“Parece que el debate sobre la reforma constitucional se va abriendo paso”. Así arranca la última opinión de Alfredo Pérez Rubalcaba en El País. En su artículo, titulado Tan difícil como necesaria, aborda la reforma de la Carta Magna para resolver varios problemas del ámbito social, económico y territorial.

Amén del desafío soberanista, han confluido varios problemas y se ha puesto de manifiesto la grave crisis socioeconómica y territorial de España. Rubalcaba señala que “cuando los socialistas planteamos en Granada una reforma constitucional, lo hicimos para salir del paso de la crisis territorial que se estaba incubando”. A su juicio, el problema territorial “erosionaba el Estado autonómico” y, para “cauterizar sus profundas heridas” hay que actualizar la Carta Magna.

¿Cómo?, es la pregunta. Y Rubalcaba es claro: constitucionalizando algunos derechos y desconstitucionalizando otras medidas. Con la crisis económica como justificación, el Gobierno de Mariano Rajoy llevó a cabo medidas excepcionales que, en opinión de Rubalcaba, se deben revertir porque “según el diccionario de la RAE, recuperar es volver a tener lo que uno tuvo”, Y “ni en derecho, ni en empleo, ni en prestaciones sociales” se ha vuelto a tener.

Pone como ejemplo el sistema sanitario y el sistema electoral: lo mejor es “reformar la Constitución para incorporar los derechos sociales perdidos”. En el caso del sistema electoral, sería necesario “desconstitucionalizarlo” para enarbolar otro que, por ejemplo, suprimiera “del texto constitucional la definición de la provincia como obligada circunscripción.

Rubalcaba asegura que el modelo autonómico está en jaque por dos fuerzas opuestas que lo mantienen en tensión: por un lado, los centralistas, y por otro, los independentistas. “No se anulan, sino que se retroalimentan”. “No es aventurado imaginar que la llamada hoja de ruta del independentismo catalán, unilateral y, sobre todo, ilegal, ha dado alas a aquellos que nunca simpatizaron con el Título Octavo de nuestra Constitución”.

El socialista propone clarificar la distribución de competencias entre el Estado y las autonomías y reformar el Senado “para convertirlo en una Cámara territorial e la que las comunidades puedan participar directamente en el proceso legislativo”, así como crear un sistema de financiación “transparente, justo y solidario”.

Rubalcaba sentencia que se necesitan “reformas sucesivas” y no solo una, además de que se deben, primero, configurar en el seno del Congreso mediante consensos para, finalmente, ser ratificado por los ciudadanos.