Fuentes cercanas al caso han confirmado a ElPlural.com que el presunto autor de una agresión lesbófoba en Valladolid, detenido desde el pasado domingo, ha sido puesto en libertad condicional sin fianza, así como se le ha impuesto una orden de alejamiento, tras haber pasado a disposición judicial después de prestar declaración en comisaría en el día de ayer.
Por su parte, el subdelegado del Gobierno en Valladolid, Jacinto Canales, ha expresado, tras lo que considera una “tremenda agresión” a esta joven de 21 años, su “absoluta repulsa a cualquier discriminación o agresión bajo el pretexto de un prejuicio de orientación sexual o de género” y traslada en nombre del Gobierno el “apoyo firme a la víctima y su familia y entorno”, con el deseo de una rápida recuperación.
“No tengo miedo de ellos, sino de que haya más como ellos”
La joven vallisoletana, a quien un chico de sólo 19 años tumbó en el suelo de un puñetazo en la madrugada del sábado al domingo al grito de “lesbiana de mierda” provocándole una doble fractura de mandíbula y rotura de encía que requirieron de operación quirúrgica y hospitalización durante cinco días, afirma que a día de hoy le parece imposible irse sola a casa otra vez y muestra su temor no al grupo que le agredió, sino a “que haya más como ellos y que estas cosas sigan pasando”.
La víctima, que ha decidido difundir los detalles de los hechos y las fotografías de su rostro tras el ataque para animar a otras víctimas a denunciar, considera que sus agresores -un grupo de tres jóvenes a los que se cruzó de madrugada en una esquina durante las fiestas de Valladolid caminando sola- “dieron por sentado que yo era lesbiana por mi corte de pelo y decidieron creerse con el poder de agredirme solo por apariencias, aunque para este tipo de gente es igual que tengas pelo corto, pelo largo, chico o chica, sólo buscan el conflicto”.
La agresión, sin motivo ni relación o conocimiento previo entre el grupo de chicos y la víctima, se produjo cuando caminaba sola en el trayecto desde un local de ocio a otro al que ella iba a buscar a sus amigas. Relata que estos jóvenes la miraron riéndose y uno de ellos, chistándole y preguntándole su nombre, se acercó y le propinó el puñetazo que le produjo las graves lesiones cuando ella respondió cómo se llama.
“Cuidado de ir sola por la calle”
“Desde pequeñas”, continúa, “nos meten el miedo en el cuerpo de ‘cuidado de ir sola por la calle’ por cómo te vistas (minifaldas, vestidos, maquillajes) y cómo poder defenderte en ciertas ocasiones (las llaves de casa en la mano, hablando por teléfono todo el rato, compartir ubicaciones etcétera), pero nosotras no tenemos la culpa”.
La joven, recuperándose ya en casa, donde tendrá que descansar y alimentarse a través de pajitas durante varias semanas, reflexiona sobre las causas de lo que ha sufrido: “Debe ser que a ellos no les enseñan que no se agrede, sino que las calles son suyas y pueden hacer lo que quieran con cualquier persona”.
“Imposible irme sola a casa otra vez”
“No fue culpa de mi condición sexual, que dieron por sobreentendida, no fue culpa de mis vestimentas (vaqueros negros y sudadera negra) y mucho menos fue mi culpa cruzarme con ellos. Luchamos continuamente por no vivir con miedo precisamente por gente así, pero a mis 21 años de vida me parece imposible irme sola a casa otra vez”, lamenta.
La joven agradece a la policía y a los sanitarios “la cercanía y la tranquilidad que me han intentado transmitir en todo este caos”. “Sigo en shock porque no me creo que a mis 21 años me hayan obligado a vivir esto, sólo espero que paguen por lo que me han hecho y ojalá, con darle voz, poder evitar agresiones”, añade.
La víctima relata, en su comunicación pública, que durante la operación quirúrgica a la que fue necesario someterla tras el ataque le pusieron placas, tornillos y gomas en boca y mandíbula. “Por lo visto no podré hablar y tendré que comer por pajita durante los próximos 40 días, y a partir de ahí ir progresando”, concluye.