La esperanza de vida en la ciudad de Barcelona aumentó en 2023 hasta los 87,5 años para las mujeres y los 82 años para los hombres, logrando niveles similares a los prepandémicos, que en 2019 eran de 87,7 y 82,5, respectivamente. Asimismo, disminuyó la mortalidad en la capital catalana hasta una tasa por 100.000 habitantes de 648,5 muertes en mujeres y 1.093,3 en hombres, cifras parecidas a las registradas antes de la pandemia de la Covid (647,1 y 1092,5 en 2019), siendo las enfermedades cardiovasculares y los tumores las principales causas de defunción. Así lo reflejan los datos del informe La Salud en Barcelona 2024, presentado este viernes por el Ayuntamiento y la Agencia de Salud Pública de Barcelona (ASPB), según el cual también se redujo el número de muertes por cáncer en los barceloneses de ambos sexos.
Justamente, en 2023 el cáncer de mama se mantuvo como la principal causa de muerte en mujeres en Barcelona. En cuanto a su prevención, el Programa de Detección Precoz del Cáncer de Mama para mujeres de entre 50 y 69 años tuvo una participación en la ciudad condal del 50,4%, superando el 60% en los barrios más pobres, mientras que la tasa de detección fue de 4,8 diagnosticadas por cada 100.000 participantes. Teniendo en cuenta otras vías aparte de dicho programa, el porcentaje total de mujeres que se realizaron mamografías para la detección precoz del cáncer fue del 66,8%.
Por otro lado, el suicidio fue la principal causa de defunciones prematuras en hombres en Barcelona en 2023. En este sentido, el informe de la ASPB refleja la salud mental como uno de los mayores retos, con la ansiedad y la depresión como enfermedades más comunes en el ámbito, habiéndose registrado en 2024 29.500 y 9.300 casos, respectivamente. Ambos trastornos fueron más frecuentes en mujeres, pero los relacionados con la ansiedad fueron más asiduos en personas jóvenes y, en cambio, el porcentaje de diagnósticos por depresión fue mayor en los ciudadanos de más edad.
La mejora de la calidad del aire reduce el número de muertes
Además, el estudio también indica que en 2024 hubo una mejora de la calidad del aire de Barcelona, disminuyendo los niveles de dióxido de nitrógeno (NO2), gracias a lo que se redujeron un 32% las muertes por la exposición crónica a la contaminación en la ciudad. Igualmente, favoreció la bajada de un 29% del número de nuevos diagnósticos de cáncer de pulmón y de un 28% de la cifra de nuevos casos de asma infantil atribuibles a la contaminación, que fueron 800 (300 menos que en prepandemia).
Respecto a la calidad del agua potable, los datos reflejan que, a pesar de la disminución de los recursos hídricos debido a la sequía sufrida hasta este año, se mantuvo estable en 2024. Según el informe, Barcelona mantiene el mismo nivel de trihalometanos (THM), que son compuestos químicos producidos por la desinfección del agua con cloros que pueden aumentar debido a situaciones de sequía, por debajo de los límites normativos para la protección de la salud.
La vacunación infantil es del 86%
Entre los datos aportados por el informe también se señala que un 86% de los menores de entre 0 a 14 años llevaban al día su pauta de vacunación en 2024. Unas cifras positivas en un contexto en el que algunas personas ponen en cuestión el uso de vacunas. Ante el mencionado creciente negacionismo, la regidora de Salud del Ayuntamiento de Barcelona, Marta Villanueva, ha reivindicado la importancia de las vacunas.
Igualmente, Villanueva ha defendido la labor de las vacunas, subrayando que “protegen a las personas en todos los momentos vitales del ciclo de vida”. “Desde el gobierno municipal apostamos firmemente por la vacunación como elemento clave para garantizar el futuro de nuestra sociedad y, por ello, trabajamos conjuntamente con escuelas, familias y profesionales para construir este sistema robusto y sólido que genera confianza”, ha declarado.
El combate contra las drogas en Barcelona
En lo referente al consumo de drogas en la capital catalana, el estudio muestra que las drogas predominantes en Barcelona fueron las estimulantes. Sobre estas, el gerente de la ASPB, Joan Ramon Villalbí, ha destacado que, aunque muchos de sus consumidores lo son de forma trivial y puntual, tienen una gran capacidad adictiva. Según Villalbí, entre las drogas duras estimulantes, la históricamente predominante era la cocaína, que en 2024 fue la sustancia más consumida en centros con programas de reducción de daños de la red pública, seguida de la heroína.
Además, en 2024, 4.166 personas iniciaron un tratamiento por trastornos causados por algún tipo de droga en Barcelona. La adicción más frecuente entre los tratados fue el alcohol, seguida de la cocaína y el cannabis. Por otro lado, aumentaron los casos de tratados por adicción a la metanfetamina, que fue la causa que llevó a tratarse a un 4,9% de los hombres y un 1,1% de las mujeres de las personas que iniciaron un nuevo tratamiento. Sin embargo, disminuyeron los nuevos tratamientos relacionados con el trastorno por opiáceos, reduciéndose hasta prácticamente la mitad en los últimos cinco años.
La concejala de saud, Marta Villanueva, remarca el papel de las políticas de equidad en la mejora de los principales indicadores del ámbito
En la rueda de prensa para presentar el informe La Salut en Barcelona 2024, la concejala de Salud, Marta Villanueva, ha asegurado que la mejora en el ámbito y sus principales indicadores refleja “el esfuerzo constante de las instituciones municipales para situar la salud colectiva dentro de la agenda política y trabajar las diferencias socioeconómicas que también tienen impacto sobre la salud”. Asimismo, ha afirmado que los buenos datos son resultado de las políticas de equidad, las intervenciones en salud pública y las innovaciones sociales y en la materia.
Para reducir las desigualdades en el ámbito de la salud, la Agencia de Salud Pública de Barcelona impulsa una estrategia para realizar actuaciones para mejorar la salud y el bienestar de los barceloneses en los barrios más desfavorecidos como actividades de promoción de la salud tanto física como emocional. En el marco de este programa, en 2024 se llevaron a cabo 230 intervenciones en 26 barrios de la ciudad, en las que participaron 14.600 ciudadanos. Está previsto que en los próximos años esta estrategia se amplíe a otros once barrios.
