El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page, ha considerado que las próximas elecciones generales tendrán que celebrarse en el año 2026, aunque ha remarcado que desconoce cuál podría ser el momento “más adecuado” en términos de horizonte político para el PSOE.
Durante un encuentro informativo organizado por el diario El Mundo, ha descrito el escenario nacional como un tiempo prolongado de conflicto institucional y tensión política, afirmando que “esto va a estar encapotado mucho tiempo”, en alusión a la acumulación constante de controversias.
En este análisis, ha insistido en que no vislumbra un “momento propicio” para los socialistas y ha pedido evitar que vuelva a repetirse la estrategia electoral de 2023, cuando Pedro Sánchez adelantó las generales después de las autonómicas y municipales. Ha recordado que aquella decisión supuso que “la infantería de los alcaldes y presidentes autonómicos” quedara en primera línea electoral “esperando el resultado para las generales”, lo que terminó generando un retroceso del PSOE en ayuntamientos y comunidades autónomas. Por ello, ha sostenido que las próximas generales deben celebrarse antes que las locales.
Sin consenso en financiación
En un bloque separado de su intervención, el presidente castellano-manchego ha descartado que el Gobierno de España vaya a ser capaz de consensuar tres elementos que considera esenciales: el techo de gasto, los Presupuestos Generales del Estado y un nuevo modelo de financiación autonómica.
Se ha preguntado si al Ejecutivo de Pedro Sánchez y al PSOE les compensará “el gasto político” que implicaría afrontar estas negociaciones si finalmente fracasan, duda que ha extendido al papel de la vicepresidenta María Jesús Montero, señalando que es también “candidata en Andalucía”.
García Page ha señalado que, tras once años de retraso, “lo triste” es que el debate de la financiación autonómica se haya reactivado “por exigencias de independentistas”. Ha advertido de que cualquier intento de establecer privilegios territoriales generará “oposición frontal” y ha expresado su deseo de que esa oposición sea compartida por “todos los socialistas”. Ha añadido que, en cualquier caso, “no va a salir” ninguno de los asuntos mencionados, pues lo considera “evidente”, y ha pedido dejar de repetir la frase de que “todo el mundo va a salir ganando”, afirmando que “eso es faltar a la verdad”.
Ha defendido que no se trata de que todas las comunidades autónomas vayan a disponer de más recursos, sino de reclamar lo que se les adeuda desde hace más de una década. Además, ha advertido de que si el documento de referencia acaba siendo el de ERC, no solo no prosperará, sino que “ni lo apoyar mucha gente del PSOE”.
Cuatro comunidades infrafinanciadas y un fondo compensatorio que no llega
El presidente ha recordado que existen cuatro regiones infrafinanciadas: Región de Murcia, Comunidad Valenciana, Andalucía y Castilla-La Mancha. Todas ellas han reclamado un fondo compensatorio, del mismo modo que lo pidió María Jesús Montero cuando era consejera en Andalucía. Sin embargo, ha denunciado que “ahora no quieren aprobarlo”, pese a que ese acuerdo era, a su juicio, perfectamente viable.
Con ello, ha puesto de manifiesto que uno de los principales bloqueos institucionales del país afecta directamente al equilibrio territorial y a la suficiencia financiera de las comunidades autónomas, un terreno en el que PP y Vox mantienen posiciones que, lejos de favorecer una solución, consolidan una confrontación que impide alcanzar acuerdos estables.