Nada más confirmarse el domingo que las altas expectativas abiertas por parte del nacionalismo gallego para el BNG se quedaban en agua de borrajas, a pesar de haber subido en apoyos, enseguida se garantizó un respaldo al PSOE para la constitución de un Gobierno progresista que impida la llegada de la ultraderecha a la Moncloa.

Mientras, nacionalistas e independentistas vascos y catalanes, sobre todo el partido presidido por Carles Puigdemont, han advertido de que su apoyo a un hipotético ejecutivo de izquierdas a nivel estatal no le saldrá gratis a Pedro Sánchez.

Quizás por presiones internas o tal vez por subirse a ese carro de Euskadi y Cataluña, la líder nacional del Bloque Nacionalista Galego, Ana Pontón, ha elevado el tono de su posible respaldo, y lo ha hecho en unos términos muy similares a los de otras formaciones de las citadas regiones.

De este modo, si a la 1 de la madrugada del domingo al lunes, tras confirmarse que el BNG mantiene un único diputado en la Cámara Baja, la formación lanzaba un comunicado en el que Pontón dejaba claro que el BNG “tiende la mano para poder negociar un gobierno alternativo al de la derecha y la extrema derecha antigallega, una negociación en la que evidentemente queremos que se impulse la agenda gallega”. Asimismo, añadía que “tenemos toda la voluntad de que esa negociación llegue a buen puerto y que sigamos avanzando en la defensa de Galicia”.

Su conclusión, nada más finalizar la jornada electoral, fue contundente: “En lo que dependa del Bloque no va a haber repetición electoral".

Sin embargo, unas horas después, ya en la tarde de este lunes, aunque los nacionalistas gallegos reiteraron que están “dispuestos a llegar a un acuerdo para conseguir que haya en el Estado un gobierno alternativo a la dereita”. La novedad es la advertencia que lanza a continuación Ana Pontón al subrayar que su formación negociará “con la determinación de conseguir hacer valer la agenda gallega sabiendo que el escaño reforzado” va a ser “decisivo” a nivel estatal.

Para recalcar lo anterior, la líder del BNG, tras volver a reiterar la predisposición de su partido a que se produzca un acuerdo para evitar un gobierno de la derecha o que vuelva a haber elecciones dentro de seis meses, también dejó claro que no será gratis.

Siguiendo la línea de los independentistas vascos y catalanes, Pontón indicó que lo anterior se dará “teniendo muy claro que nosotros no entregamos un cheque en blanco a nadie” y que ese diputado del Bloque “servirá para que la agenda gallega avance en Madrid”.

Sin duda, estas declaraciones se enmarcan en el período preelectoral que se abre en Galicia, donde habrá comicios el próximo año, si no hay adelanto para este 2023 por parte de Alfonso Rueda, algo que vuelve a sonar con fuerza estos días.

Sobre que se produzca este adelanto, la líder del BNG que su formación está preparada, asegurado que “estamos en forma, somos una organización sólida que representa y cataliza la mayoría que quiere un cambio en clave gallega”.