Además de serlo hay que parecerlo, pero en Ourense, en el caso de la familia que desde hace mucho 'domina' la vida política a través de controlar la Diputación Provincial, es un dicho que no se cumple o se cumple a su manera.

A lo largo de los años, primero el padre, José Luis Baltar, autodenominado el 'cacique bueno', pero que acumula alguna condena por 'enchufismo', y después el hijo, José Manuel Baltar, han fiscalizado todo lo que ocurre no solo en la provincia a través de la Diputación, sino también en su propia formación.

Cuando Alberto Núñez Feijóo llegó al poder en 2009, muchos pensaron que la clave de su mandato pasaba por tener bajo control al PP de Ourense, o lo que es lo mismo, a Baltar padre. Pero el partido en este punto de Galicia va por libre. Lo sufrió en sus carnes Feijóo, quien en un momento determinado, y tras pasarlo mal internamente con el reino 'baltariano' establecido en el organismo provincial, dio por perdida esta causa.

Al final, para evitar la confrontación optó por no entrar en el juego de los Baltar, o lo que es lo mismo, tratar de que cayeran como fruta madura por las sospechas de corrupción que en más de una ocasión han pululado alrededor del progenitor. Esto sucedió en cierta medida con su salida en 2012, tras su imputación en un caso por el que finalmente, dos años después, resultó condenado a inhabilitación por "prevaricación continuada". 

Sin embargo, su primogénito, José Manuel, tampoco fue fácil de domar y la fruta madura cayó, pero su sustituto siguió mandando a la manera del otrora "cacique bueno". 

Feijóo volvió a dar por perdida Ourense, aunque el PP ha seguido mandando en la Diputación (es la única en la que ahora mismo está al frente gracias a un extraño pacto con Democracia Ourensana del controvertido alcalde de la capital, Gonzalo Pérez Jácome) en virtud de un acuerdo a última hora que supuso el intercambio del bastón de mando en la ciudad ourensana por el de la organización provincial. Una vez más, se demostró que Baltar, como antes su padre, va por libre con respecto a la dirección regional 'popular'.

Ahora, con el grave episodio en el que se ha visto envuelto, parece que nadie quiere opinar. Mientras la oposición ha pedido, dada la importancia del hecho, que salga de manera inmediata de la presidencia de la Diputación o que desde el PP gallego, su máximo responsable, el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, lo cese u obligue a dejar el cargo, su partido no dice nada.

Muchos observan este silencio cuasi sepulcral como una muesta más de que José Luis Baltar manda y mucho. 

Posible delito contra la seguridad vial

A media mañana de hoy, tras conocerse la nociticia publicada por eldiario.es se ha sabido que la Guardia Civil remitió ya al juzgado correspondiente el atestado por exceso de velocidad por la comisión de un posible delito contra la seguridad vial, cuando fue cazado conduciendo un vehículo en la A-52 a su paso por el municipio zamorano de Asturianos en sentido Madrid a 215 kilómetros por hora. 

Los agentes de la Guardia Civil que intervinieron interpusieron una multa en el acto por una infracción castigada con 600 euros y la retirada de seis puntos, aunque dicha propuesta ahora ha quedado supeditada a que el juzgado de Puebla de Sanabria (Zamora) se pronuncie sobre el posible delito contra la seguridad vial. No obstante, algunas fuentes citadas por Europa Press apuntaban que esta sanción ya había sido recurrida en vía administrativa.

En el momento en que fue parado, Baltar no se identificó como autoridad ni reveló a los agentes su cargo como presidente de la Diputación y del PP de Ourense. Los guardias civiles de Tráfico no le realizaron test de alcoholemia/drogas porque no percibieron síntomas ni hubo siniestro, lo que sí habría obligado a practicar obligatoriamente la prueba.