Se esperaba un debate caliente y no ha defraudado. Desde el minuto cero los candidatos han mostrado de qué pasta están hechos, con una escenografía calculada por asesores para abrir boca a una ciudadanía que ha disfrutado del derecho de ver a quienes pretenden gobernarlos confrontar ideas y hablar de las diferencias programáticas de cada opción política que se juega el tipo este 4 de mayo. Porque no hay que olvidar que los debates son derecho del ciudadano, y no de los líderes políticos hoy citados en la Ciudad de la Imagen.

Ángel Gabilondo era el primero en llegar, a pie. Iglesias cerraba, en taxi. Todos puntuales y dispuestos desde el arranque, salvo una Rocío Monasterio que llegaba a la carrera, doce minutos tarde, sin mascarilla y pidiendo a sus asesores que solucionasen la enmienda antes de que las cámaras se hiciesen eco. Pero si la llegada de algún candidato ha sido impactante, ha sido la de Edmundo Bal, quien, ni corto ni perezoso, se las prometía muy felices sorprendiendo a todos llegando en moto, chupa de cuero incluida, escoltado por un autobús descapotable donde integrantes de su candidatura lo animaban con vítores como si hubieran ganado la Superliga.

Arrancado el debate, la tónica general ha sido una izquierda madrileña que ha firmado una tregua no escrita que solo se ha roto, ligeramente, a la hora de hablar de impuestos, cuando Iglesias reprochaba a Gabilondo que una remodelación fiscal que penalice a los que más tienen “para que haya mejor sanidad y educación” es necesaria. “En este momento, no”, replicaba el candidato socialista. Sin embargo, la derecha no ha mostrado esta sintonía, con Vox y Ciudadanos dejando a una Isabel Díaz Ayuso flanco de todos los ataques totalmente aislada y sin ningún escudero, más allá de la pleitesía inequívoca de un Edmundo Bal que ha vuelto a prometer que si logran representación darán el poder al PP: “En estas elecciones está en juego si Ayuso gobierna con Vox o con Ciudadanos”, ha indicado.

Una pleitesía que no ha sido recíproca: “¿Si eran tan buenos los consejeros de Cs por qué no va ninguno en las listas?”, ha preguntado la candidata popular al representante del partido que ha sido socio de Gobierno hasta que “la traición” en Murcia provocase un efecto rebote en Madrid en forma de adelanto electoral. Monasterio, repartiendo a derechas e izquierdas, ha centrado el debate en atacar a Iglesias, aunque para ello tuviera que insistir en el bulo de los menas, la inseguridad ciudadana, la ocupación o las series de Netflix que veía Iglesias mientras “fallecían treinta personas por capítulo” en las residencias [en palabras de la líder de Vox].

Pese a la insistencia de candidatos como Edmundo Bal o Ángel Gabilondo por mantener la serenidad y tener un debate reposado, ha habido momentos de tensión y argumentos lanzados como arma arrojadiza más pegados al eslogan barato que al don de la palabra: “Mi casa me la pago yo y no me pone un piso de lujo [Kike] Sarasola, como le pasa a usted”, ha tenido que decir Pablo Iglesias a Isabel Díaz Ayuso ante la insistencia de la presidenta en funciones; “le tuve que explicar en una Junta de Portavoces lo que era el covid”, ha dicho Monasterio a Mónica García para carcajada de los presentes; “mi equipo técnico es bastante mejor que usted”, ha indicado Ayuso a García, quien ha defendido su condición de sanitaria consciente de que en los primeros bloques del debate, pegados a la pandemia, partía en clara ventaja (“usted ha sido la presidenta nini”, ha espetado a la popular).

El coronavirus, demasiada losa para Ayuso

“Más allá de los insultos, es muy importante aportar datos oficiales. La Comunidad de Madrid es la primera comunidad de España en casos totales de afectados por la covid, más de 600.000; es la primera en total de casos de hospital, casi 90.000; es la primera en casos de atendidos en Unidades de Cuidados Intensivos, casi 6.500; en fallecidos por coronavirus, casi 15.000; es la primera comunidad en porcentaje de camas ocupadas actualmente, casi el 13%; es la primera en porcentaje de UCI ocupadas actualmente, el 36%. Madrid figura entre las ciudades europeas con mayor número de muertes por millón de habitantes”. Con esta intervención ha decidido Pablo Iglesias arrancar un debate contra Ayuso que ha dejado a la presidenta en funciones descolocada.

Esa sensación ha durado todo el debate, especialmente cuando se le hacían preguntas concretas que era incapaz de contestar. La popular ha llegado incluso a equivocarse con el dato de fallecidos por el virus en la Comunidad de Madrid, diciendo que eran 20.000 y dejándose por el camino 3.623 según datos oficiales de su propio gobierno.

También Mónica García, especialmente cómoda en su condición de profesional sanitaria, ha reprochado a Ayuso que Madrid presenta los peores datos de ocupación de UCIs y fallecidos en residencias. A continuación, ha recriminado que cuando Madrid necesitaba sanitarios, se contrató a "curas" y que cuando los ciudadanos necesitaban a una presidenta que les cuidara, Ayuso se dedicó a confrontar con el Gobierno central. "El único milagro que tenemos son cifras dramáticas", ha dicho.

Por su parte, una Ayuso desprotegida por la división de la derecha, ha reprochado a sus homólogos en esta campaña electoral que ellos no habían gestionado ni se habían enfrentado a la dura realidad de la pandemia. Además, la candidata del PP ha indicado que ella no inventó el virus y se ha quejado por la comparación “mezquina” con otras autonomías: “A mí me importa lo mismo una persona que fallece en Galicia o que fallece en Andalucía. Lo que ha hizo este Gobierno fue echarse a las espaldas la responsabilidad de salir a por el virus".

Doce días para ganar las elecciones”

“Yo no puedo gobernar ni con Vox ni con el PP”, ha dicho Ángel Gabilondo en el bloque de pactos. Una rectificación que ha tenido el titular en un mensaje lanzado directamente a Pablo Iglesias: “A Unidas Podemos, confío contar con el apoyo de Unidas Podemos para frenar y cerrar el paso al gobierno de Colón. Pablo, tenemos doce días para ganar las elecciones”.

Así se ha cerrado un debate fructífero para la izquierda, sólida y dispuesta en un objetivo común: echar a Isabel Díaz Ayuso de la Puerta del Sol. A la espera de conocer qué implicación tendrá este debate en el imaginario colectivo a escasas dos semanas de las elecciones, PSOE, Más Madrid y Unidas Podemos logran imponer su mensaje y solo queda por ver si esto es suficiente para revertir la desmovilización histórica de los barrios más humildes, especialmente golpeados porque los comicios tengan lugar un martes laborable.