En la intimidad, el presidente Mas, el máximo representante del nacionalismo catalán y de la derecha catalana, está totalmente de acuerdo con Rajoy en las medidas adoptadas. Sólo le afea que “hay una sensación de improvisación” aunque “hay que hacer las cosas, hay que explicarlas. Tal y como se hacen parece que no hay criterio. Se retrasó todo esperando a Andalucía y con esta situación tres meses es mucho tiempo”. Una vez lanzada esta cortina de humo que es crítica con Rajoy, Mas le tira un salvavidas aseverando que “cada vez que se toman medidas la situación empeora porque Europa también debe hacer sus deberes. España sola no puede salir de esta situación”.

Adelanto electoral
Dicho esto, el presidente catalán lo fía todo al Pacto Fiscal –que debe ser votado el próximo día 25 en el Parlament y que está sometido a negociación en estos días con las fuerzas políticas catalanas- y traza su hoja de ruta. Si hay intervención por parte del Estado el presidente catalán no descarta convocar elecciones, tal y como adelantó ELPLURAL.COM. Mas lanza su aviso a navegantes: “El préstamo al sistema autonómico es positivo pero si se aplica con ordeno y mando será un desastre. Ahora toca colaboración y eso con Montoro es imposible”. Y remata “si no quieren colaboración, ya se lo harán”.

Debate nacional
El presidente catalán sitúa con estas afirmaciones la pelota en el campo de juego que más le gusta, el debate nacional. En este punto, Mas concluye que “España compra menos hoy a Cataluña que antes, porque exportamos más, pero sigue sin pagar los 970 millones que nos debe, nos sacan el dinero de los impuestos y por eso pedimos el pacto fiscal y España no ayuda a tener prestigio”. Por eso, el presidente catalán considera que con España “hay cansancio y fatiga” y no prevé que el tema cambie porque “tal y cómo actúan –el Gobierno Rajoy- no hay salida en la relación de Cataluña con España”.

Presión a Rajoy
Dibujando este panorama, el presidente de la Generalitat intenta meter presión a Rajoy. Mas sabe que primero debe conseguir el acuerdo de las fuerzas catalanas sobre el pacto fiscal. Por eso, es cuidadoso con el PP de Sánchez Camacho. “La relación con el PP de Cataluña son diferentes. No estamos de acuerdo con ellos pero no están poniendo palos a las ruedas”, afirmación hecha pensando en el apoyo que recibe CiU del PP en el Parlament para sacar adelante sus recortes.  Por si acaso, el pacto fiscal se convierte en un fiasco –asunto que no descarta y en el que es pesimista- el presidente de la Generalitat agita a los suyos afirmando que “Cataluña  se aproxima a un cruce y deberá elegir por el camino que tira” en una clara referencia a la posible asumir la senda independentista. Eso sí, de las medidas del viernes ni una palabra. Quizás también una Cataluña independiente subiría el IVA, reduciría prestaciones a parados, aumentaría los impuestos a empresarios y emprendedores y recortaría a saco, como ha hecho, en sanidad, educación y servicios sociales. ¿Para este viaje hacen falta tantas alforjas?