Los responsables del Servizo Galego de Saúde, Sergas, tras varias horas de reunión, aceptaron las demandas planteadas por CESM Galicia. Así lo anunció este sindicato médico a última hora de la noche de ayer lo que se traduce en una desconvocatoria inmediata -ya hoy jueves- de la huelga indefinida que mantenía paralizada a una parte de la sanidad pública de la región.

Las más de 1.400 cirugías suspendidas y las 22.000 consultas anuladas han sido un peso demasiado grande para la Consellería de Sanidade que, según la información facilitada por la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos, ha aceptado si no todas, casi todas las demandas de los facultativos.

Así, el acuerdo después de seis horas de reunión en las que han participado el presidente de CESM, Ramón Barreiro Paz, y los responsables del departamento autonómico con su titular, Julio García Comesaña, a la cabeza ha sido calificado de “punto de encuentro satisfactorio para ambas partes”. Entre otras cuestiones, se ha aceptado el compromiso, en relación con las guardias médicas, de un incremento del precio de las mismas, “diferenciando las laborales de las prestadas los domingos y festivos, así como en los casos que se realicen 5 guardias o más al mes”.

También los MIR se verán beneficiados en este apartado en la misma proporción que lo establecido para el personal estatutario. Del mismo modo, el sindicato médico también ha informado que se ha acordado negociar un nuevo modelo de exención de guardias de presencia física a los facultativos especialistas de área con más de 55 años. Sobre el complemento específico “se presentará una reconfiguración del mismo -en la línea del que han regulado otros servicios de salud- para reducir la diferencia retributiva entre el personal con dedicación exclusiva y el que no tiene ese régimen de dedicación”.

El comunicado hecho público ha sido pactado entre ambas partes, como suele suceder en este tipo de negociaciones.

Lo cierto es que, tras el acuerdo alcanzado sobre algunos de los aspectos reivindicados por los convocantes, la Xunta de Galicia no ha tenido más remedio que acceder debido a las consecuencias de un paro que estaba generando muchos problemas en el funcionamiento diario, en particular en algunas áreas sanitarias.

Desde que el sindicato médico CESM dio a conocer en el mes de marzo el inicio de una huelga indefinida para el 11 de abril si no se atendía a sus demandas, desde el Sergas y el propio conselleiro, Julio García Comesaña, no dieron credibilidad a esas peticiones. Quizás el motivo se encontraba en el hecho de que esta organización apenas cuenta con un 5% de representanción entre los profesionales.

Una vez iniciado el paro de nuevo el Servizo Galego de Saúde trató de minar la convocatoria a través de las cifras de seguimiento del mismo que ofrecían y que eran muy diferentes a las que iba haciendo pública la propia Confederación Española de Sindicatos Médicos desde Galicia.

Precisamente, el hecho de que en determinadas provincias y zonas sanitarias de la región más del 60% de facultativos han estado respaldando la huelga, sin dar la impresión de que ese seguimiento pudiera descender a corto plazo, parece que se ha convertido en un elemento fundamental para que la Xunta y los responsables de la Sanidad gallega hayan dado el visto bueno a parte de las demandas.