Después de un año y casi tres meses, de varios intentos de demorar en origen -en el juzgado del lugar donde fue interceptado por la Guardia Civil- con argumentos variados y variopintos, de recibir otro respaldarazo de su partido, el PP, con su nombramiento como senador por designación autonómica y, de este modo, retrasar más por la condición de aforado su presencia ante la justicia, por fin la magistra del Tribunal Supremo, Ana Ferrer, acaba de indicar la apertura del juicio oral contra José Manuel Baltar.
Lo ha hecho a través de un auto en el que se impulsa el juicio contra el hijo del autodenominado “cacique bueno” de Ourense, el conocido José Luis Baltar, que finalmente se vio obligado a dimitir del reino de taifas en que convirtió la Diputación Provincial y el PP ourensano, acosado por la justicia que, finalmente, le condenó a años de inhabilitación por colocar a más de 100 personas en la institución. En realidad, cuando llegó la sentencia, él llevaba ya años jubilado y, dicen, apartado de la vida política y pública. Sin embargo, al frente de la Diputación y del partido le sucedió, como si de cargos hereditarios se trataran, su hijo José Manuel, quien ahora tiene que enfrentarse a un juicio que, a priori, no pinta bien.
Tráfico le cazó el domingo 23 de abril del año pasado conduciendo un coche a 215 kilómetros por hora en la A-52. Iba a los mandos de un vehículo oficial de alta gama perteneciente a la Diputación Provincial de Ourense.
Lo que parecía ser un despiste fue a más, en ocasiones por la propia actitud del acusado. Y poco a poco, el presunto delito contra la seguridad vial, que se va a juzgar en el Supremo, le puede costar su futuro político.
Por lo de pronto supuso su salida de la Diputación, y esto más allá de lo que se ha dicho desde el Partido Popular de Galicia.
Sin duda, una gran noticia para Alfonso Rueda, presidente de la Xunta y del PPdeG que logró, aunque por errores del propio Baltar, quitarse de enmedio a quien actuaba por libre dentro de su partido y que, primero su padre y luego él mismo, metieron en más de un embrollo al ex líder regional y hoy máximo responsable de los 'populares', Alberto Núñez Feijóo. Este, en momento alguno, llegó a controlar a los Baltar.
Quizás de la fuerza que aún atesora Jose Luis Baltar habla el hecho de que, por activa y por pasiva, Rueda ha repetido en más de una ocasión que no ve motivo para pedir su salida como senador.
Desde algunos sectores se utiliza la manida afirmación de que ahora mismo Baltar vale más por lo que calla que por lo que dice y ahí sitúan el escudo que los 'populares' gallegos han puesto sobre la figura del ex presidente de la Diputación ourensana.
Sea como fuere, la magistrada del Tribunal Supremo ha adoptado la decisión de abrir el juicio a petición de la Fiscalía; lo ha hecho después de que el pasado junio propusiera juzgar al aforado. Los letrados del señador del PP disponen de 10 días para que presenten el preceptivo escrito de defensa.
Hacia dónde se dirigía
Cabe recordar que, al margen de este documento, la propia jueza ya aclaró en junio que, aún aplicando el margen de error del 5% que establece la normativa sobre control metrológico del Estado, el resultado arrojado es de 204 kilómetros, es decir, todavía muy por encima de la velocidad máxima permitida.
En ese momento, Ferrer también informó de que los hechos podrían ser constitutivos de un delito contra la seguridad vial, que el Código Penal castiga con pena de prisión de tres a seis meses, con la de multa de seis a 12 meses o con la de trabajos en beneficio de la comunidad de 30 a 90 días. En cualquier caso, apunta, si fuese condenado se le quitaría el carnet de conducir de 1 a 4 años.
Hay que señalar que, antes de que el asunto llegase al Tribunal Supremo, el Ministerio Fiscal elevó ante los juzgados de Galicia un escrito de acusación contra José Manuel Baltar. En dicho documento lo consideraba autor de un delito contra la seguridad vial.
En ese momento pidió una pena de seis meses de multa a razón de cuota diaria de 10 euros, lo que se traduciría en alrededor de 1.800 euros; del mismo modo, también solicitó un año y un día de privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores para el dirigente del PP.
Tras esto, y una vez que Baltar adquirió la condición de senador, el juzgado de instrucción que ya había acordado la apertura de juicio oral, se inhibió y envió las actuaciones al alto tribunal.
En relación con todo este asunto y aparte de lo que determine la jueza en su sentencia, lo que todavía no se ha desvelado es hacia dónde se dirigía Baltar. Él ha dicho que a Madrid, porque al día siguiente tenía reuniones de trabajo. No obstante, según informaron los medios en aquel momento en su agenda no figuraba encuentro alguno relacionado con su puesto en la capital e, incluso, se cree que ni siquiera llegó a ella. El ahora senador no ha aclarado este aspecto.