustedes miraron hacia otro lado; quien entró a cerrar esa residencia fue la Guardia Civil”, replicó con dureza.
Asimismo, la portavoz nacionalista reprochó también a Rueda su falta de respeto hacia las personas mayores y su actitud durante el debate parlamentario, asegurando que “no cuente conmigo para importar esa política cutre”, y criticó que evitase dar las correspondientes explicaciones, limitándose solo al insulto y al ataque personal, con respuestas que no justifican ninguno de los aspectos denunciados.
“Si fuera su padre o su madre quien estuviera en esa residencia, ¿vendría aquí a ponerse una medalla, no dar ni una sola explicación y decir que lo están haciendo todo muy bien?”, le preguntó indignada.
Finalmente, la líder del BNG concluyó su intervención apelando a la humanidad y responsabilidad del Gobierno gallego. “Estamos hablando de algo muy serio, de personas que podrían ser nuestras madres, nuestros padres, nuestros abuelos o nuestras abuelas, y ustedes tienen la obligación de garantizarles unas condiciones de vida dignas”, subrayó.
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