Felipe González y Artur Mas han coincidido en señalar la sentencia del Tribunal Constitucional de junio de 2010 contra el Estatut como el “punto de inflexión” que derivó en la situación de crisis actual en Cataluña. Pero el expresidente ha dicho a Mas que si quiere que haya un marco jurídico para ejercer el derecho de la autodeterminación, tiene que seguir las reglas establecidas en nuestro marco jurídico para cambiarlo.

Empezó con Aznar
Felipe González y Artur Mas se enfrentaron este domingo en un cara a cara en el programa Salvados, que conduce Jordi Évole, sobre la relación Cataluña-España y la consulta soberanista. Una disposición al diálogo que se echa en falta en Rajoy, que ha estado en Cataluña recientemente y no se ha dignado a reunirse con el presidente de la Generalitat. En la búsqueda del inicio de la crisis actual en Cataluña, Mas se ha remontado a la segunda mayoría absoluta de Aznar, cuando, en su opinión, “empezó, no solamente una regresión en términos autonómicos, sino una actitud de menosprecio, algunas veces incluso humillante”. Según subrayó Mas, “eso no toca directamente el bolsillo, pero toca la dignidad y toca la confianza y, por tanto, la amistad”. A continuación, se remontó a la sentencia del Constitucional, que consideró “la segunda, dentro de las etapas para llegar a la situación actual de Cataluña”.

Una sentencia innecesaria y humillante
“Una sentencia absolutamente innecesaria, pero absolutamente humillante”, subrayó el presidente catalán. Felipe González coincidió con Mas en que hay un punto de inflexión en la sentencia del Tribunal Constitucional de junio de 2010 y al respecto explicó que “de la sentencia” le “molestan dos cosas: una literatura absolutamente innecesaria en la que se hacen juicios políticos de valor, y no constitucionales; y que los pocos artículos suprimidos del Estatuto de Cataluña están vigentes en otros Estatutos”.

Tiene que ser dentro del marco jurídico
Pero González dejó claro a Mas que si quiere que haya un marco jurídico para ejercer el derecho de la autodeterminación, no puede saltarse las reglas ya establecidas en nuestro marco jurídico.

“Déjeme que le diga, la vía hacia la conquista de la autodeterminación es inexistente. Si usted dice que tiene derecho a decidir, yo le digo que yo también, al mismo nivel y con una sola diferencia, a mi esa legitimidad me la da la Constitución”, ha afirmado con rotundidad González.

Ni Mas ni Cataluña quieren romper la legalidad
En cualquier caso, Felipe González se mostró convencido de que, “en contra de lo que dicen muchos, de que ni el presidente ni el pueblo de Cataluña quiere romper la legalidad”. Algo que Mas corroboró: “Es mi propósito y mi compromiso”.

Europa: de neutral nada, aterrada
Felipe González explicó, además, el terror que viven muchos dirigentes de la UE ante la posibilidad de una ruptura: “Sigo teniendo una relación y un contacto con todos los dirigentes de la UE y, de verdad presidente, para que lo sepa, no es que sean neutrales, es que están aterrados de pensar que se puede producir una desarticulación territorial interna respecto de los Estados nación que conforman la UE”, ha dicho Felipe González a Artur Mas. “Lo que le digo presidente es que, por debajo de lo que se ve, en Europa no es que haya una cierta neutralidad y distanciamiento, es que hay una política de rechazo muy profunda”, ha añadido el histórico líder socialista.
La experiencia de Escocia
El presidente catalán ha recurrido al precedente de Reino Unido para contrarrestar que el resto de España pueda determinar una consulta en Cataluña. “A los británicos no se les ha ocurrido, cuando se les pregunta a los escoceses, vamos a votar toda la gente del Reino Unido. Votan los escoceses, de manera acordada con Londres. A partir de ahí si los escoceses votan independencia, el propio Estado británico se sentará a negociar ese resultado por el bien común”, ha explicado Mas.

La consulta se hará, de una forma u otra
Sobre la consulta en cuestión, el presidente de la Generalitat ha indicado que se hará, “de una forma o de otra y siempre de acuerdo con un marco legal”, y que habría tres formas de hacerlo: “Una, negociada y acordada con vosotros sabiendo que estamos haciendo una consulta, no estamos tomando una decisión última y definitiva con consecuencias jurídicas inmediatas. Otra, una consulta de acuerdo con una ley específica del Parlamento catalán que nos permitiera conocer sobre la pregunta ya acordada cuál es la opinión de la sociedad catalana y que el Estado central ahí no intervenga”. La tercera opción, “si ninguna de estas dos es posible, como aquí hay ganas de hacer esta consulta, compromiso y una voluntad muy transversal en este sentido, cuando haya elecciones en Cataluña para configurar el Parlamento catalán, mucha gente va a convertir estas elecciones en una consulta”.

El plebiscito, una catástrofe
Felipe González el planteamiento de elecciones plebiscitarias, le parece “catastrófico”. “Es el recurso de decir, ‘bueno, no hay programas que diferencien las alternativas políticas, solo hay la simplificación de una pregunta de SI o NO a la independencia’. Y esto creo yo que es, para la política de centralidad de Cataluña, una catástrofe sin paliativos”, ha puntualizado.

“En la UE están aterrados"
El expresidente del Gobierno ha asegurado que en Europa “hay una política de rechazo muy profunda” a la consulta soberanista en Cataluña. “Sigo teniendo una relación y un contacto con todos los dirigentes de la Unión Europea y, de verdad, presidente, para que lo sepa, no es que sean neutrales, es que están aterrados de pensar que se puede producir una desarticulación territorial interna respecto de los Estados nación que conforman la Unión”.

Una política fiscal equilibrada
A la pregunta del presentador a Mas de si se olvidaría de la consulta si le prometieran que le dan “el pacto fiscal”, el presidente catalán ha respondido sin dudar: “No voy a aceptar eso”. Por su parte, Felipe González también ha sido tajante: “Si el presidente Mas dijera ‘de acuerdo’, yo estaría en contra. Para llegar de verdad a una política fiscal que respecte el equilibrio y la solidaridad, hay que ponerse de acuerdo en serio. No te cambio esa estampita por esta otra”, ha afirmado el expresidente.