El Ayuntamiento de Barcelona ha aprobado este jueves en una Comisión Extraordinaria de Economía y Hacienda la tramitación inicial de los presupuestos para 2026 con mayoría absoluta. El proyecto presupuestario presentado por el gobierno de Jaume Collboni (PSC) ha contado con el apoyo de ERC y Barcelona en Comú. Por lo tanto, ahora la propuesta se elevará al Consejo Municipal para su ratificación definitiva, la cual se deberá realizar antes del próximo 31 de diciembre y para salir adelante necesitará una mayoría simple

De esta manera, los presupuestos municipales han superado su primer trámite, una semana después de ser presentados. Estos cuentan con una dotación total de 4.180,8 millones de euros, superando por primera vez la cifra de los 4.000 millones de euros. El importe supone 326 millones de euros (un 8,5%) más de los previstos inicialmente y se ha estructurado en torno a siete prioridades por su importancia para la ciudadanía: la vivienda, la lucha contra las desigualdades, las políticas de proximidad, la seguridad, el transporte público, la acción climática y la diversificación económica.

El teniente de alcalde de Economía, Jordi Valls, ha defendido que con la aprobación inicial de los presupuestos se expone “un proyecto de ciudad centrado en la provisión de servicios públicos, vivienda y seguridad” y se proporciona a Barcelona “instrumentos económicos para llevarlo a la práctica”. “Tenemos que compartir proyectos en favor de esta ciudad, y los grupos que han votado a favor del trámite han permitido que no haya bloqueo en este Ayuntamiento, lo que no beneficiaría a nadie”, ha declarado.

La vivienda y la lucha contra la desigualdad, entre los ejes centrales de los presupuestos

En la materia de vivienda, uno de sus ejes centrales, los presupuestos destinan 239,1 millones de euros, lo que supone un 33% más de recursos de los movilizados en 2025, de los cuales 84 millones serán para la ampliación y gestión del parque público. Igualmente, incluyen 50 millones para fondos destinados a la rehabilitación de pisos, 25 millones para la liberación de suelo para poder construir nuevas promociones en el barrio de la Sagrera (en el distrito de Sant Andreu) y 20 millones para que el Ayuntamiento adquiera nuevos inmuebles por tanteo y retracto. También contemplan 38 millones en subvenciones, como por ejemplo una línea de 6 millones en ayudas para el alquiler de familias monoparentales y personas mayores de 55 años. 

Sin embargo, el mayor importe va destinado a la prestación de servicios públicos y políticas sociales para combatir la desigualdad, con una inversión de 994,9 millones de euros que servirán para llevar a cabo iniciativas como el Fondo de Infancia, una prestación de urgencia social extraordinaria para familias con menores de hasta 16 años que sufran dificultades económicas. Le siguen las políticas de proximidad con 441,8 millones de euros para inversiones en los barrios barceloneses para, entre otros menesteres, la limpieza y el mantenimiento de estos. 

Entre las materias para las cuales los presupuestos contemplan un mayor importe también se encuentra el ámbito de la seguridad con 430,6 millones de euros, los cuales servirán para financiar medidas como la incorporación de 100 nuevos agentes de la Guardia Urbana y la instalación de 1.000 cámaras en la capital catalana. Asimismo, el gasto previsto para el transporte público consiste en 266,9 millones de euros, que permitirán mantener las bonificaciones actuales de la Autoridad del Transporte Metropolitano del Área de Barcelona (ATM) y sumar un millar de nuevas bicicletas al servicio Bicing.

Acuerdos con ERC y Barcelona en Comú

Para obtener el apoyo necesario para la aprobación presupuestaria, el Gobierno municipal ha acordado con los republicanos la creación de un fondo de 70 millones de euros provenientes de la tasa turística que se invertirán en los barrios de Barcelona con el fin de paliar las consecuencias negativas del turismo. Respecto a este pacto, el teniente Valls ha afirmado que “las propuestas de ERC enriquecen el presupuesto”.

Por otro lado, Collboni ha pactado con los comuns una mesa de negociación para solucionar el conflicto de vivienda en el barrio de Vallcarca (distrito de Gràcia), en la que participará el Síndic de Greuges de Barcelona, y la regulación del alquiler de temporada antes de que acabe 2025. "El acuerdo es una buena noticia para los vecinos de la ciudad. Condicionamos políticas para que la gente viva mejor y tranquila", ha señalado la líder de BComú, Janet Sanz

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