Las expectativas estaban altas y Gabriel Rufián no ha defraudado. Con el órdago secesionista en su punto más álgido y con las fichas, tanto políticas como judiciales y policiales moviéndose en el tablero catalán, la pregunta del diputado de ERC no podía ser otra: “¿Por qué dice que una votación democrática supone la muerte?”, le h cuestionado a Soraya Sánez de Santamaría. Un pregunta que ha desencadenado un cúmulo de afirmaciones en clave irónica, con atrezzo incluído.

La vicepresidenta ha apuntado que “es la misma expresión que suaron muchos grupos parlamentarios” y que “no es que lo diga yo, es que lo vieron todos los españoles en directo, por televisión y durante 10 horas seguidas. Y si no tuvieron bastante, al día siguiente tuvieron la secuela”.

Y llegó la réplica de Rufián. El diputado de ERC ha sacado una impresora y, sosteniéndola, ha subrayado que “este es el cuerpo del delito”, a lo que ha añadido que “es una humilde Samsung republicana no es muy peligrosa, no imprime billetes de 500 euros, saldrían en blanco y negro”. Tras esto, ha instado al Partido Popular a “dejar de hacer el ridículo. Dejen de perseguir impresoras y a impresores, y persigan a corruptos y ladrones”.

La guinda del pastel ha sido una confesión: “Yo tengo una papeleta, lo confieso. Pero es para consumo propio. Nos vemos en las urnas”.