La dimisión de Carlos Mazón como presidente de la Generalitat Valenciana ha traído consigo dos debates: el del futuro de la región y el de su sucesión en el Partido Popular, que está viajando por unos derroteros que están poniendo en cuestión el liderazgo de Alberto Núñez Feijóo. Reuniones con la ultraderecha a espaldas de Génova, quinielas de nombres que no son exactamente los perfiles que se elegirían desde Madrid y la autoridad del gallego puesta en cuestión resumen el escenario que se está viviendo en los despachos 'populares'.

Carlos Mazón ya no es el jefe del Consell, pero su influencia en el partido en la Comunidad Valenciana sigue a la orden del día. Tal y como ha podido saber ElPlural.com de fuentes del PP nacional, la reunión con Vox en Valencia para pactar la sustitución de Mazón ha sido organizada de forma independiente sin avisar a Génova, pero han sostenido la "atención" que Génova le ha prestado al encuentro. Un pulsito que no solo escenifica que el liderazgo de Mazón en el PP valenciano sigue existiendo por el momento, sino también que a Feijóo se le escapan de su control momentos y aristas clave para el futuro de la baronía valenciana. La respuesta del PP nacional, por otra parte, llama la atención, ya que cabe recordar que el pacto de investidura de Carlos Mazón para ser presidente se firmó y anunció sin el conocimiento, y mucho menos consentimiento, de Alberto Núñez Feijóo, un acuerdo que mermó significativamente la credibilidad de un PP que ya se veía en la Moncloa y que perdió tanto apoyo electoral como apoyos de las formaciones periféricas por pactar con la ultraderecha.

Las mismas fuentes también aseveran que la reunión para conseguir el pacto para sustituir a Mazón por su 'número dos', Juan Francisco Pérez Llorca, "nace con acuerdos ya tomados" entre el PP valenciano y los ultraderechistas. Llorca ha sido, desde que Mazón llegó al poder, el hombre de encuentro entre los de Abascal y los 'populares', y que las fuentes consultadas aseguran que es "una persona en manos de Mazón que hace todo lo que el expresident le diga".

Vox, con potestad para elegir al nuevo presidente

La manga ancha de la que goza Vox con el beneplácito del PP por la aritmética parlamentaria valenciana les da la posibilidad de presionar, desde la calle Bambú, en la elección del nuevo presidente valenciano. Las condiciones para la investidura serán más que duras para los 'populares', pues explican las fuentes consultadas que la ultraderecha podría llegar a pedir la lectura institucional de un escrito con sus peticiones, como el no rotundo al pacto verde o a recibir ningún inmigrante más. Este ejercicio de poder por parte de Vox no solo debilita al PP valenciano, sino que pone de manifiesto la escasa agencia del PP nacional en estas negociaciones.

En cualquier caso, el grueso de la pugna se encuentra en el nombre de la sucesión. Mientras que la dirección de Génova quiere imponer a su candidata, la actual alcaldesa de Valencia, María José Catalá, el aún president opta por Juan Francisco Pérez Llorca, su número dos y mazonista de pro. Esta posibilidad parece la más ideal para él, incluso de cara a un hipotético futuro incierto, ya judicialmente hablando. Catalá, por su parte, ha llegado a desvincularse de estas posibles sucesiones, negando la mayor en sus intervenciones públicas. Por otra parte, desde Valencia proponían el sábado pasado el nombre de Vicente Mompó, sin informar a Génova, actualmente presidente de la Diputación de Valencia, como candidato a las elecciones de 2027.

Sea como fuere, Vox es fundamental para cualquier votación sobre un nuevo presidente. El apoyo de la extrema derecha en las Corts deberá dar el visto bueno a la persona que el PP decida poner al frente de la institución valenciana y, en caso de no llegar a un acuerdo, podría forzarse una llamada prematura a las urnas, un escenario completamente a evitar para el PP por la movilización de la izquierda y el crecimiento de la extrema derecha.

Que Mazón es un verso suelto en el PP en cuanto a negociaciones con los de Santiago Abascal se refiere no es ninguna sorpresa. Ya lo demostró en las negociaciones que le hicieron presidente de la Generalitat y en los presupuestos, cuando Vox se los aprobó al mandatario valenciano mientras mantenía el veto en otros territorios. Está por ver cuál es finalmente el nombre que releva al del Ventorro, pero dos cosas están claras: que tendrá que ser con el permiso de Vox y que los brazos de Feijóo no llegan hasta Valencia.

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