Todavía hay quien pone en duda el cambio climático, pero los hechos parecen demostrar que las opiniones basadas en unos parámetros muy ideológicos y nada científicos se caen por su propio peso. 

Lo que se está viendo a nivel estatal con la ausencia de lluvias en regiones como la gallega, da como resultado situaciones nunca (o casi) vistas. Es verdad que en Galicia la lluvia gana mucha mayor presencia en primavera, pero no es menos cierto que las pocas precipitaciones registradas a estas alturas del año tampoco son un fenómeno habitual y menos aún que conduzcan a una declaración como la que hoy ha hecho pública la Consellería de Infraestructuras e Mobilidade.

En concreto, el ejecutivo que dirige Alberto Núñez Feijóo ha fijado la fase de prealerta de sequía en hasta 12 sistemas de explotación de la Demarcación Hidrográfica Galicia-Costa, desde el sur al norte de la Comunidad Autónoma. Este, en palabras de la titular regional en la materia, Ethel Vázquez, es un "aviso precoz". Su principal consecuencia es que se llevará a cabo un mayor control y fiscalización de la situación hidrográfica, al tiempo que se refuerza la cooperación e intercambio de información con el resto de administraciones, es decir, concellos y demás.

Vázquez en comparecencia ante los medios de comunicación también ha dejado claro que el abastecimiento está "garantizado" tanto en las zonas en las que depende de embalses (cuyos niveles, según ha asegurado, se encuentran dentro de la normalidad) como en las que se nutre de caudales circulantes, que son las que más preocupan por ser "más vulnerable" en caso de que no mejore su situación.

Las condiciones actuales atendiendo a estos criterios han llevado a la Xunta de Galicia a establecer esta prealerta en 12 de los 19 sistemas de Galicia-Costa (que van desde el río Verdugo, ría de Vigo y ría de Baiona hasta el río Mandeo y la ría de Betanzos, exceptuando la zona más norte de Ferrol y A Mariña) tras detectar "dos anomalías claras" en lo que respecta a los niveles de precipitación y los caudales circulantes.

Las previsiones meteorológicas, además, no auguran precipitaciones importantes a corto plazo. Sí un cambio de cara al fin de semana, pero con lluvias que, a priori, no van a cambiar la tendencia que se mantiene desde finales del año pasado.